Ensalada picante de gambas

No sé si lo he contado alguna vez; vivo en una casona que está dividida en seis viviendas de las cuales tres -los bajos- son apartamentos y los tres de arriba duplex. Disfrutamos de un gran jardín donde tenemos zonas compartidas y cada cual, un bancal de huerto. Yo tengo la suerte, de tener otro jardín justo al lado solo para nosotros.

Ese jardín pertenecía una una vecina que estaba muy mayor para hacerse cargo de él y nos lo prestó hace ya muchos años. Ella murió y la casa la compró Stephan, el hijo de Krista y Manfred que vivían justo al lado, en una bonita casa a pocos pasos de la nuestra. Stephan nos ha seguido dejando el jardín porque con el de sus padres, que es enorme, ya tiene suficiente. Krista y Manfred se fueron ambos en muy poco tiempo y Stephan se ha quedado con la casa de sus padres que antes fue la de sus abuelos.
Stephan y Günter son de la misma quinta, se entienden bien y se apañan juntos con las podas y demás locuras porque un jardín da mucho trabajo. Allí tenemos los frutales -cuatro, que no es una plantación-, los bancales de tomates, pimientos, calabacines y cebollas. También las frutas rojas. Suficiente para nosotros y para compartir con mis vecinas. Aquí, en cambio, tenemos las lechugas, colirábanos, puerros, el ruibarbo, las aromáticas... y una cabañita con una enorme mesa y bancos de madera, cubierta para no mojarnos, donde hacemos las barbacoas, salimos a cenar al fresco o simplemente nos reunimos a pasar un ratico juntos cada tarde.

Ese rato fuera, es el momento de traficar con lo que cada cual recolecta, ya sea de las huertas o del bosque: setas, ajo silvestre, pepinos, calabacines, moras, grosellas, ruibarbo... lo que toque. Aquí, si le das algo a alguien se siente comprometido a darte algo a cambio. Se mueren si no lo hacen, es algo que les supera así el que trajín de tuppers, en crudo o en guisado, en boles, platos, bolsas... es tremendo.

Pero esta ensalada no, no trafiqué con ella porque cuando la hice aún no estaban gordas las cebollas ni los tomates para recoger. La hice para el reto de fin de temporada de Homenajeblog que está dedicado a la ensalada y lo cierto es que si me despisto ni la pruebo porque mis dos grullas se pusieron a zampar como si el mundo fuera a desintegrase en pocos minutos. ¡Cómo para compartir!


Ingredientes: 
(sin medidas porque va a gustos)
  • gambas, gambones o langostinos a tu criterio
  • aguacate
  • cebolla morada o blanca dulce
  • tomate

Para el aliño:
  • aceite de oliva extra
  • vinagre de vino
  • un poquito de miel o sirope de agave
  • tu salsa picante favorita (yo uso una casera de habanero y chipotle)
  • sal y pimienta

Preparación:
  1. Corta los cuatro ingredientes muy picaditos como una pipirrana.
  2. Mezcla el aliño hasta que este todo bien ligado. Lo mezclas y a disfrutar.

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