Crema de patata y manzana, un apaño muy acertado

Cualquiera que siga este blog, tendrá una idea bastante clara de los gustos de la cocinera -servidora-. Pensará que soy golosa sin empalagar, sopera a rabiar y que en mi casa nunca faltan manzanas. Pues sí. Tal cual. En esta casa nos podemos quedar sin pan, sin huevos, hasta sin salchichas; pueden incluso faltarnos los euros que ya se cuidó el señor que nos arregló la caldera en llevárselos en su bolsillo. Pero ay amigo, algo donde sumergir la cuchara y la dulce y jugosa fruta de Eva, eso, eso ¡no! ¡imposible!

Así que cuando se trata de hacer una sopa con la despensa medio vacía -no, no culpes al técnico de la calefacción que dejarnos sin blanca era su deber- mi aparente inventiva no lo es tanto, porque lo que a un primer vistazo puede parecer una combinación exótica y rebuscada, no es más que el resultado de una nevera medio descalza, un momento de apuro que hay que afrontar y, o hago como el gran Vatel, que en vista que no llegaba el pescado se inventó la crema chantilly y se suicidó, o me apaño con lo que hay y todos tan contentos.
Dicho así -lo del cocinero francés- parece una comedia del Mel Brooks, pero no. La cosa pasó más o menos como lo cuento. Me imagino que el tema tuvo que ser muy sonado en su tiempo porque oye, suicidios así digo yo que dan que hablar. Suena fatal decir que uno se suicida porque no tiene pescado pero más raro es que se auto elimine de una estocada de espada en las tripillas... ¡un cocinero! ¡haciendo un agujero en las arcas! ¡ cachis, qué difícil de creer! porque no había CSI, ni huellas dactilares, ni laboratorio criminalístico que sino otro gallo hubiera cantado. Un par de pruebas de adn y el autosuicidio como que no cuela y encima con la casa a reventar de aristócratas y demás reinantes; hoy en día se hubiera montado una marimorena del ocho.

Pero no. Lo del pescado lo tenemos muy asumido por eso casi no olerás a sopas marinas por mi puerta y es que, a muchísimo pesar, lo que aquí en Austria se pesca no vale para caldo pero manzanas y patatas todas las que quieras. Y muy ricas, no te quepa duda. Y bien mirado, no deja tufo en la casa, ni hay que andar quitando espinas, pelas y a la olla. Y a veces ni eso, que cuando las patatas son bio van directas  al caldo y tal cual las trituro pero esta vez con piel entró solo la manzana, que como te digo, andaba apurada de ingredientes. Pero al igual que la crema chantilly que parece que salió de un apuro, así, sin querer, esta sopa es una completa sorpresa. Lucas repitió -sí, primera vez que repite sopa en sus largos y curtidos 5 años de sopero-  y aún me estoy preguntando de donde salió ese maravilloso sabor algo ácido y tan especial.


Ingredientes:
  • 3 patatas medianas
  • 2 manzanas
  • 2 chalotas (o cebollas, lo que tengas)
  • opcional: medio vasito de vino
  • 1 litro de caldo (y hasta un poco más)
  • 2 cdas. de crème fraîse o nata líquida a tu gusto
  • sal y pimienta
  • nuez moscada recién molida

Preparación:
  1. En una olla pon el caldo con las patatas cortadas en dados, las manzanas en cuartos, y las chalotas. Deja que cocer de 15 a 20 minutos hasta que las patatas estén tiernas. 
  2. Retira del fuego, salpimienta, añade la crème fraîse o la nata. Tritura hasta que tengas la crema suave y sin texturas. Añade nuez moscada recién molida.

Si te ha gustado, comparte o imprime:

Publicar un comentario

 
Copyright © En pruebas: HyE. Diseñado con por Las Cosas de Maite