Olla de col (krauttopf) porque soplan fuertes vientos
Sí, otra vez sopa. No te quejes que aún no la has probado y ya verás qué rica que está. Esta olla de hoy es una sopa de entremundos -ups, suena un poco a guerra de marcianos pero no van por ahí los tiros- porque ésta tiene un sabor un poco a frontera de nadie. Günter dice que no le sabe a austriaco y desde luego gusto español no tiene... ni idea dónde situarla en un mapa mundi...
Ahora, los flatus que produce son del todo multiculturales. Los hay en todos los países, idiomas, razas y clases sociales... no hay reina mora que a la que pasea su gracia no se le escape un ruidín que sonroje sus mejillas. Es lo que tienen ciertos asuntos, que por muy escatológicos que suenen flotan hasta en los ambientes más selectos. Sin remedio, pura matemática. Igual que esta sopa que es cosa de dos más dos porque esta olla tiene todo lo que una sopa debe de tener para soportar los fríos invernales y más aún cuando arrecian los vientos siberianos que son, al fin y al cabo, otro tipo más de flatus que viene a sumarse a los ya acumulados en nuestros cuerpos serranos.
Sí, suena fatal pero el pánico ventorrero no puede privarte del placer de comer una sopa de este calibre, acompañada con una cerveza de trigo y una rebanada de Hausbrot, un pan ácido y especiado típico del mundo germano... este es el menú más diurético y ruidoso que se halla visto -u oído- jamás. Mano de santo para aquellas barriguitas duras de visitar el excusado. El píloro se vuelve loco e inicia por adelantado la limpieza primaveral dejándote las tuberías como una patena... en serio, visto así, al estilo patológico, es una sopa estupendísima para el organismo... sino fuera porque se va a enterar todo el vecindario que le has dado a la col con gusto... tenemos que hacer algo...
Sí, suena fatal pero el pánico ventorrero no puede privarte del placer de comer una sopa de este calibre, acompañada con una cerveza de trigo y una rebanada de Hausbrot, un pan ácido y especiado típico del mundo germano... este es el menú más diurético y ruidoso que se halla visto -u oído- jamás. Mano de santo para aquellas barriguitas duras de visitar el excusado. El píloro se vuelve loco e inicia por adelantado la limpieza primaveral dejándote las tuberías como una patena... en serio, visto así, al estilo patológico, es una sopa estupendísima para el organismo... sino fuera porque se va a enterar todo el vecindario que le has dado a la col con gusto... tenemos que hacer algo...
Puedes acudir a la farmacia a por unos comprimidos de esos, que te los tomas antes de comer y listo. Puedes darle a las infusiones, es decir, después de comer una infusión de hinojos y mano de santo. Si la infusión de hinojos además la acompañas con unas semillitas de eneldo pues mejor que mejor. Puedes, además, prescindir de la cerveza de trigo y del pan, como que no. Aguanta estoicamente que este pan es lo suyo. Si decides ir por libre, te recomiendo que hagas esta sopa los días de mucho mucho frío, tanto que el aire concentre mucho más oxígeno de lo normal y una vez que el cuerpo empiece a manifestarse pues te lo tomas a guasa y abres bien las ventanas para dejar que todo ese oxigenazo inunde tu hogar:-D
Y ahora, olvidemos nuestros miedos y pongámonos con la sopa. La he preparado con un tipo de salchicha de origen húngaro, Debrecziner, que es algo picante y protagonista del típico gulasch de salchicha que se hace aquí en Austria. Pero funciona con cualquier tipo de salchicha o de tropezón carnoso -bacon, jamón, panceta-. El caldo lo he hecho de pollo pero igual da el tipo uses. Me gusta que la patata coja un poco de color así que en mis caldos casi siempre suele nadar un poco de cúrcuma. El yogur es un punto casi insustituible ya que le va a dar cuerpo a la sopa además de añadir ese puntico ácido estupendo....
Y ahora, olvidemos nuestros miedos y pongámonos con la sopa. La he preparado con un tipo de salchicha de origen húngaro, Debrecziner, que es algo picante y protagonista del típico gulasch de salchicha que se hace aquí en Austria. Pero funciona con cualquier tipo de salchicha o de tropezón carnoso -bacon, jamón, panceta-. El caldo lo he hecho de pollo pero igual da el tipo uses. Me gusta que la patata coja un poco de color así que en mis caldos casi siempre suele nadar un poco de cúrcuma. El yogur es un punto casi insustituible ya que le va a dar cuerpo a la sopa además de añadir ese puntico ácido estupendo....
Ingredientes:
Preparación:
- 1/2 col pequeña
- 2 puerros medianos
- 3 patatas
- 3 zanahorias
- 1/4 de pollo
- 2 huesos de rodilla
- 3 dientes de ajo
- unas semillas de hinojo molidas (un antiflatus muy efectivo)
- 2 hojas de laurel y un poco de cúrcuma
- 3 pares de salchichas o 150gr. de panceta ahumada, jamón, etc. (lo que un tenga cerca)
- sal y pimienta
- 100gr. de yogur natural
- verde fresco (yo he usado mejorana y orégano pero puede ser cualquier verde. El mejor verde antiflatus es el eneldo aunque en mi opinión es la hierba que peor encaja en esta sopa)
Preparación:
- Primero el caldo. En una olla pones el pollo y los huesos con las semillas de hinojo, el laurel, una pizca de cúrcuma y los dientes de ajo machacados. Cuécelo largo y tendido para darle tiempo a los huesos a que suelten sabor.
- Corta la col y el puerro en tiras finas. Las patatas y las zanahorias en trozos menudos pero sin pasarnos de chicos. Cuando tengas el caldo, lo cuelas y de nuevo en una olla añades las verduras y hortalizas. Lo dejas cocer 20 minutos.
- Añade las salchichas troceadas y pasados 10 minutos apartas la olla del fuego. Añades el yogur y remueves hasta que quede desleído y le pones verde por encima. La hierba la que quieras pero que sea fresca, pierde bastante con hierbas secas.
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