Monkey Bread, monos, bollos y otros rollos
Llevo veinte días sin asomar la tecla por el blog. Veinte! El tiempo se me pasó en un vuelo y aunque sabía que llevaba mucho sin rondar el blog ni de carambola hubiera pensado que eran tantos... pero no me detengo en excusas porque es perder el tiempo además de darle a la tecla a lo tonto y nadie andamos para estas bobadas. Por una vez y sin que sirva de precedente voy a ir al grano... O casi. Ya sabes que el grano no es lo mío. Yo soy de mucha miga, ya me conoces. Porque en estos veinte días han pasado muchas cosas en mi vida. Nada de esas que lo cambian todo -de hecho todo sigue igual-. Me refiero a esos detalles pequeñajos que son capaces de hacernos reaccionar, como ese pellizco en el trasero que hace que uno despierte de un buen respingón...
Un año más, he salido ilesa de mi revisión oncológica. El pellizco esta vez, vino de la mano de una enfermera que días después de andar feliz como una perdiz porque la doctora me había estampado sin dudarlo el sello de máxima calidad -hasta el año que viene, los médicos son así, no prometen más allá del año- decía, una enfermera nos informa por teléfono que yo tenía que hacerme unas nuevas pruebas. ¿De qué? ¿por qué? ella no sabía, ya nos contaría la doctora. Me dejó loca, de angustia sin saber qué pasaba, de desesperación por qué no me habían contado nada antes. Es más, o me habían mentido o yo soy una guiri estúpida que no se entera de nada... Tuve que ir a ciegas, sin saber que me iban a hacer y por qué... y lo que son las cosas: la tiparraca se coló.
Después del susto, me he recordado una vez más qué es lo importante. Hemos improvisado unas mini vacaciones para celebrarlo y disfrutar tranquilicos en familia. Juntos, con muchas risas, muchas cosas divertidas y muchos juegos de cartas infantiles que hoy por hoy es lo que está de moda en mi casa. Como siempre, echando de menos al ausente, a mi hijo Álvaro que tan lejos le tengo... no, no me quejo, le añoro. Todos los hijos somos así. Un buen día nuestros padres nos están limpiando los mocos y al siguiente nos emancipamos. Todos lo hemos hecho. Pero le echo de menos...
Después de las mini vacaciones, llegó el segundo pellizco. Lucas se ha hecho mayor. O algo parecido. Ya no me pregunta el por qué de las cosas sino que ahora quiere saber cómo son y cómo han sido. Viendo un álbum de fotos, me ha preguntado dónde está mi papá. Hasta ahora nunca lo había hecho. Me preguntaba quién era quién pero nada más. Así que he abierto mi cajón de los recuerdos y le he contado... una vez más, me he vuelto a acordar de qué es lo importante...
Mientras todo esto pasaba, ocurrían otras que me han tenido cada vez más despegada del ordenador. No sé si son señales cósmicas o de la compañía telefónica pero el caso es que hemos pasado varios días con la conexión fatal. Podía leer mi gmail pero no contestar los correos. Un agobio, por lo que decidí no encender la máquina... así que ahora, a la que voy leyendo mails -nuevos y atrasados, que tengo de todo- me voy topando con un pellizquito detrás de otro: un asunto que decía "ya tenemos veredicto" me inundaba de amor y alegría por una vidita que se abre paso y que las nuevas tecnologías han dicho que será varón. Bravo Mami! qué bien que lo estás haciendo! que sepas que me muero de envidia porque las dos veces en la vida que he ido de envase he sido muy feliz. Gorda y con los pies hinchados, pero muy feliz...
En otro mail, el asunto rezaba "Renacimiento" y sí, querida mía, tú también me haces sentir muy especial ... Otro anunciaba "Invitació casament" Siiiiiiiiiii, siiiiiiiiii, Viva los novios! Bravo! Y hoy mismo, a pesar de estar en primavera, me ha escrito Olentzero para darme otro pellizquín y recordarme que lo que cuenta es saber que estamos ahí, y que aunque nos perdamos de vez en cuando y dejemos que al blog le crezcan las uñas, lo que cuenta es que estamos ahí:-)
Este pan tan mono, me llegó de casualidad. Yo buscaba una receta de un pastel ruso. Sin éxito. Sabía que era de origen polaco así que busqué por blogs polacos. No encontré lo buscaba pero sí este pan de mono. Por un momento pensé que era un bollo típico polaco porque en casi todos los blogs que localicé había esta receta. Así a lo tonto -en wikipedia, como siempre- supe que no venía de Polonia. Es un bollo que gusta mucho en USA y que parece que todo el mundo conoce menos yo... Te dejo estos links por si quieres ojear alguna versión autóctona. Una versión en el blog del Kingarthurflour y otra en este blog que nunca antes había visto pero que me ha gustado, las cosas como son. Yo me dejo de rollos, de bollos y de monos. Yo a la receta que ahora es lo que cuenta...
Ingredientes:
- 550-600gr. de harina de fuerza
- 300ml. de leche entera
- una cucharadita de sal
- 1 cucharada de miel o azúcar moreno
- 1 sobre de levadura de cerveza o levadura panadera deshidratada
- 1 huevo
- 2-3 cucharadas de aceite (usé de canola con sabor a mantequilla)
Para rebozar las bolitas:
Para el glaseado (me ha sobrado bastante):
Preparación:
- una mezcla de mantequilla derretida y aceite al 50%. (más o menos usé 30gr. de cada)
- una taza de azúcar morena
- 2 cucharaditas de canela molida. (usé más pero esto va muy a gustos)
Para el glaseado (me ha sobrado bastante):
- una taza de azúcar glas
- 2 cucharadas de leche. (yo he usado leche agria (Sauerrahm)
- un poco de vainilla molida
- opcional: lo he decorado con unos pistachos. Puro antojo.
Preparación:
- Mezclamos en un bol la harina con la sal. Hacemos un hueco en el centro y ponemos el huevo y el aceite. En un vaso disolvemos la miel y la levadura en algo de la leche que vamos a usar. No hace falta que la temples aunque usa leche a temperatura ambiente y no fría. Lo añades al bol y vas añadiendo poco a poco el resto de la leche.
- Cuando esté compacto, pasa la masa a la mesa de trabajo y amasa unos 5 minutos. Cubre con un trapo húmedo y deja que repose unos 10 minutos. Pasado este tiempo, estira un poco la masa - intenta que parezca un rectángulo-. Mentalmente la divides en tres parte. Coge la parte de un lado y la pliegas en el centro. Coges la otra parte y la pliegas también en el centro. Vuelve a cubrir con el trapo, deja que repose de nuevo 10 minutos y repite los pliegues. Después, deja que leve una hora hasta que doble su tamaño cubierta la masa con un paño húmedo.
- Pasado este tiempo, enharina la mesa, pasa la masa y la estiras. La cortas en tiras y cada tira en porciones del tamaño de una nuez. Dale forma de bolitas y las vas cubriendo con el trapo húmedo para que no se resequen.
- Mientras, derrite la mantequilla. La mezclas con el aceite frío para que se temple. En un pol o plato, ponemos el azúcar mezclado con la canela molida. Vas cogiendo las bolitas, las engrasas, las rebozas en el azúcar y las vas colocando en un molde a se posible con forma de corona. Si no estás seguro de si se pega o no el molde, engrásalo con un poco de la mezcla de aceite y mantequilla.
- Cubre el molde de bolitas teniendo en cuenta que tienes que dejar margen para cuando leven las bolitas. Espera como una hora antes de meter el pan en el horno.
- Hornea a 180º C unos 25-30 minutos. Antes de desmoldar deja que el pan enfríe unos 15 minutos para evitar que se rompa. Mientras prepara el glaseado mezclando todos los ingredientes juntos (azúcar, leche y la vainilla). Viértelo por encima a tu gusto. Deja enfriar -si puedes- antes de probarlo.
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