Pan de muesli de domingos y lunes

Domingo por la mañana. Nada del otro jueves. Es un acontecimiento que sucede una vez a la semana. Quieras o no, por mucho que duermas o por muchos desvelos que te eches a la chepa, el domingo nos visita y nadie echa cohetes por ello. Ahora, también te digo que solo de pascuas a ramos -más o menos- tengo el gusto de desayunar con un pan tan especial, de los hechos el sábado a la tarde sin prisa, dejando que cada invitado a la fiesta se aclimate y se anime a marcarse unos bailes. Así es este pan de muesli. Necesita su tiempo, bailar a su ritmo. El premio es una hogaza que durará varios días y que mañana Lunes será un desayuno casi milagroso, ya que con una sola rebanada tienes pilas cargadas todo la mañana y a todo trapo. Energético y vital para evitar los bajones típicos cuando uno mira la semana y la ve larga, larga, larguísima y por un momento piensa que, después de todo, el domingo no es algo tan ordinario. Es un milagro...

Y el amor, no es así también? no es como los domingos? que cuando los disfrutas no te parece cosa para echar cohetes y cuando lo añoras no ves el momento de volver a disfrutarlo? No necesita también de su propio proceso, sin prisas, a su aire, levando y aumentando de tamaño -metafóricamente hablando, no hablo de sexo- ¿qué decía? eso! no es así el amor? que se espera mucho de él y cuando llega uno se pasa la tarde dormitando en el sofá o escuchando de fondo el resumen del fútbol? A mí me gustaban los domingos cuando era pequeña. Porque venían mis abuelos a llevarnos de excursión con una bandeja de pasteles tremenda -el abuelo era muy goloso- y ese día sacaba su Renault 4/4, brillante y esplendido, que cada vez que parábamos a repostar- había que abrir el motor- la gente se acercaba a mirar porque el motor estaba reluciente sin una gota de grasa.. digo! ni polvo que antes de usarlo bien que le daba con la gamuza...

De regreso a casa parábamos en el bar Rubí que había en la glorieta de Cuatro Caminos y allí nos comíamos un bocadillo de calamares con una coca cola. Por aquel entonces, la coca cola no afectaba al sueño de los niños porque recuerdo que al llegar a casa no teníamos tiempo ni para un baño. Con los churretes aún de los calamares, las manos pegajosas de lo que en su momento fue el merengue de los milhojas... así, tal cual, caíamos rendidos en la cama. No había guerra para acostarnos. No había peleas a la que te ponías el pijama... pero bueno, que me estoy enrollando y Lucas me espera para salir a pasear... otro que está loco de vivir aventuras pero sin el 4/4 del abuelo que anda que no lo habría disfrutado...

Ea, voy corriendo al pan. Este es un pan muy cargado y esto implica un problema. Su magia está en el contraste de sabores y en la jugosidad de las frutas pero esto se convierte en su ruina. Es fácil que se nos moje en exceso y también es fácil que lo sequemos demasiado (el mundo muesli es un poco especial).
Así que hay que ser disciplinado y dejar que los ingredientes se asienten a su aire. El muesli y las frutas se mojan en agua  hirviendo para que se rehidraten perfectamente. Si no lo haces, una vez cocido, el pan quedará seco como un papel de lija... Pero aún hidratados -mira la jugosidad de las frutas en el corte- a la que reposa es un pan que "moja" un poco la miga. Para dejarlo jugoso y seco, es muy importante, dejarle secar en el horno una vez horneado. El truco es dejarlo con la puerta semi-abierta y dejar que enfríe así, sin prisa a la que el horno pierde el calor. Si pasados un par de días ves que la miga está algo húmeda, puedes consumirlo tostado. Está delicioso...

También he probado a hacerlo con agua, con leche y mitad a mitad. A mi me gusta mucho con Buttermilch -yogur en su defecto- ya que las bacterias de estos productos fermentados ayudan muchísimo en el levado de un pan que es extremadamente pesado para una miga normal.



Ingredientes:

  • 3 tazas de harina de fuerza
  • 1 taza de muesli
  • 1/2 taza de coco rallado
  • 1/2 taza de nueces picadas
  • 3/4 taza de frutas secas (yo he usado albaricoques, pasas rubias y cerezas agrías)
  • 2 cucharadas de melaza, golden sirup o jarabe de arce
  • 1 cucharada de jarabe de malta
  • 1/2 cucharadita de sal
  • una pizca de canela
  • una pizca de pimienta de Jamaica (allspice)
  • 2 cucharadas de aceite o de mantequilla
  • 1 sobre de levadura seca de panadero
  • 1/2 taza de agua hirviendo
  • 1 taza de suero de mantequilla (Buttermilch) o yogur mezclado con agua a partes iguales

Preparación:
  1. Suelo arrancar la levadura antes mezclándola con un poco de agua templada (no necesitas ni medir, como el culo de un vaso o un poco más vale) y un par de cucharadas de la harina. Lo dejas que suba y eche burbujas hasta el borde del vaso. No esperes más que se desbordará...
  2. Empezamos. Coge las frutas secas y las troceas. En un bol pon el muesli, las frutas secas, las nueces, el coco, la melaza -o golden sirup o miel, lo que uses-, la mantequilla y el jarabe de malta (opcional, sino tienes no pasa nada). Sobre esta mezcla echa 1/2 taza de agua hirviendo, lo mueves y deja que enfríe.
  3. En un bol grande pon: el harina mezclado son la sal y las especias. Haz un hueco en le medio, añade la masa del muesli, la levadura ya burbujeando y la taza de Buttermilch o yogur. Lo amasas un poco y casi de fijo se quedará algo pegajosa. La cubres con un trapo húmedo 10 minutos. Cuando vuelvas, la pasas a la encimera y ya veras que la puedes manejar mejor. La amasas un poco y la vuelves a cubrir con el trapo 10. Pasado el tiempo, la estiras un poco por los extremos como un rectángulo. Mentalmente la divides en 3: coge un lado y lo pliegas a la parte del centro. Coges el otro y lo pliegas encima. Házlo un par de veces y ahora ya la puedes dejar reposar unos 45 minutos.
  4. Una vez que la masa ha levado, ya lo puedes poner en un molde. Yo he usado uno de 20x26 y mira que pan tan hermoso. Si usas molde de plum cake necesitarás dos moldes. Le pongo papel para que no se pegue, es muy práctico. Saca la masa del bol, en la mesa la pliegas como has hecho antes y esta vez lo pasas al molde dejando los pliegues por abajo. Pincela con un poco de Buttermilch o yogur y decora con unos copos de avena. Así, en este punto, es la foto de arriba. Lo he dejado levar otros 45 minutos más antes de meterlo al horno. Hornea a 200ºC más o menos una hora. Deja la puerta del horno entreabierta y deja que el pan vaya enfriando dentro del horno. Yo lo que hago, es retirarle el molde y lo dejo solo con el papel para que no concentre humedad en el recipiente a la que enfría. Disfrútalo.

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