Barritas de espelta o Dinkelstangen

Sobra decir, que éste no es un conflicto geopolítico estándar. Se resume rápido: caída del Imperio Otomano y tras la 1ª Gran Guerra los ingleses se hacen con Palestina que no es país; es eso, un trozo de tierra que han dejado los turcos. Los ingleses empiezan a prometer y a prometer a unos y otros. Después de la 2ª Guerra están hasta el gorro y tienen un montón de judíos supervivientes que no quieren quedárselos en Europa. EEUU dice que nones y como quieren quitarse el protectorado de en medio -porque la cosa estaba calentita y ya no tenían ganas de guerrear- dejan que los principales protas se repartan el botín: se crea el estado de Israel y cinco hienas se lanzan sobre el resto del protectorado: Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Iraq. Y de aquí en adelante son guerras a ver quien es más fuerte y se queda con el trozo de frontera más grande. O sea, Israel.
Y al ganar terreno Israel, se hace sonora la reivindicación del pueblo árabe que lleva viviendo en esas tierras durante siglos: queremos ser un estado independiente y sin judíos. Y la ONU les ignora, hasta el día de hoy. Y se lo merecen, vaya que sí se lo merecen. Se merecen que en algún momento del pasado reciente se hubieran sentando a firmar una paz duradera y con garantías internacionales. Y del mismo modo que se creó el estado de Israel se tenía que haber creado el estado Palestino sin las zarpas de las cinco hienas. Y cada mochuelo a su olivo.
Pero no, porque no es una lucha territorial. Es teológica. Es una guerra santa. Una democracia monstruosa -porque es la fuerte, la que tiene pasta para defender a su gente y matar al enemigo- y una teocracia -que impone su palabra con el látigo- vestida de corderito solo porque es la débil y su capacidad de matar y defenderse es infinitamente menor aunque no te quepa duda que en cada oportunidad que tiene de hacer el mal, lo hace. A estas alturas, nadie quiere la paz porque ¿Hasta dónde llega el derecho a defenderse? ¿Cómo se neutraliza el odio? Amado Nervo dijo "El miedo es más injusto que la ira" y cuando el miedo es por tu propia vida y por la de los tuyos, la ira se torna salvaje y atroz.
Y como en todos los conflictos, la desinformación y la deshumanización es una de las estrategias más efectivas. Se exhiben los muertos -niños, niños y niños- para criminalizar más si cabe al enemigo pero yo me pregunto de forma machacona ¿por qué no han evacuado a la población como ha hecho Israel? ¿por qué las hienas no abren sus fronteras y ofrecen ayuda humanitaria? ¿por qué ningún actor en esta atrocidad está haciendo algo por la población civil? ¿por qué no vemos ningún casco azul abriendo paso y evacuando civiles? Se puede decir más alto pero no más claro: los civiles no son objetivos. Los civiles no son escudos humanos. A los civiles y en especial a los niños, hay que sacarlos de esta perversidad pero... ¿qué? Es terrible lo que voy a decir pero tiendo a pensar que los niños muertos solo nos importan al resto de democracias que estamos indignadas y de puro sin querer -o no- tomamos partido a favor de la injusticia vitoreando consignas a favor de una de las bestias que azuzan en este conflicto.
Nos están haciendo el pino-puente. No entres en esto. Malo es el que mata. Esta es una guerra de malo contra malo que manejan el miedo y el odio con maestría y en la que ganará el más fuerte como ha ocurrido siempre. Y todos, bestias, hienas o mirones en este conflicto nos estamos deshumanizando a marchas forzadas.
Ingredientes para 8 barritas:
- 450 gr. de harina de espelta (o de trigo pero de fuerza)
- 50 gr. de fécula de patata (o de maíz como Maicena)
- 1 sobre de levadura seca de panadero o 30 gr. de levadura fresca
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de miel
- 300 ml. de agua templada
- Unos 20-30gr. de mantequilla derretida
- Un poco de leche para pincelar
- Semillas a tu gusto para cubrir
Preparación:
- En un bol, mezcla por un lado los ingredientes secos. La miel y la levadura las mezclas en el agua templada y lo añades al bol. Amasa en un procesador de alimentos o con unas varillas eléctricas. Deja que la masa repose entre 1 y 2 horas.
- Una vez leudado, corta la masa en 8 porciones. Amasa con las manos brevemente para desgasificar la masa y haz una bola con cada porción.
- Estira cada bolita dándole forma de torta. Pincela con un poco de mantequilla derretida y enrolla la barrita (mira la foto del paso a paso).
- Una vez que tengas todas las barritas, pincela con leche la superficie y espolvorea las semillas. Deja reposar unos 20-30 minutos.
- Precalienta el horno a 190ºC. Hornea los panecitos usando un papel de hornear para que no se peguen a la placa del horno. En 20-25 minutos estarán listos.
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