Sopa de chucrut con manzana y cosas de austriacos

Hoy es año nuevo del 2012. Hoy hemos comido de nuevo esta sopa. La he hecho muchas fotos porque la pobruca estaba horrorosa. Los chicos se han ido a hacer el burro con el trineo. Por fin ha nevado. Me quedé sola, me puse la banda sonora de The Straight Story y me he decido a fotografiar esta sopa. Porque es preciosa y se lo merece...

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Sorpresa! Yo soy la chica número 11 del calendario! Estoy de lo más emocionada. Tanto, que sepas que llevo días preparando esta entrada, pensando en qué te cuento, qué te escribo, qué te digo!  A estás alturas del calendario se han escrito tantas cosas bonitas y recetas tan lustrosas que el listón está muy alto. Ay Noema! esto no me lo esperaba yo. ¡Quién me iba a decir que me sentiría con esta sobredosis de responsabilidad cultural y culinaria! Pero como sarna con gusto no pica y antes de que mi dramatismo te traiga a engaños, quiero dejar constancia escrita de lo pipa que me lo esto pasando.

Estoy feliz cual vulgar perdiz y a todos aquellos seres humanos que piensan que el dinero da la felicidad que se monten un blog y luego opinen. Por desgracia, a todos aquellos seres que aún no son humanos tendrán que seguir creyendo en la felicidad financiera. Dicho esto y antes de entrar en harina, tienes que saber que llevo unos días sumergida en un mar de dudas y voy saltando de sopa en sopa, de dulce en dulce sin saber cual será el más acertado para tan importante ocasión... si deseas saber por cual me he decidido, no tienes más remedio que esperar al final de mi historia, porque, como siempre en estos relatos, hay que empezar por el principio...
 Erase una vez un país encantado... Venga, vale. Quizás no tanto, aunque encantador como pocos. Erase una vez Austria, el país de los floridos prados primaverales, las montañas de Heidi, los palacios de Sisi, la música de Mozart y de Haydn, de Von Karajan, los Strudel, la tartar Sacher... un lugar lleno de folclore y de gente de lo más entrañable. Esto es, en pocas líneas, lo que Austria te transmite al llegar aunque a medida que te cuelas en su día a día descubres que es un pueblo de lo más trabajador con profundas raíces rurales. Y muy difíciles, que no todo en el campo es tocar el acordeón. La gran mayoría de sus gentes o son o descienden de granjeros, almas sencillas que trabajan de sol a sol sin saber lo que son unas vacaciones y así será hasta que las vacas no aprendan a ordeñarse unas a otras. La tradición Navideña es, tal vez, mucho más acentuada en las granjas que en las ciudades y con costumbres muy curiosas. O cuando menos, curiosas para una españolita como yo...
Antiguamente, era muy habitual que en el día de Navidad se hiciera ayuno hasta la cena. Como mucho, se tomaban un café por la mañana y una sopita al mediodía para aguantar el tirón aunque hay un dicho popular que viene a decir que en Nochebuena puedes morirte de tres causas: la primera, de hambre. La segunda, por un empacho durante la cena. La tercera, por resbalar en el hielo a la que vas a misa del gallo. Así que la tarde del 24, las amas de casa tenían mucha labor preparando la festiva cena con las mejores reservas con las que contaba la granja. Cuanto más importante la granja, más variedad de platos. En esa noche se servían hasta 12 o 14 platos diferentes llamados Vorrichten y que se servían a modo de tapas, seguido de una sopa y de un principal. Tanta comida se deba a que, además de la familia, cenaban los aparceros y se invitaba a algún pobre del pueblo como gesto caritativo. Con tanta variedad se pretendía lograr que cada comensal pudiera disfrutar sin mesura de su plato preferido...
En cambio, en el Austria minero e industrial, las cosas eran muy distintas. Mi ciudad, Leoben, fue durante el siglo XIX y primera parte del XX el centro referencial de la minería e industria del Imperio Austrohúngaro. Cuenta además con la universidad minera más antigua del país y es, porque todo hay que decirlo, la causa por la que nosotros estamos aquí . Yo vivo en el antiguo barrio minero y mi calle era el comienzo de la subida a las minas de carbón. Las familias que vivían en mi barrio eran tan humildes, que las mujeres subían cada día por mi calle hasta las entradas a la mina arrastrando carritos que cargaban con el carbón que se caía de las vagonetas de camino a la estación ferroviaria. Este carbón lo vendían por lo que podían en el mercado. Esta historia se la escuchamos a un lugareño, algo mayor pero muy bien planta'o que contaba sus recuerdos de cuando era crío... En fin, que como te imaginarás no había muchos Vorrichten en la mesa de los mineros y con, suerte, una sopa con algún tropezón especial...

Ya ves que la cita con una sopa en Nochebuena aquí en Austria es ineludible. Pertenezcas al entorno que pertenezcas y sean cuales sean tus costumbres familiares. La sopa cambia casi de pueblo en pueblo y puede servirse sola, con principal o con Vorrichten ... da igual, pero que la sopa y unas galletas navideñas que no falten.


Ingredientes:
  • 1 litro de caldo de carne (o algo más)
  • 500 gr. de chucrut
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 200 gr. de Knoblauchwurst (o fuet o un chorizo blanco o un poco de panceta ahumada)
  • 1 manzana grande
  • 1 chucharadita de pimentón (yo le puse algo más)
  • un poco de comino en grano
  • unas hojas de mejorana (si no tienes perejil o cualquier hierba fresca)
  • Sal, pimienta
  • 1 cucharada de aceite

Preparación:
Corta la cebolla en tiras muy finitas. Pon el aceite en una cazuela y dora la cebolla que quede bien frita. Mientras lavamos en agua el chucrut para reducir un poco su acidez. Una vez escurrido lo añadimos a la cebolla además de los ajos machacados, el pimentón, las hierbas y especias y el fiambre cortado en rodajitas o trocitos. Añade el caldo, baja el fuego y deja que se cocine unos 20 minutos. 5 minutos antes de estar lista la sopa, añade la manzana que previamente habrás rallado.

Y, esta sopa no puede quedarse sola. Es como el cine sin palomitas o un jardín sin flores. Y he recurrido a otro clásico austriaco. De las docenas y docenas de opciones que hay entre las ya famosas Knödeln (famosas en mi blog claro, que desde luego me he tomado muy en serio el ser la embajadora pelotíl de estos maravillosos manjares), como te digo, de las muchas opciones ya sea con frutas, con chocolate, con nugat, , con sémola, requesón, patata, etc, etc, me he decidido a tentarte con estas de manzana que en vez de ir cocidas, van bien frititas... anda, anda, que un día es un día...
http://www.hierbasyespecias.com/2009/12/pelotas-de-manzana-o-apfelknodel-para.html

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