Torrijas rellenas de crema o chocolate
Desperdiciamos nuestra energía a causa del conflicto, riñas, miedo y vanidad. Cuando nuestra energía no se desperdicia en absoluto, tenemos toda la energía del mundo. En tanto nuestro cerebro no se deteriora a causa del conflicto, ambición, esfuerzo, lucha, sentimiento de soledad, desaliento, etc. tenemos energía en abundancia.
_Jiddu Krishnamurti_
Cuentan los científicos que nuestras células son en sí pequeños sistemas solares atómicos que dependen de nuestro ser y éste del mundo, y éste a su vez de nuestro sol, quien también se sostiene de otros sistemas solares... universos enredados unos y otros en constelaciones microscópicas o gigantes. Millones de flujos de radiación solar que dan sustento a nuestra existencia. Mejor dicho, a nuestra vida en su concepto más literal. Somos pilas de energía solar. Y ésta no es una creencia moderna, muy al contrario, cualquier religión y medicina ancestral está regida por planetas y constelaciones. No hay ciencia que al escarbar en sus orígenes no salgan a flote planetas, estrellas o el mismo cielo sin ir tan lejos.
Lo que sí nos ha aportado la ciencia moderna -la cuántica que es el bebito de la ciencia en el que están puestas todas nuestras esperanzas- decía, que nos han asegurado recientemente que cada célula de nuestro cuerpo, antes de morirse, explosiona su luz del mismo modo que lo hacen las supernovas antes de desaparecer. Explotan toda su energía y radian a los mundos cercanos con su propia materia alimentando así el principio físico que todos sabemos a estas altura de curso, que la energía ni se crea ni se destruye.
Así que cada vez que una célula de nuestro cuerpo estira la pata no perdemos nada ya que su vitalidad es desperdigada por las nuevas que crecen y maduran bajo la candela de las desaparecidas. Y contado todo esto, llegamos a una conclusión radiactiva. Energía tenemos todos y muy posiblemente suficiente como para entrar a formar parte de los 4 fantásticos. ¿Y por qué nos quedamos como setas semivegetando la vida entera?
Efectivamente. Tengo mi propia teoría que no se basa en ninguna ciencia salvo en mi mente retorcida que no consigo apagarla ni dormida. Creo sinceramente -y perdona la redundancia- que no somos conscientes de lo que somos. Nadie nos ha educado en este contexto. De niños, en lugar de hablarnos de supernovas y átomos y células explosivas nos han contado lo del hombre del saco y el lobo feroz. Luego a ser buenos, limpios y educados. Y cuando llega la adolescencia y nos cuentan lo de querer es poder, lo de hacer todo lo que te propongas y demás quimeras que sin hablarnos de la potencia de nuestros propios átomos es completamente imposible entender cómo se mueve el mundo... y llegamos a la edad adulta, con la mente envenenada, el cuerpo deteriorado de los golpes propios y ajenos y siempre ocupados en apagar los fuegos diarios que nos abrasan... y se nos olvida o nunca llegamos a entender que viene a ser lo mismo, para qué y por qué estamos aquí...
No desperdicies energía amigo mío. Empléala bien. No te esfuerces en hacer revoluciones estériles y simplemente evoluciona para ser mejor persona que con eso ya tenemos para un buen rato. Ten fe en ti mismo y rodéate solo de gente que busque lo mismo que tú. Porque sea cual sea nuestra religión o creencia, debe incentivarnos a creer pero nunca impedirnos saber y menos aún, evitar a toda costa que pensemos por nosotros mismos. Nos quieren ignorantes e insensibles, ahí lo dejo.
Ahora, a las torrijas. Rellenas que se me antojaron desde que se las vi a Adela. Te dejo link a su receta para que tengas dos versiones de un mismo manjar. Rellené la mitad de chocolate y las restantes de crema que son las que más me gustan a mí.
Efectivamente. Tengo mi propia teoría que no se basa en ninguna ciencia salvo en mi mente retorcida que no consigo apagarla ni dormida. Creo sinceramente -y perdona la redundancia- que no somos conscientes de lo que somos. Nadie nos ha educado en este contexto. De niños, en lugar de hablarnos de supernovas y átomos y células explosivas nos han contado lo del hombre del saco y el lobo feroz. Luego a ser buenos, limpios y educados. Y cuando llega la adolescencia y nos cuentan lo de querer es poder, lo de hacer todo lo que te propongas y demás quimeras que sin hablarnos de la potencia de nuestros propios átomos es completamente imposible entender cómo se mueve el mundo... y llegamos a la edad adulta, con la mente envenenada, el cuerpo deteriorado de los golpes propios y ajenos y siempre ocupados en apagar los fuegos diarios que nos abrasan... y se nos olvida o nunca llegamos a entender que viene a ser lo mismo, para qué y por qué estamos aquí...
No desperdicies energía amigo mío. Empléala bien. No te esfuerces en hacer revoluciones estériles y simplemente evoluciona para ser mejor persona que con eso ya tenemos para un buen rato. Ten fe en ti mismo y rodéate solo de gente que busque lo mismo que tú. Porque sea cual sea nuestra religión o creencia, debe incentivarnos a creer pero nunca impedirnos saber y menos aún, evitar a toda costa que pensemos por nosotros mismos. Nos quieren ignorantes e insensibles, ahí lo dejo.
Ahora, a las torrijas. Rellenas que se me antojaron desde que se las vi a Adela. Te dejo link a su receta para que tengas dos versiones de un mismo manjar. Rellené la mitad de chocolate y las restantes de crema que son las que más me gustan a mí.
Ingredientes:
Preparación:
- 16-18 rebanadas de pan de torrijas (yo de molde que aquí no hay especial)
- 300-400 ml. de leche (dependerá de lo que absorba el pan)
- 1 huevo (más la clara que me sobró de hacer la crema)
- ralladura de naranja
- 2 cdas. de azúcar
- 1 palo de canela
- crema de chocolate tipo Nutella
- crema (ver la receta al final del post)
- abundante aceite para freír
- azúcar y coco rallado molido juntos para rebozar (o simplemente azúcar)
Preparación:
- Rellena el pan a tu gusto y corta por la mitad cada sandwich.
- Pon a calentar a fuego lento la leche con el azúcar, el palo de canela y la ralladura de naranja. Apagas el fuego cuando esté caliente la leche y dejas que temple y así coja bien los sabores.
- Bate el huevo y pon a calentar el aceite en una sartén honda.
- Pasa cada torrija primero por la leche, luego el huevo y las fríes por ambos lados. Las vas dejando escurrir del aceite sobrante sobre un papel absorbente de cocina. Reboza las torrijas en azúcar (o la mezcla con coco rallado) antes de que enfríen del todo.
Ingredientes para la crema:
Preparación:
- 200 ml. de leche
- 2 cdas. de azúcar
- ralladura de naranja
- 1 yema
- 2 cdas. de pudding de vainilla en polvo
- opcional: 1cda. de mermelada de naranja
Preparación:
- Ponemos a calentar la leche (reservamos como 1/4 de vaso para después) con la rama de canela, el azúcar y la ralladura de naranja. A fuego lento unos 10 minutos para que se desarrolle el sabor. Subimos a fuego medio y esperamos a que rompa a hervir. Retira la rama de canela.
- Mezclamos el polvo del pudding y la yema con la leche fría que hemos reservado hasta que no quede ningún grumo. Mezcla sin dejar de remover esta mezcla sobre la leche caliente hasta que la crema espese. Retira del fuego y continúa removiendo durante unos minutos. Añade ahora la cucharada de mermelada de naranja y lígala en la crema.
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