Flan italiano con arroz
Si te digo que te voy a hablar sobre el error del adivino pensarás "A ver con qué perversidad nos sale hoy la chamaquita". Pues eso. Eso es, tal cual. Para los psicólogos es una distorsión cognitiva. Yo oigo esos términos y me da risa, para qué mentir. Pero si te lo explico a lo "psicología para torpes" fijo que nos vamos a entender y no solo eso; seguro que nos vamos a ver en más de una como victimas de tan retorcida cognición. Sé que suena fatal pero explicado es más de estar por casa...
Te cuento. A ver, todos tenemos una bola de cristal en la cabeza que hace por regla matemática, que prejuzguemos y nos adelantemos a los acontecimientos bajo la inexorable burbuja de creer que si lo dice la bola así ha de ser. El problema es que cuando miramos la bola no observamos la realidad sino nuestros pensamientos o sentimientos. Tanto creemos en nuestra capacidad adivinatoria que todos caemos en la trampa de distorsionar los acontecimientos para amoldarlos a nuestras profecías y saboteamos todo aquello que se ponga por delante o quiera dirigir la acción en otra dirección. Lamentablemente, esta bola de cristal nunca funciona para adivinar el número del gordo o el caballo ganador en el Royal Ascot. Por eso se le llama error y no poder.
Los especialistas dicen que para dejar de sufrir hay que dejar de mirar la bola de cristal. A veces nos hace creer que la gente no nos acepta, que hablan mal de nosotros y todo este malestar hace que nos olvidemos de disfrutar de las verdaderas cosas importantes. ¿Te suena? ¿Quién no ha predicho alguna vez eso de "la vamos a tener" y al final se lía parda? Y mucho peor todavía, predecir que no vas a aprobar un examen porque te tienen manía o que no conseguirás un trabajo porque no tienes enchufe o que no te vas a declarar al amor de tu vida porque de seguro se reirá por tu estupidez.
Mi querida y pobre víctima del error del adivino. Eres un infeliz y ya lo siento porque no hay motivo para ello. Te has dejado embaucar por falsas realidades que han ensuciado y enturbiado tu buen juicio. Te has abonado de puro sin querer a la tragedia y eso a los griegos les quedaba como anillo al dedo pero a los humanos contemporáneos no nos pone nada de nada. Dicen que para ser feliz no es necesario que seas persona alegre y de tendencia positivista. El rollo melancólico también tiene un encanto bien bonito. No, la cosa es otra. Hay que huir de los sentimientos de malestar gratuitos, no desgastarte en dramas -y dramones- fruto de tu bola de cristal y no despegar los pies del suelo sin fundamento. Recuerda que las emociones son una consecuencia de nuestros pensamientos y no una reacción ante los pensamientos ajenos. Está en nosotros no desperdiciar nuestro talento emocional en porquerías. Ama y deja amar por encima de todo que a la que vives nada más se va a revalorizar con tanto encanto y belleza. Porque quien ama, por norma, vive y deja vivir en paz.
Ingredientes: (basado en esta receta)
Preparación:
- 150gr. de arroz cocido en agua y una pizca de sal
- 1 l. leche
- 7 huevos (la receta original tiene 10 huevo)
- 170gr. de azúcar (la receta original tiene 350gr.)
- Ralladura de limón
- opcional: un par de cdas. de ron
- Caramelo para el molde (cocinar 100gr. de azúcar y 3 cdas. de agua)
Preparación:
- Precalienta el horno a 160ºC.
- Unta el molde que vayas a usar con caramelo líquido. Si lo haces casero, derrite en una sartén o cacerola 100gr. de azúcar con 3 cdas. de agua. Lo remueves sin parar hasta que coja color y lo retiras del fuego y lo extiendes en el molde rápido para que no se vuelva sólido.
- Cubre el molde con el caramelo con la capa de arroz cocido.
- Mezcla la leche, los huevos, el azúcar, la ralladura y el ron. Mejor con la batidora para que quede bien ligado. Lo añades al molde. Hornea unos 75 minutos. Deja enfriar en la nevera mínimo 2 horas antes de desmoldarlo.
Publicar un comentario