Torticas de pan y atún

Lucas pilló un virus hace una semana. No es normal que enferme, así que el lunes fuimos al médico para estar seguros. Tiene 17 así que lo suyo es que hubiéramos ido al médico de familia pero me dije que por qué no ir al Dr. Wurm, su pediatra de toda la vida, el mismo que, desde que nació, le hizo todos sus controles, vacunas, virus y demás cocos. Si retrocedes en este blog, leerás más de una historia con el Dr. Gusano de protagonista ya que en su época de Kindergarten cogió todo lo que un niño humano puede coger. ¡Hasta la escarlatina! aquí te lo conté con pelos y señales

Con cuatro meses, un día antes de coger un vuelo para ir a España, le llamamos por teléfono por que andaba yo preocupada: el bebé tiene 37.5, la fiebre ni sube ni baja, no tiene dolor y está tranquilo. Nos dijo que fuéramos a su consulta. Tuvimos que esperar a que el bebé hiciera pis para hacerle un test pero con sólo ver la orina, nos dijo: "no, mañana no os podéis ir. Tiene un reflujo de orina". Hizo el test y bingo. Llamó al hospital, avisó que íbamos para allá y nos dijo que fuéramos directamente a planta. Al llegar, ya nos esperaban. Pasamos allí una semana mientras recibió el tratamiento. 

Cambiamos los billetes y un mes después volamos a España. Cogió una gripe estomacal en el viaje. Al segundo día en Las Negras, tuvimos que ir a urgencias. Tres horas en sala de espera y cuando nos atiende un doctor nos avisa que no es pediatra. Casi me da algo. Me pasa una dieta y le aviso que el niño prácticamente es lactante. Dice que es lo que hay. Regreso a casa desanimada y con el bebé llorando a mares porque tenía hambre. Aviso a Günter que llama al Dr. Wurm o Dr. Gusano (traducción literal de Wurm) y le cuenta el temazo. Me dice que le prepare los bibis con agua de arroz y menos leche en polvo. Bingo. Niño feliz y vuelve a dormir con un bendito.

Así pues, esta visita ha sido de despedida a lo "una última vez". Claro, las mamás en la consulta flipaban al verme entrar con un maromo de 1.87 y las enfermeras de recepción ya me avisaron que el "peque" ya debía ser tratado como un adulto pero ¡qué quieres! ha sido una visita llena de cariño y añoranza. El Dr. Wurm, como todo lo pilla, le saludó con mucho cariño, le preguntó y escuchó: "dolor de cabeza y estómago, vómitos, debilidad, dolor e inflamación de articulaciones, pupas en los labios, un pequeño derrame en un ojo y nada de fiebre". "Virus", dijo él pero antes, como siempre ha hecho, pinchacito en el dedo y un pequeño test de sangre para estar seguros. Cinco minutos después, confirmación que era vírico.

No te imaginas como voy a echar de menos a este hombre.

Y hoy es domingo de reto, de Homenajeblog donde cada mes nos colamos en cocinas ajenas y homenajeamos al anfitrión cocinado alguna de sus recetas. Este mes el turno es para Conchi García del blog Mis comiditas un blog que apenas conocía y donde he encontrado esta maravilla de tortillicas de pan viejo y atún que nos han chiflado. Facilonas, baratejas y sabrosas. ¡Quién puede dar más por menos!


Ingredientes:
  • 250gr. de pan viejo cortado en trocitos
  • 2 huevo XL
  • 1 lata de bonito de 180gr. 
  • Perejil y/o cebollino (puse de ambos)
  • 1 diente de ajo machacado
  • 1/2 vaso de leche 
  • sal y pimienta
  • abundante aceite para freír

Notas:
  • Si el atún o bonito es en su jugo puedes aprovechar el líquido. Si es en aceite, mejor escurrido.
  • La cantidad de leche es orientativa ya que cada pan va a absorber a su manera así que puedes incorporarla poco a poco. Lo importante es que el pan quede mojado pero sin encharcarse la leche. Si esto pasa, añade un poco más de pan.

Preparación:
  1. Pon todos los ingredientes en un bol y amasa y deja que repose unos 10 minutos para que absorba bien todo. Lee las notas sobre la cantidad de leche.
  2. Haz bolitas del mismo tamaño y puedes dejarlas sobre papel de hornear para evitar que se peguen. Puedes humedecer tus manos ligeramente para trabajar mejor las botitas.
  3. Calienta el aceite en una sartén honda o freidora. Aplasta cada bolita y las fríes dejándolas sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite. Puedes servirlas con alioli o salsa de sésamo (alioli con una cucharadita de taina) 

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