Torticas de pan y atún

Con cuatro meses, un día antes de coger un vuelo para ir a España, le llamamos por teléfono por que andaba yo preocupada: el bebé tiene 37.5, la fiebre ni sube ni baja, no tiene dolor y está tranquilo. Nos dijo que fuéramos a su consulta. Tuvimos que esperar a que el bebé hiciera pis para hacerle un test pero con sólo ver la orina, nos dijo: "no, mañana no os podéis ir. Tiene un reflujo de orina". Hizo el test y bingo. Llamó al hospital, avisó que íbamos para allá y nos dijo que fuéramos directamente a planta. Al llegar, ya nos esperaban. Pasamos allí una semana mientras recibió el tratamiento.
Cambiamos los billetes y un mes después volamos a España. Cogió una gripe estomacal en el viaje. Al segundo día en Las Negras, tuvimos que ir a urgencias. Tres horas en sala de espera y cuando nos atiende un doctor nos avisa que no es pediatra. Casi me da algo. Me pasa una dieta y le aviso que el niño prácticamente es lactante. Dice que es lo que hay. Regreso a casa desanimada y con el bebé llorando a mares porque tenía hambre. Aviso a Günter que llama al Dr. Wurm o Dr. Gusano (traducción literal de Wurm) y le cuenta el temazo. Me dice que le prepare los bibis con agua de arroz y menos leche en polvo. Bingo. Niño feliz y vuelve a dormir con un bendito.
Así pues, esta visita ha sido de despedida a lo "una última vez". Claro, las mamás en la consulta flipaban al verme entrar con un maromo de 1.87 y las enfermeras de recepción ya me avisaron que el "peque" ya debía ser tratado como un adulto pero ¡qué quieres! ha sido una visita llena de cariño y añoranza. El Dr. Wurm, como todo lo pilla, le saludó con mucho cariño, le preguntó y escuchó: "dolor de cabeza y estómago, vómitos, debilidad, dolor e inflamación de articulaciones, pupas en los labios, un pequeño derrame en un ojo y nada de fiebre". "Virus", dijo él pero antes, como siempre ha hecho, pinchacito en el dedo y un pequeño test de sangre para estar seguros. Cinco minutos después, confirmación que era vírico.
No te imaginas como voy a echar de menos a este hombre.
Y hoy es domingo de reto, de Homenajeblog donde cada mes nos colamos en cocinas ajenas y homenajeamos al anfitrión cocinado alguna de sus recetas. Este mes el turno es para Conchi García del blog Mis comiditas un blog que apenas conocía y donde he encontrado esta maravilla de tortillicas de pan viejo y atún que nos han chiflado. Facilonas, baratejas y sabrosas. ¡Quién puede dar más por menos!

Ingredientes:
- 250gr. de pan viejo cortado en trocitos
- 2 huevo XL
- 1 lata de bonito de 180gr.
- Perejil y/o cebollino (puse de ambos)
- 1 diente de ajo machacado
- 1/2 vaso de leche
- sal y pimienta
- abundante aceite para freír
Notas:
- Si el atún o bonito es en su jugo puedes aprovechar el líquido. Si es en aceite, mejor escurrido.
- La cantidad de leche es orientativa ya que cada pan va a absorber a su manera así que puedes incorporarla poco a poco. Lo importante es que el pan quede mojado pero sin encharcarse la leche. Si esto pasa, añade un poco más de pan.
Preparación:
- Pon todos los ingredientes en un bol y amasa y deja que repose unos 10 minutos para que absorba bien todo. Lee las notas sobre la cantidad de leche.
- Haz bolitas del mismo tamaño y puedes dejarlas sobre papel de hornear para evitar que se peguen. Puedes humedecer tus manos ligeramente para trabajar mejor las botitas.
- Calienta el aceite en una sartén honda o freidora. Aplasta cada bolita y las fríes dejándolas sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite. Puedes servirlas con alioli o salsa de sésamo (alioli con una cucharadita de taina)
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