Dip de queso labne y zanahorias aliñadas

No recuerdo en qué película -en una antigua puede que en blanco y negro- salían con recurrencia, escritores de novela negra y guionistas que se juntaban en los juzgados para seguir casos reales y así buscar inspiración para sus "crímenes". Aunque ni soy guionista ni escritora que se precie pero sí una gran comprometida con las historietas de este blog, y puesto que estoy de capa caída en cuanto a ideas -el mundo está terrible y quiero salir un poco de tanto horror- he acudido en busca de inspiración a la sección cultural del The Guardian. Ya estaba allí por otra noticia que no tenía chicha para relatarse cuando me he dicho "dale a ver que sale". 

En fin, cultural, dicen. ¡Pa' lo que hemos quedado querido lector! y entre tanto esperpento me encuentro con un artículo sobre el "santuario" de Harry Style -un cantante/actor famoso que no tengo ni idea de lo que canta- y, cito textualmente "Elvis Presley tenía Graceland. Dolly Parton tiene Dollywood. Harry Styles tiene un viaducto ferroviario en las marismas de la zona rural de Cheshire." Y aquí casi me caigo de culete encima de mis sartenes. Pero ¿qué? ¿en serio? Pues va a ser que sí.
Resulta que el muchacho procede de Holmes Chapel, un pequeño lugar de la Inglaterra profunda que no ha dudado en explotar, perdón, explorar el lado turístico a costa de su vecino más insigne. Por algún motivo que se me escapa, han conseguido que trascienda a nivel mundial que el primer beso del Harry se lo dio debajo del puente y ahora cientos de fans del mundo entero peregrinan al muro del viaducto a dejar su nombre y de paso hacer un par de ticktoks. 

Cuentan que la excursión no es tan facilona como parece ya que la campiña inglesa no es tan dócil como parece. Hay que enfrentarse a vacas hiperactivas que tienden a perseguir a los turistas, los lodazales son traicioneros y lo más importante, hay que cruzar una carretera y teniendo en cuenta que los harries -así llaman a los fans- no tienen muy claro por que lado les vienen los coches, la peregrinación puede resultar altamente peligrosa. Para ello, venden unos mapas por 5 libras con caminos "seguros" y si te tiras el pisto, por 20 te hacen una visita guiada que incluye visita a la panadería donde de muchachín, Harry trabaja limpiando mostradores, suelos y bandejas de dulces. 

También están lanzando llamamientos en los medios para buscar colaboradores audaces que no se amilanen ante los peligros del mundo rural y quieran ayudar en las tareas de atender a los fans. Eso sí, insisten que a ser posible, sea algún joven con algún familiar cerca porque en el pueblo no tienen donde alojarlos. 
Y yo, que como te he dicho no tengo ni idea de lo que canta este chico -más allá de Luis Fercán estoy perdida-, lo único que sé es que recientemente protagonizó "No Te Preocupes Cariño" dirigida por Olivia Wilde con quien tenía un lío en esos momentos, junto con Florence Pugh, Chris Pine y Gemma Chan. La Florence, que terminó hasta el moño, se negó a promocionar la película del show que tenían montado el Harry y el Chris que se llevaban a matar, la falta de profesionalidad de la Wilde que hacia novillos en el rodaje cada vez que le salía del capote y para sellar tan bonito elenco, la única vez que se les pudo fotografiar a todos juntos -En Cannes ya sentados en sus butacas justo antes de la proyección- el Harry escupió en el asiento del Pine mientras que la Olivia dibujaba una medio sonrisilla a lo "Uy, qué cosas".

Pues sí, qué cosas. Y esta que traigo hoy es pura locura, levanta pasiones y afilia fanáticos al primer bocado pero afortunadamente, no necesita de mapas a 5 libras ni guías turísticos. Está tan rica, que se tarda más en contar la receta que en zampártelo.


Ingredientes:
  • zanahorias (más o menos 300-400gr.)
  • un puñado de avellanas
  • Queso labne (500gr. de yogur escurrido unas 4-5 horas)
  • alguna hierba fresca picadita (perejil, cebollino, albahaca...)

Aliño:
  • 2 tomates secos
  • 1 tomate 
  • un poco de pimiento rojo
  • aceite de oliva
  • vinagre balsámico
  • sal  algo de pimienta

Nota:
  • Para preparar el queso labne: unas 4-5 horas antes, pon a escurrir el yogur haciendo un hatillo con un trapo fino de cocina o una gasa. 
  • Puedes colgarlo o ponerlo sobre un un colador. El plan es que pierda el suero. 
  • Cuando esté escurrido, le pones un poquito de sal y listo. Si quieres más información, lo publiqué aquí.

Preparación:
  1. Pela y corta las zanahorias y las salteas con un poquito de aceite de oliva. Sala un poquito. Tapa y deja que ablanden a fuego medio-alto para que se marquen y cojan color. Reserva.
  2. En la misma sartén, tuesta las avellanas a fuego medio. Pícalas y reserva.
  3. Con ayuda de una trituradora (o la minipimer de toda la vida) haz el aliño triturando todos los ingredientes. Reserva.
  4. En un plato, pon una buena capa del queso labne. Puedes ponerle encima alguna hierba fresca a tu gusto. Pon encima la mitad de las avellanas, las zanahorias y de nuevo el resto de avellanas. Termina colocando el aliño por encima (puede que sobre aliño, ponlo con mesura).

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