Sopa de patata y pescado con una pizca de inspiración

Hoy siento que mis manos están inspiradas y son capaces mover el mundo; más o menos. Esta mañana Lucas no quería ir al kindergarten y no por nada especial, no podía ir al cole porque hoy lo que quería era bajar a jugar al jardín... a las 8 de la mañana, toma capricho el que se marca mi retoño. Son de esas situaciones en la que no consigo empatizar con sus gustos y él, que me conoce al dedillo, lo sabe bien, así que se puso solito las sandalias del jardín y se dispuso a marcharse a la francesa. Suerte que con la puerta de abajo no se hace -mucha puerta aún para un enano de un metro- pero ahí se mantuvo inflexible en su empeño. A la que le llamo "Lucaaaas, veeeen... perooo YA!" y él chilla como único alegato a un pleito que tenía perdido desde el mismísimo momento en que enfiló las escaleras de la entrada. Sobra decir, que el drama estaba servido.
Pero las hábiles manos de mamá, reaccionaron a tiempo; bajé a su encuentro con el firme convencimiento de que tendría que agarrarle por las bravas y subirle de nuevo a casa en pleno ataque de furia infantil, de esos que tardan en olvidarse y que uno se plantea un montón de circunstancias vitales en la onda de "¿y por qué no le habré regalado, dios mio? ¿y por qué no me lo comí cuando era tan chico y tiernecito, madre del amor hermoso?" y ¡cha-chán! el milagro: Mamá se pone a su altura, en sus ojos leo la amenaza de "ya verás tú de lo que soy capaz" y mis manos mágicas acarician sus mejillas a un mismo tiempo y apenas sin forzar, digo... "Luc!!! (suave para no romper el hechizo) ... anda, ven conmigo kleiner, que te visto y nos vamos dando un paseo, ok?" Derretido en ternura forzosa contesta: "oooooooookkkeiiiiiiii". Aposta y no me sale. Apunto para veces futuras tirar más de instinto que de maneras.
Este pan, mi segundo milagro mani-hacedor. Pan aprendido con el video que encontré donde Ibán y es de uno de los programas de la Julia Child -¡qué mujer!- y me dejó prendada. Ver esas manos en acción (las de Julia no, las de su invitada :-) fue maravilloso y su habilidad con la masa me dejó completamente hechiza. Y como yo soy de prontos me quedé, además de con la copla, con el firme propósito de conseguir que mis manos se muevan como las suyas y consigan que la masa obedezca a mis hacendosas extremidades. Aún no lo he conseguido. Mis manos, las mismas que rozan en caricias y convierten a un enano iracundo en un corderito de postal, son bastante torponas y lentas en comparación. El harina, cuando lo lanzo sobre la mesa, vuela por doquier -creo que tengo harina hasta en la lámpara- y mis barras tienden a la deformidad cada vez que llegamos al paso "del trapo a la placa"... pero mientras entreno para lograr esa perfección, nosotros en casa a lo nuestro: barra va y barra viene, que ésta es una casa muy al estilo español: sin pan se para el mundo.
Pero no traigo la receta de esta pan porque no la tiene. Aprender a hacer pan no requiere de recetas sino de tutoriales así que hoy lo importante, es mirar y escuchar a la experta mientras trabaja. Lo que te traigo hoy es una sopa. Una de esas que reparan el alma igual que las manos de una mami calman el genio del más lanzado. Una sopa en evolución, que empezó siendo la clásica sopa de pescado y patata de "enfermo" y hoy es una sopa bestial y contundente. La mayoría de la gente come sopa cuando tiene frío. Yo no. Yo como sopa cuando tengo alguna pena o añoranza y hay que entonar el alma. Cuando estoy relajada y en equilibrio, pues también y de paso alimento mi deseo de hacer que ese estado perdure. Y si crees en la magia, prueba a pedir un deseo después de haber dado buena cuenta de una rica sopa... mira que en la vida, todo puede ocurrir así que desea con cuidado no vaya a ser que tus deseos se cumplan.
Nota:Las fotos han sido renovadas en 18 de enero del 2020. Hoy es un día gris que amenaza con nevar. La hemos comido en silencio salvo Kev que no ha dejado de charlar. Y es que los Nobis seguimos poniéndonos nostálgicos los días fríos con sopa. La sopa tiene hoy más verduras que cuando comencé a hacerla.
Ingredientes:
- 400gr. de pescado blanco en lomos (uso bacalao fresco)
- 1 puerro mediano
- 2 cebolletas
- 4 patatas medianas
- algo de verdura verde a tu gusto
- 1 cucharadita de pasta de curry
- una pizca de curry en polvo
- 1 vaso de leche de coco
- 1litro de caldo de verduras o de pescado
- Sírvela con un buen chorro de limón y salsa Sriracha si te gusta el picante
- Corta en rodajas semi-finas el puerro, las cebolletas y las patatas. Pon el caldo a calentar en una olla y cuando esté caliente lo añades. No te recomiendo que saltees previamente las verduras ya que cogerán grasa que luego sueltan en el caldo haciendo burbujas de aceite que en este caso, no son necesarias.
- Añade el resto de los ingredientes menos el pescado y la verdura que quieras (espinacas, acelgas, etc) que lo añadiremos a los 10 minutos de la cocción, cuando las patatas estén a medio hacer. El guiso tarda entre 20-30 minutos en hacerse, no más tiempo ya que puede quedar hecho un revoltijo indescifrable.
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