Zumo de flores de saúco y la fiesta del verano

Hoy es un día grande. Hemos estado toda la mañana de "marcha", madre mía para lo que hemos quedaó: hace bien poco nuestro concepto de "salir de marcha" era bastante diferente. Para que veas la de cosas que pasan en el mundo en cuanto uno se despista un par años o diez... aaaaaains ...  ¿?... ya me perdí y acabo de empezar... la entrada de hoy promete... ¿qué decía? ... ¡eso! de fiesta. Hemos estado en la fiesta del verano en el Kindergarten donde los padres novatillos hemos hecho acto de presencia en nuestro primer fin de curso. Una vez más, los asuntos relativos a saciar las panzas de tanto niño entusiasmaó y tanto padre, padre y/o abuelos trotando por el jardín, corría a cargo de cada familia. Yo he preparado unas empanadas y un par de hornazos esta vez con chorizo campofrío - del capítulo "longaniza pa' qué te quiero" como que no quiero ni acordarme - eso sí, de Pamplona porque chorizo cular, por aquí de momento, ni olerlo.

Preparé además, un par de cestas de regalo para las Tantes. Tante es como se llama a las seños por aquí y, en esta manía mía de castellanizar el germano, en lugar de llamarlas como está mandaó, es decir, Tanten (tías) yo las pluralizo en español que es mucho más fácil. Se que hago mal, pero es que aquí, mis paisanos, usan como siete plurales diferentes y luego quieren que hables bien, ¡jo...robarse! lo que cuesta a veces dar con el plural correcto. Así que yo las llamo las Tantes y me quedo más ancha que larga. Eso sí, cada vez que le digo a Lucas, "Lukis, hijo: despídete de tus Tantes" las susodichas me miran con cara de pero_en_que_demonios_habla_esta_mujer... ahora, qué yo ni me inmuto, porque al fin y al cabo esa es la gran ventaja de llevar un tiempo en el extranjero viviendo a lo guiri. Puedo asegurarte que a estas alturas ya estoy completamente inmunizada contra vergüenzas lingüísticas. De hecho, creo que soy una gran maestra en el arte de soltar la mayor de las burradas imaginables y encima mantener la mirada a mi flipado interlocutor mientras le dedico un gesto en la onda de "Ayyyy_tronqui_pero_que_poco_mundo_tienes_tú".

Sigo. Como te decía, la ventaja de ser novatos es que carecíamos de absoluta información sobre el tipo de presente que se hace a las sufridas maestras que, además de enseñar a nuestros enanos a pensar y a convivir en armonía con el resto de sus congéneres, se las tienen que ver con pantalones mojados, desayunos de ida y vuelta, lágrimas de cocodrilo y alguna que otra plasta en el trasero de los más insensibles -véase el caso de mi hijo que día si día no deja una atmósfera fétida en toda la clase... No comments-. Cuando ha llegado el momento de entregar el detallín a las Tantes enseguida nos hemos dado cuenta de que la novatada corría a nuestro favor: una torre de cajas de bombones Merci se iban apilando en un rincón. Imagina la cara de Karola y Renate cuando hemos sacado las cestitas con un pesto rosso, unas aceitunas marinadas, unos penne caseros y unos Kräcker (crackers) de sésamo y semillas de amapola. Muy cucas la verdad... ¿fotos?... ya, ya, ¡fotos! la fiesta empezaba a las 10 de la mañana y a las 8:30 estaba horneando los crackers ¡Cómo para hacer fotos!
En fin, que todo muy divertido. Hemos saltado en la carrera de ranas; hemos pescado a Nemo, hemos botado en esos balones gigantes que son como para matarse y hemos hecho carreras llevando un huevo en una cuchara de madera. Vaya, cosas todas ellas de esas que abren boquetes en las paredes intestinales y hacen que nuestras pancitas reclamen un pedazo de cualquiera de esos pasteles, helados, ensaladas y ¡cha-chán! empanadas y hornazos que una anda como muy patriota con eso de que todo el mundo hable del David Villa y la final de Sudáfrica... ¡olé, olé! ... mucho ojo con lo que acabo de soltar ya que ni decir tiene que en España, para que yo suelte un olé de estos, tienen que haber caído una media docena de cañas... o más. Ainss, como te decía al empezar: pa' lo que hemos quedaó.

Así que no me voy a liar en la cocina. Te traigo un refresco casero de flores. Aquí es muy típico hacer este concentrado en el mes de mayo y junio, cuando florecen los saúcos (Holunder). Las flores, además se comen fritas. En casa hacemos el Holundeblütenrsaft, un zumo concentrado de saúco que se puede mezclar con agua o con soda... las flores crecen silvestres por toda Estiria aunque las ricas, como dice mi vecina, a cogerlas al bosque que las que crecen en la ciudad están muy schmutzig (muy cochinas... o sucias que lo mismo da).


Ingredientes para hacer 2 litros de zumo concentrado:
  • 20 flores de saúco
  • 1.5 litros de agua
  • 1 kg.  de azúcar
  • 2 limones enteros
  • 30 gr. de  ácido cítrico

Preparación:
  1. En una olla enorme, poner el agua, el azúcar y el ácido cítrico. Retirar antes de que hierva y depositar en un tarro grande. Meter dentro las flores, los limones cortados en rodajas y añadir el líquido. Cerrar y dejar macerar en un lugar fresco y protegido del sol un par de días. 
  2. Cuela el zumo filtrándolo por un colador con un paño de algodón fino encima. Ahora puedes hacer dos cosas: una, guardar el zumo tal cual, que es lo que últimamente venimos haciendo. Dos, concentrar un poco más el zumo para que coja más intensidad. Para ello, tienes que cocer unos 10-15 minutos. 
  3. Para servir, usa 1/4 parte del zumo y 3/4 partes de agua fresca o de soda si te gusta con burbujas:-)

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