Kuchen de albaricoques para que nos entendamos

.... Hola, ¿sigues ahí?... ¿te he hecho esperar mucho?... cachis, mira que lo siento... No quería alarmarte ni que pudieras pensar que se me había pasado el boom bloguero y que ahora me estaba dedicando a plantar margaritas... bueno, la verdad es que tengo plantadas lechugas y unas maticas de tomates y pimientos pero nada de margaritas, te lo aseguro. Mi silencio no significa olvido. ¡Cómo me voy a olvidar! ni loca! Es solo eso, que ando silenciosa, con la tecla caída y con un sopor interno de la leche... y externo también, que tenemos unos calores que no son normales y mi peque se me achicharra el pobre, así que le monto la piscinilla hinchable en el jardín, extiendo el toldo, abro las sombrillas, le unto en protector solar, le incrusto la gorra y le dejo correr y jugar en pelota picada hasta que cae rendido...
Como ves, excusa no tengo.No ando tristona ni perdida. Al contrario. Andaba pendiente de que este verano me dieran luz verde a la operación "adiós útero pocho" pero de momento me libro... :-) ... el causante de mis desavenencias uterinas ha dejado de crecer así que no moveremos bisturí mientras la bola siga quieta. Mi anemia, bajo control. No estoy para echar cohetes, pero es mi mejor resultado en dos años... joder! la vida me quiere, te lo aseguro. Perdona mi lengua malhablada pero me sale de lo más hondo. Hace tres años se me vino el mundo encima y mírame ahora, sigo indemne y más feliz que una perdiz... mira, cada vez estoy más convencida que la mayor desgracia en esta vida no es perder la salud, sino no poder recuperarla. Vivo con una enfermedad adosada a mi médula ósea pero hoy por hoy me siento más sana que una .... manzana!
Me vendría mejor decir que un albaricoque pero vaya palabreja tan difícil de rimar. Aquí se llaman Marillen y ahora que estamos de temporada, se llenan las cunetas de puestos con el cartel de "Marillen aus Österreich" ... hala! para que no quepa duda que es producto nacional y que el granjero en cuestión no nos da gato por liebre. Son completamente biológicos, es decir, no son bonitos por fuera y en seguida se echan a perder porque los árboles son los de toda la vida y no entienden de variedades de larga duración, ni de aspectos bonitos. Tienen sus pintitas y señales muy posiblemente recuerdos de las dos únicas tormentas que hemos tenido, ambas con granizo y muy mala uva... En fin, que aquí te dejo este Kuchen que es todo un símbolo en Austria. Lo normal es hacerlo en un molde cuadrado o alargado pero el tamaño que me encajaba bien era redondo y hay que apañarse con lo que se tiene. Lo importante, es elegir un molde amplio para que no quede muy alto. Así la cocción es más rápida y se evita que las frutas buceen por el bizcocho. Además, se trata de que el bizcocho quede bien cuajado y la fruta jugosa... como lo hagas en un molde profundo, no lo conseguirás...
Pero antes de entrar en la receta tengo que hacer una de mis confesiones: esta tarde, a la que comprábamos los Marillen ya tenía en mente hacer este Kuchen para merendar. Lo que no entraba en mis planes era encender la cámara... no se, una entra en la espirar y ya no se plantea más. Al llegar a casa, encendí el ordenador y leí mis mensajes de correo pendientes de los últimos días... tenía regalos, de esos que a mi me gustan... llenos de cariño, alegría y que dan ganas de espachurrarlos de lindos que son... también, un vídeo con secretos... comprende que no pueda decir más... y una dedicatoria de las que me llegan al alma: en el blog de Erika, además de la receta puedes conocer la historia de los Kaisersemmel otro gran clásico austriaco... y comprobar la amistad tan bonita que nos une... al leer su entrada, me he dicho: "Maiiii, tú estás tonta! busca la cámara y ponte las pilas que tienes que publicar hoy... y no hay excusa que valga!" ... porque no se trata de cocinar, ni de fotografiar, ni de escribir... se trata de mantener alimentados los afectos, las pancitas llenas de mariposas y los cariños frescos y recién pescados... porque me puedo liar y pasar sin escribir o sin cocinar, pero no puedo pasar sin ti... y cuando digo "ti" me refiero justo a ti...
Ingredientes:
Notas:
Preparación:
- 150 gr. de azúcar glas (he usado 110gr porque no lo quería muy dulce)
- 1 sobre de azúcar avainillada
- 150 gr. de mantequilla en pomada
- 4 huevos
- 180 gr. de harina
- 1/2 sobre de levadura química
- Un chupito de licor de frutas o brandy
- un poco de ralladura de limón
- algo menos de medio kilo de albaricoques
- Un poco de azúcar glas para espolvorear
Notas:
- Antes de nada, un par de cosas... o tres. La mantequilla, cuida que esté en "pomada", es decir, blanda y cremosa. Fría no va a funcionar porque hará grumos en la masa y no queremos que eso ocurra. No la derritas ni la reemplaces por aceite ya que sino, la masa quedará muy líquida y las frutas se hundirán demasiado o por completo.
- El azúcar intenta que sea glas o molido ya que el granulado proporcionará más aire al bizcocho y tampoco queremos que ocurra. Este es un bizcocho de miga más o menos compacta y conseguir una masa muy cremosa y uniforme es el único truco que tienen estos bizcochos con frutas.
- He colocado las mitades de albaricoque con la piel para fuera pero suele hacerse al revés y así cuando espolvorees con el azúcar glas al final se concentrará más azúcar en la fruta rebajando la acidez de los albaricoques.
Preparación:
- Precalienta el horno a 180º.
- Monta a punto de nieve las claras con una pizca de sal. Reserva para el final.
- Pon en un bol la mantequilla blanda, el azúcar glas, el sobre de azúcar avainillada, la ralladura, el licor y las yemas de huevo. Bate con ayuda de unas varillas (si son eléctricas mejor) hasta que tengas una crema suave y sin grumos. Añade la levadura química y el harina poco a poco batiendo la crema. Al final, añade las claras montadas moviendo con suavidad la masa.
- Engrasa un molde de unos 26-28 cm. y cubre con la masa. Coloca las mitades de los albaricoques deshuesados como quieras (ten en cuenta lo que te he contado antes) y hornea unos 30-40 minutos, hasta que quede dorado por encima. Deja enfriar, desmolda y espolvorea con azúcar glas a tu gusto...

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