albóndigas rellenas de dátiles y tamarindo, risotto de calabaza y una fiesta de faroles

Ay, qué iguales pero que distintos somos. Mientras en España para San Martín matamos cerdos y hacemos chorizos, aquí los niños celebran el festival de los faroles (Laternenfest) y comen castañas. Nada que ver, porque a pesar de existir niños que chillan como cerdos y comen chorizos no tengo constancia de que ningún cerdo se haya paseado por las calles de su pueblo con un farolito al hocico cantando alegremente y rumiando castañas asadas para estar bien calentito y contento... y el matarife, qué, detrás, no?... uy, quita quita, esto suena a película de Buñuel... Afortunadamente, aquí la cosa consiste en que los niños salen al caer la tarde con unos farolitos supuestamente hechos por ellos mismos -ejem, mucha huella dactilar de la Tante he visto yo- cantando y recitando poemas a los papás que, como siempre, nos espachurrábamos unos con otros, cámara en mano, lloviendo flashes a lo bestia, sobaco con sobaco, salvando la distancia solo por el forro del abrigo... zak-zak y toma foto!... ¿zak? me cachis! pues no caigo ahora? a ver, en castellano sería: chak-chak! pensarás que mi dominio de la lengua austro-húngara está haciendo que olvide el castellano pero no: me estoy volviendo una imbécil lingüísticamente hablando indistintamente del idioma que use. A esto hemos llegado! y fijo que hay quién lo llamará "enriquecimiento". Pues yo no, qué lo sepas! ahora no hablo bien nada, cachis!... en fin, que tanto codo con codo, flash con flash para descubrir que los abrigos de nuestros hijos están plagados de reflectantes que ni después de chuperretear un sapo -o algo peor- hubiéramos imaginado...


Y hablando de hablar mal... el otro día, le hablaba a Lucas en Alemán -mal hecho, lo sé- y se me trabó la lengua -lo normal- y en un arrebato de sentida pena le dije : "hijo, perdona pero es que hablo muy mal el alemán" y me contesta: "keine sorge, Mami, ich auch" traducción: "Mami eres maravillosa y genial y creo que eres la persona más guapa y perfecta del mundo aunque nadie lo sepa"... cómo qué no! me estás llamando fea o mentirosa? ... está bien... si te parece lo dejamos aquí tal cual, que por mucho menos algunos se declaran la guerra y  terminan como el rosario de la aurora... me repetiré para que haya paz:  y en un arrebato de sentida pena le dije : "hijo, perdona pero es que hablo muy mal el alemán" y me contesta: "keine sorge, Mami, ich auch" o lo que es lo mismo "no te preocupes Mami, yo tampoco" ...

Y para quitarme este tocino mental que arrastro cual cadenas a mis tobillos y de paso, para hacer honor a todos los chorizos, jamones y pancetas del mundo que a partir de San Martín empiezan a elaborarse con tanto esmero, recupero de mi disco duro esta receta que quedó olvidada el año pasado por culpa del adviento, que se me echó encima y ya no me dio tiempo a presentarla en sociedad... lo ves cómo tengo un tocino mental del ocho? Pero una será una tocina impresentable pero imaginación tiene mucha y esta es una receta fruto de la inspiración del momento que tuve que apuntar deprisa y corriendo para no olvidarla... el risotto, es gentileza de la etiqueta de la calabaza que muy amablemente me la vendieron con un par de recetas... cosa que me parece muy bien porque no todo es crema y pastel cuando una curbitácea entra en nuestra cocina...



Ingredientes para las pelotas de carne:
  • 3/4 kilo de carne picada (cerdo, vacuno, ternera... da igual siempre que sea magra)
  • 150 gr de panceta (yo usé de Parma.. perdonar esta ofensa al pundonor patrio)
  • 1/2 dientes de ajo
  • 1 huevo
  • 1 ó2 rebanada de miga de pan blanco
  • unos cuantos dátiles (de 6 a 10 piezas a gusto)
  • 1 cucharadita de pulpa de tamarindo
  • una pizca de mostaza en grano
  • una pizca de comino en grano
  • una pizca de cilantro en grano
  • una pizca de nuez moscada
  • 1 cucharadita de tomillo picado
  • unas gotas de zumo de lima
  • unas gotas de salsa perrins
  • sal
  • un poco de harina de arroz o de maíz  para rebozar (quedan más crujientes que con trigo)
  • un poco de aceite para freír
  • 2 chalotas
  • pimienta verde fresca
  • salsa de soja o un poco de caldo de carne (más práctico la soja)
  • 2 cucharadas de crème fraîse
  • 1/2 vaso de agua o vino blanco
Preparación:
Pon en el vaso de la trituradora el huevo, el pan mojado en leche, las especias, la salsa perrins, unas gotas de zumo de lima, sal, el tamarindo y una media docena de dátiles sin hueso. Esta masa la mezclamos con la carne y dejamos que repose unos pocos minutos. Si queda muy blanda, añade un poco de pan rallado y vuelve a dejar que repose. Intenta no pasarte y que queden muy duras que perderán jugosidad. Hacemos las bolas y si quieres, puedes meter medio dátil deshuesado en el centro. Las fríes en un poquito de aceite - freír, no hacer a la plancha. Es decir, con mojar la sartén no funciona, tienes que echar un poquito más-. Una vez fritas, deja que reposen en una fuente con papel absorbente de cocina por arriba y por abajo para quitar el exceso de grasa que no nos lleva a ningún lado. Retira de la sartén casi todo el aceite y con el poso de la fritura, saltea las chalotas, con un chorro de salsa de soja, la pimienta y el vino blanco. Cuando reduzca el alcohol, tritura la salsa con 2 cucharadas de crème fraîse. Cuela y reserva caliente... Calienta el horno a 200º. Cuando las albóndigas estén templadas, envuélvelas en el tocino y las depositas en una fuente de horno. Hornea hasta que el tocino esté crujiente... aquí llega el gran dilema: las pelotas sueltan una grasilla que huele maravillosamente bien. Puedes tirarla o añadirla a la salsa -cuélalo para que no queden cosas raras en la salsa... y sino, la salsa estará igualmente deliciosa y mucho más ligera...




Ingredientes para el arroz con calabaza y queso parmesano:
  • 1 vaso de arroz por cada 2 personas (arroz de grano corto especial para risotto)
  • en mi caso, el doble de líquido (3/4 de caldo y 1/4 de vino blanco)
  • 200-400gr. de calabaza (dependiendo del número de comensales)
  • 1 chalota y un diente de ajo por vaso de arroz
  • 3 cucharadas de queso parmesano por vaso de arroz
  • 50 ml de nata líquida por vaso de arroz
  • sal, pimienta y nuez moscada recién rallada a ser posible
  • un poco de verde (o fresco o nada)
  • un chorrito de aceite de oliva
Preparación:
Corta la calabaza en trocitos pequeños ponla a cocer en vino blanco (por ejemplo, para dos personas con un 1/4 de vaso). Deja que cueza hasta que esté al dente. Escurre y guarda el caldo -ni se te ocurra tirarlo-. En un cazo, dora ligeramente las chalotas y el ajo picado en un poquito de aceite de oliva. Añade el arroz, la calabaza, saltea brevemente y cubre con el caldo y el que habíamos usado para cocer la calabaza. El tiempo de cocción depende de las variedades del arroz pero cuida que dejarlo al dente. Para evitar que quede demasiado caldoso, yo suelo no echar todo el caldo al principio de la cocción. Me guardo un poquito y si veo que queda seco lo añado en los últimos minutos de cocción pero así evito "encharcamientos" innecesarios. En cualquier caso, tiene que quedar al dente y no muy seco. En este punto, añadimos el queso rallado, la nata líquida y salpimentamos. El verde y la nuez moscada lo último para que conserve mucho aroma... emplata a tu gusto y disfruta:-)

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