Galletas de canela y pepitas de chocolate

Desde que no nos vemos - o no nos leemos- he hecho miles de cosas. En serio, miles. Visité a Frida Kahlo en Viena, después de dos hora y medias a la intemperie a menos mil grados, la miré y requetemiré entre empujones y puntapiés... y pese a tanta falta de ambientación disfruté con sus colores y su bigotillo. Me dejó profundamente tocada ese amor tortuoso y obsesivo que sintió por Diego y cómo ese dolor de cuerpo y alma que padeció los últimos años de su vida se transparenta tanto en sus ojos y en su pintura...

Además, estoy viviendo una historia de amor intensísima. Lucas ha entrado de lleno en la fase de enamoramiento materno. No me deja a sol ni a sombra. Me come a besos y abrazos. Si me abrazo con su padre, se cuela a codazos en medio. Como novio desde luego, no es muy recomendable: es celoso, controlador, un poco pulpo y pesa'o como solo él sabe serlo... no me quejo, que ya sabía que íbamos a llegar a esto, pero te aseguro que una necesita llenarse de paciencia porque como se sienta rechazado, el ataque de tontitis es de tal calibre que no hay paisano por estas latitudes que no se entere de que el Lucas le está montando el número a su pobre y sufrida madre...

Además, nieva sin parar. ¿Cuántos días? ni me acuerdo. A lo más que llegamos, es a pequeños descansos de un par de horas y hala, a descargar de nuevo. Esto se traduce a palear nieve unas 3 veces al día -y mira que somos un buen grupillo con la pala-. Hoy ya no teníamos sitio para acumular más nieve y necesitamos que el Hof - ¿el patio? sí, más o menos-  ande despejado para poder aparcar los coches... un co... azo del ocho. Tremendo. Hemos tenido que sacar la nieve a la calle, esa nieve que estos días hemos amontonado con tanto esmero.. cachis! cachis! y la previsión es que nevará y nevará y nevará... ea, toma blanca navidad! Y entre unas cosas y otras yo acumulando kilos y kilos de galletas. No te voy a decir cuantos he hecho porque quiero ir un poco de misteriosa, que chaspo que chaspo y no dejo nada para la imaginación y eso, cuando uno escribe en primera persona, es un error tremendo... nunca hay que cerrar la puerta a la imaginación del lector... hazlo y no te comerás ni un rosco como literato... aunque si vienes a mi casa te puedes comer todos los que quieras. Y sí, sí, en primera persona del singular, del plural y de lo que haga falta. A los kilos hechos y entregados, se acaban de sumar otros tantos que me temo, me van a tener ocupada otra semana más - con mi cumpleaños de por medio.. que no se te olvide, ok?- el 9 de diciembre una cumple vida, que años ya no. Mira, me niego... qué quieres que te diga! qué no... harta estoy que la administración tenga la última palabra en todos mis asuntos personales. Aquí, en este cuerpo serrano mando yo y si digo que no puede ser, no puede ser... y yo no puedo tener tantos, así de claro...
En estas estoy y en estás estaré que, como en la película del día de la marmota, yo repito semana. Y como voy a tener mucha onda galletera los próximos días -¿semanas?- pues yo te voy a ir contando poco a poco mi surtido navideño de este año que tiene muchos nombres propios -y éxito, que me están lloviendo los cumplidos y eso es fundamental compartirlo-. El primer título de esta saga podría llamarse Agárrate, galletica! una coproducción realizada por Lolica Films de Cartagena... he cogido dos de sus recetas y les he hecho mi propio apañico. El primero, por pura obligación ya que aquí no hay el Mono. Monos, monucos y gorilas, hay como en todas partes pero anís, anisete y compañía ni de casualidad. Así que improvisé y a sus rollicos de anís les puse moscatel dulce y para que no quedaran muy sosos - es que el anís es mucho anís- se me ocurrió darles un rebozado por sésamo molido antes de pasarlos por el azúcar... muy ricos, sí señor. Eso sí Lola, en cuanto vea un anisete, pum, caen como es de ley...

La segunda receta robada, ha sido la de las galletas de canela y pepitas de chocolate... con tu permiso plancho la receta en mi blog porque nos han gustado tanto que van a caer para zampar de a diario... eso sí, les bajé un poco la mantequilla y el azúcar y le puse un poco de ambos aromas -no sabía por cual decidirme-. También opté por poner a la masa un poco de bicarbonato sódico ya que me he dado cuenta que las galletas me aguantan más tiempo crujientes cuando cae un poco de polvos de hornear en la masa.. un poco nada más. Conclusión: galletas muy ricas y muy bonitas...


Ingredientes:
  • 200 gr. de mantequilla blanda
  • 110 gr. de azúcar
  • 1 yema de huevo
  • unas gotas de extracto de naranja unas gotas de extracto de vainilla
  • 280 gr. de harina
  • 120 gr. de pepitas de chocolate
  • una pizca de sal
  • una pizca de bicarbonato sódico o polvos de hornear
Para la cobertura:
  • 1 y 1/2 cucharada de azúcar y la misma cantidad de canela
Preparación:
  1. En un bol, mezcla la mantequilla reblandecida -a temperatura ambiente- con el azúcar hasta formar una crema compacta y suave. Añade la yema de huevo y los aromas. 
  2. En otro bol, pon el harina con la  sal y la pizca de bicarbonato y tamiza sobre la crema. Amasa hasta que los ingredientes secos y húmedos estén bien ligados y en medio de la operación, añade las pepitas de chocolate. La masa resultante es un poco pegajosa - evita la tentación de echar harina, por favor-. Deja que repose 15 minutos en la nevera para poder manipularla. Cuando esté algo más dura, repártela en 4 trozos iguales , haz unos rulos idénticos y los envuelves en film de plástico. Deja que reposen los rulos una media hora en la nevera.
  3. Precalienta el horno a 180ºC. 
  4. Pon en un platito la mezcla de azúcar y canela. Saca un rulo, córtalo en rodajitas iguales y forma pequeñas bolas que pasarás por la mezcla del azúcar y la canela. Ve colocando las bolitas en la placa del horno previamente cubierta con papel de hornear. Deja espacio entre unas y otras para evitar que se peguen unas con otras. Con un tenedor marca un poco cada bolita pero sin presionar demasiado, ya que al hornearse se aplastan un poco ellas solas. 
  5. Hornea hasta que veas que están doraditas - y por dorado se entiende dorado, no tostado-. Disfruta!

Lola, muchas gracias :-D

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