menos mea culpa y más provecho. Hoy con pastel de chili con carne

Hace un par de meses, se "rompió" la cámara de fotos. Un pequeño disgusto ya que Lucas, al fin y al cabo no hacia nada malo. Hacia fotos a su merienda, costumbre aprendida de mamá que siempre anda con la cámara en la cocina a la espera de pillar el mejor perfil de un plato de sopa o un filete, que todo vale. Y su bocadillo, por qué no iba a valer también? lo que pasó después, es historia...

El caso es intentamos arreglarla sin éxito. Preguntamos en varios sitios y en todos la misma respuesta: 50€ por decir si tiene o no tiene arreglo. Otros 50€ mínimo más por el arreglo sin contar el tiempo dedicado a la reparación ni piezas... ni preguntamos a cuánto cobraban la hora... porque por el precio de la reparación me podía comprar una nueva. Y así fue. Tuve la suerte de encontrar una Cannon a mitad de precio porque tenía un pequeño arañazo -tan pequeño que yo no lo veía-. De todas formas, Gü intentó arreglar a la desdichada porque de perdidos, pues al río y no se hable más. En este caso, se lo llevó al laboratorio -y no es por falta de ríos en Estiria- porque allí tiene herramientas de precisión y eso nos daba  una pequeña oportunidad de que Lucas tuviera su propia cámara para explayarse a gusto...
El remate de esta historia, es que llegado a un punto, la cámara no se podía desmontar más  ya que estaba sellada y solo se podía abrir rompiéndola. Estaba fabricada con mala uva, para no ser reparada... osea, que hubiéramos podido pagar 50€ por escuchar decir al tipo de la tienda no tiene reparación... esto es indecente. Igual que pagar 35€ por unas suelas de zapatos -las más básicas que tenía el zapatero- o 20€ para que te cambien la cremallera de un pantalón. Bueno, y un chapista que por quitar en una mañana los bollos que dejó el granizo en la carrocería del coche, le sopló al seguro casi 3.000€. Ni el presidente de la República Austriaca cobra ese pastizal! Ah! y por poner un grifo en la cocina 300€. Mira, no teníamos ni idea pero nos fuimos a comprar un par de llaves de fontanero y lo pusimos nosotros mismos...

Y después nos acribillan con el rollo del consumo responsable.. me hacen sentirme culpable por haberme gastado 30€ en un par de llaves inglesas pero el sistema aprueba que un fontanero cobre 300€ por 20 minutos de trabajo. Como siempre, la patata caliente cae en nuestras manos y ahí te cures solo las ampollas. Nos toman el pelo...no sé quién y me da igual. Nos toman el pelo y encima nos sentimos fatal porque nos han enseñado per secula seculorum a entonar el mea culpa...

De eso nada monada. Deja las culpas a un lado y solo centráte en lo que puedes hacer. Por ejemplo, últimamente la fruta y la verdura no dura nada. Te juro que un filete me aguanta más en la nevera que unos tomates. Nos la venden al límite. Pues ea, a comprar menos cantidad a pesar del cebo que nos ponen de si compras 2 kilos te ahorras 20 cent... compra en pequeñas cantidades porque sino, se te echarán a perder. Esto es 2 más 2. No hay otra. No piques una y otra vez en lo mismo. Y, ojo, que no es culpa tuya, que ya no te lo puedo decir más claro solo más alto... ¡pero qué culpa tienes tú de que te lo vendan todo tan apurado! A espabilar! porque si eres un alma cándida que peca una y otra vez en llenar el carro del super con la leyenda "para toda la semana" ya puedes empezar a buscarte un par de planes B porque te va tocar "inventar" para no tirar... por ejemplo, una mermelada (20 minutos)  o un pastel (30-40 minutos) para dar salida a la fruta madura. Una escalivada (20-30 minutos) para asar las verduras antes de que sea tarde. Comprar lo imprescindible y bajar a la frutería del barrio a por una lechuga y un par de tomates (10 minutos)... y de paso das un paseín que es muy saludable...

En serio, lo que tenemos que hacer es organizarnos mejor, pensar en positivo y sobre todo, con cabeza. Piensa solo en lo que puedes hacer y actúa en consecuencia. Los niños no necesitan estrenar ropa. Ni se enteran. Hereda ropa y juguetes pásalos después. Vivan las tiendas de segunda mano. Tu puedes comprar lo que necesitas y vender lo que ya no usas. No es vergonzoso, es práctico... y come más de sobras porque no significa necesariamente comer toda la semana lo mismo. Y este pastel es una prueba de cómo hacer un triple salto mortal con unas sobras de chili con carne. No parece un plato reciclado y funciona también con cualquier guiso o estofado. Vi la receta en en este blog  pero a mí no me funcionaron sus ingredientes y medidas. Para el chili con carne usé mi receta de siempre que es la que nos gusta en casa. La masa para el pastel me quedó muy seca y desproporcionada -a pesar de haber hecho solo la mitad de los ingredientes- y aunque estaba bueno, no fue cosa de echar cohetes... cambié la leche por Buttermilch -el yogur líquido se parece mucho- para darle más jugosidad y usé otros restos más que tenía en mi nevera dejándome llevar más por la experiencia que por las medidas. Busqué la manera de adaptar mis sobras y cantidades al pastel . Y nos chifló. Un pastel de maíz con chili realmente flamboyante... y de ésta guisa, lo mando al concurso de Laube , un claro ejemplo de economía doméstica de 1ª categoría sin rollos cutres... un lujo en tu mesa con cabeza...



Ingredientes:
  • sobras de un chili con carne
  • 100 gr. de harina de maíz
  • 100 gr. de  harina de trigo
  • pizca de sal
  • 1 cucharadita de polvos de hornear
  • 1 huevo
  • 125-175 ml. de Buttermilch o yogur líquido natural
  • el queso dip para nachos que me sobró de la sopa ranchera
  • 3 cucharadas de aceite (de maíz o de girasol. Evitar de oliva)
  • 100 gr. de maíz dulce
  • cebolla frita (comprada lista para usar) que me sobró de hacer unos panes
  • 125 gr. de queso cheddar rallado

Preparación:

  1. En una forma (usé una de 23 cm. de diámetro) pon el chili con carne. Estamos manejando sobras, es decir, cada vez tendremos una cantidad distinta, así que flexibilidad en el molde a usar. Yo a veces, cuando los moldes no se ajustan a lo que necesito, uso sartenes. Ojo que no vale cualquiera. Si tus sartenes tienen plástico olvídate. En fin, lo importante es que cubra bien porque ante todo el chili con carne tiene que predominar ante la masa de maíz...
  2. Precalienta el horno a 200 ºC. En un bol, mezcla las harinas con la levadura y la pizca de sal. Por otro lado, mezcla el huevo, el yogur líquido o Buttermilch (usa 125 gr. y guarda el resto por si tienes que rectificar la masa o alargarla un poco) y el aceite. Bate hasta que la crema esté lisa y uniforme (son ingredientes sin complicación). El queso dip es el clásico que venden para mojar en los nachos, de color anaranjado posiblemente por el queso cheddar y chili en polvo. Me sobró algo menos de la mitad del tarrito, cantidad que añadí a la masa. Ahora, empieza a añadir la mezcla de harinas poco a poco (a mí me sobró bastante). De nuevo, flexibilidad para que ni te sobre ni te quedes corto de masa. La cantidad de masa apenas debe de cubrir el chili ya que subirá al cocerse. Por lo tanto, una capa fina que no deje huecos. La consistencia, la de un bizcocho de yogur (si no has hecho antes este bizcocho, no te preocupes. Sigue leyendo y quédate con la idea). La masa, ni demasiado líquida para que no inunde el chili ni demasiado espesa para que no quede pesada. Aquí es donde el yogur líquido se convierte en una ventaja frente al uso de la leche. Con el yogur o Buttermilch el bizcocho de maíz va a quedar mucho más jugoso por lo que si la masa va con un poco más de harina no pasa nada, saldrá bueno de todos modos. Por lo tanto, si dudas sobre la consistencia, pon un poco más de harina. Por cierto, todos estos consejos son rectificaciones en cantidades pequeñas. Las rectificaciones van cuchara arriba cuchara abajo, todo con mucha prudencia. Si por lo que sea, te ves con una masa dura o necesitas alargarla un poco más, pon un poquito más de yogur... pero ya sabes, prudencia y mesura. Es más fácil hacerlo que explicarlo :-) Al final, añade la cebolla frita (esto va un poco a gustos, creo que usé el equivalente a 3 cucharadas) y unos 30 gr. del queso cheddar. 
  3. Antes de echar la masa, cubre el chili con una capa de granos de maíz y encima la mitad del queso rallado. Añade la masa (recuerda, capa fina pero uniforme) y termina cubriendo con el resto del cheddar. En mi opinión está capa de queso es la más importante en cuanto a la estética del pastel. Si cubres el pastel con bien de queso a la que horneas en seguida se hará una capa sólida. Esta capa va a evitar que el jugo del chili se abra paso hasta la superficie dejando esos cercos rojizos que nos estropean la estética del pastel.
  4. Hornea hasta que esté dorado por encima. Mi horno necesitó 20 minutos pero si tienes dudas, apaga el horno a los 20 minutos y deja que repose en el calor (sin abrir el horno) unos 10 minutos más. Antes de servirlo, tienes que dejar que repose otros 5-10 minutos para que se puedan cortar bien las porciones sin que se desparrame el chili por todo el plato... acompaña con un poco de crema doble o crème fraîse y un poco de cilantro picado...
Resultado: un pastel de carne con una masa de maíz muy suave y jugosa, recubierto de una capa crujiente de queso en perfecta armonía con un chili que ya, la primera vez, estaba delicioso y en ésta, su segunda oportunidad, ganó en sabor y consistencia. Buen provecho!

Por cierto, con el harina que me sobró tengo la receta de un bizcocho para morirse de la impresión. Ya me da pena ir tan ajustada de tiempo porque sería un puntazo presentarme en donde Laube con un pastel que hice con las sobras de las sobras... porque aquí, en este barrio, no se tira nada y si hace falta, se inventa:-)

Ah, que ¿qué fue de la cámara rota? pues ha sido reciclada. Con una pegatina de Rayo Mc Queen hace que Lucas se lo pase de lo lindo haciendo fotos de diseño -borrosas- y jugando con su portátil de juguete a que tiene un blog con pan, mermelada, chocolateeee, chucheees... qué más Lucas? ahhh, cocheees... y un sin fin más de cosas importantes cuando tienes 4 años:-)
Besos

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