Ministrudel glaseado o galakte echando chispas

Hoy no hay un petardo de historia interminable. Hoy ni siquiera voy al grano. Paso. Voy a la receta y después gloria. No, no es síndrome de pagina en blanco. Es que estoy de malas pulgas y no me apetece andar con bobadas. Y tampoco me apetece que por que yo no ande con la chispa buena la receta se quede sin publicar. Esta receta la encontré en este blog. Ella la encontró a su vez en una revista. Imagino que lo ha preparado por lo mismo que yo, porque tenía buena pinta. Vaya estupidez! pues claro! si tuviera pinta asquerosa lo iba a preparar quién yo me sé...

Por cierto, mis malas pulgas no están relacionadas con estos canutos. Ellos no tienen la culpa. Estoy de chispas porque sí, porque la vida es así, sin más. Que levante la mano quién no sé levantó alguna vez torcido. Así que agradecería mucho evitar comentarios que imputen a estos inocentes y recordarte que estos que ves, desaparecieron a principio de semana. A día de hoy no queda ni una miga que delate su existencia...

Yo los he hecho con menos grasa que la autora de Palachinka. De hecho me he cepillado los 125gr. del pudding de sémola, porque es uno de mis pudding favoritos y en la vida lo he comido con mantequilla. Le he dejado una cucharadita rasa por aquello que no apelmazara mucho el ministrudel pero nada más. De los otros 125gr. he usado aceite de canola con sabor a mantequilla que es lo mismo pero no lo es. He necesitado como la mitad para pincelar las capas de pasta philo porque no las pincelo de una en una sino a pares y la verdad es que quedan genial.
 El jarabe, igual. Hice muchísimo menos y aún así me sobró. Más acaramelado y con ron. Más rico y menos empalagoso para nuestro gusto. También he usado mucha menos cantidad de pasta philo. Para esa proporción de pudding a me ha bastado con 250gr. Y el chocolate por encima imagino que la cosa va a gustos pero en mi opinión sobra. Las cantidades que te pongo en la receta son las que yo he usado. Si quieres ver las originales tendrás que ir aquí...


Ingredientes:
  • 500ml. de leche 
  • 100gr. de sémola o semolina 
  • 3 cucharadas de azúcar 
  • 3 huevos 
  • 1/2 vaina de vainilla o 1/2 cucharada de azúcar avainillada
  • una cucharadita de mantequilla
  • 250-300gr de láminas de pasta philo
  • 1/2 vaso de aceite o mantequilla derretida (más o menos 50ml.)
  • 1 vaso de azúcar
  • 3/4  vaso de agua
  • 1/4 vaso de ron o coñac
  • unas gotas de concentrado de limón
  • una corteza de naranja (no hace falta mucha)

Preparación:
  1. Primero la crema. Separa la pulpa de vainilla de la vaina -haz un corte vertical en la vaina sin llegar a a separarla en dos mitades. Con el canto que no corta del cuchillo marca de arriba-abajo la vaina y así extraerás la pulpa. Calienta la mitad de la leche con la vaina sin pulpa. Con una batidora eléctrica , bate junto con la leche restante la sémola, los huevos, el azúcar y la pulpa de vainilla. Cuando rompa a hervir la leche vas añadiendo esta mezcla sin dejar de remover a fuego medio hasta que cueza sin dejar de remover. Retira del fuego, añade la cucharadita de mantequilla y sigue removiendo mientras pierde algo de calor. Cubre con plástico de cocina la crema para que al enfriarse no se forme una capa seca.
  2. Calcula el ancho de la fuente de hornear que vas a usar y corta las láminas philo para ajustarlas. Yo he usado las láminas dobles para evitar roturas. Extiendes la primera lámina -o doble- y la pincelas con un poco de aceite o mantequilla derretida. Extiendes una capa fina de relleno, lo enrollas y lo colocas en la fuente. Al final pincela los rollitos una vez más y los horneas a 200ºC hasta que estén bien dorados. No tengas prisa y no los saques antes de tiempo ya que sino al mojar con el jarabe los canutillos se quedarán pastosos.
  3. Mientras, haz el jarabe. Pon el azúcar, el agua, el ron, las gotas de limón y la corteza de naranja, todo junto, lo pones en un cazo. Deja que cueza a fuego fuerte para que pueda reducir. El punto del almíbar lo puedes comprobar sacando una cucharadita del almíbar en un platito y al enfriar comprueba que tiene la consistencia de un sirope. Según sacas los galakte del horno, echas el almíbar hirviendo. Intenta que no queden muy empapados ya que en mi opinión pierden gracia. Siempre puedes servirlos con un poco de jarabe extra para los golosos.

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