Fricandó, tristeza e impotencia

En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo.
Antonio Machado, 1937 

"Esto es un pulso a los sindicatos y los trabajadores, porque saben que representamos la poca unión sindical que queda en este país”, le decía a Periodismo Humano Iván Fernández, un minero de Mieres (Asturias), que vino en uno de los múltiples autobuses que se fletaron a Madrid para apoyar a sus compañeros de la marcha que sentenciaba: “y si esto se rompe, estamos perdidos”.

Bolas de goma, familias corriendo, niños llorando, avalanchas para refugiarse en los centros comerciales aledaños y, al menos, nueve detenidos. La marcha minera de esta tarde, la tercera en 24 horas en Madrid, y que arrancó a las 19.30 en Atocha, ha concluido a las diez de la noche de forma súbita cuando la policía ha cargado con contundencia contra los miles de personas que se encontraban en la Puerta del Sol. A continuación, se han sucedido los gritos de pánico, los golpes y las fogatas y contenedores quemados.

Y entonces empezó el ataque, disparos. La gente aterrorizada, comenzó a correr, a esconderse de las pelotas que lanzaban los policías. Tengo grabadas imágenes de pánico, todas las personas que estaban en Sol corriendo hacia nosotras, nos dimos la vuelta y nos pusimos a correr, huyendo de las pelotas y y de la masa que nos iba a pasar por encima. Se escondían en los portales, corrían en todas las direcciones sin saber dónde refugiarse. Vi a una pareja con un carrito y su bebé pegarse a las paredes de la calle Preciados tratando de proteger a su hijo, a ancianos que no sabían que hacer. Hicimos un sprint y las tres conseguimos reunirnos y salir a la Gran Vía. No nos paramos a ver que estaba pasando, nos fuimos a Chueca lo más rápido posible y de ahí a por el tren que nos devolviese a casa. Conclusión: ¡¡Hola dictadura!!!
Mi amiga Susana, hace un ratito en Facebook

Ayer viví la jornada con mucha angustia, pegada a los pocos medios que estaban retransmitiendo... hubo momentos de mucha tensión cuando vi a través de cámaras en directo desde la Castellana como la policía tomaba posiciones. La gente no entró a las provocaciones y aún así cargaron en algunos casos indiscriminadamente. Se me ponían los pelos de punta cuando leí en los comentarios como abogados pro derechos viendo que tarde o temprano llegaría el caos anunciaban los nombres de los abogados que estaban de guardia y recordaban "no olvidéis pedir parte de lesiones".. con esta actitud tan práctica y hasta fría, el miedo me recorrió el cuerpo.. joder, se va a liar. Como los mineros no entraron a la provocación, los antidisturbios esperaron a que cumpliera la hora en la que oficialmente se daba por finalizada la manifestación.  A las 10 de la noche, ni un minuto más, la policía cargó contra la gente...

No sé cuando la policía ha olvidado que debe su servicio a la protección ciudadana, su deber es proteger al pueblo contra cualquiera que atente contra él. Cuando la policía se pone al servicio del poder para someter a las personas es cuando, como dice Susana, tendremos que saludar a Doña dictadura, porque ¿qué nos vas a hacer ahora si no nos callamos?

Puede que parezca un mal momento para traer esta receta pero necesitaba publicar algo especial, algo que me calentara esta tristeza y la impotencia de estar tan lejos... necesitaba algo amable y reconfortante. Ya sabrás que gané un sorteo en el blog de Silvia, y entre otras cosas superlindas el regalo fue un libro de gastronomía y cocina de Barcelona... me envió también unos boletus para hacer un rico fricandó y como quién hace un conjuro, preparé la receta buscando un poco de paz. Silvia es maravillosa, no es que lo diga yo, lo dice cualquiera que la conoce. Es la bondad personifica, resuelta, alegre y siempre dispuesta a ayudar.  Esto, justo esto, es lo que necesito hoy, Silvia: sentarme a tu lado y comernos juntas tanta impotencia, tanta indignación.


Ingredientes:

  • 8 filetes finos de ternera
  • 150gr. de setas secas
  • 1 cebolla
  • 3 tomates
  • 1 taza de caldo
  • 1 taza de vino blanco
  • 1 cucharada de harina más la necesaria para rebozar la carne
  • laurel
  • pimienta, sal y aceite de oliva

Para la picada:

  • 1 cucharada de almendras tostadas
  • 1 diente de ajo
  • perejil picado

Preparación:
  1. Dejar las setas en remojo con agua templada unos 15 minutos. Salpimentar los filetes, pasarlos por harina y freírlos en una cazuela con un poco de aceite. Reservarlos. Pica en fino la cebolla y los tomates y en la misma cazuela lo rehogas. Añade una cucharada de harina y deja que cueza sin dejar de remover un par de minutos. Añade el vino, liga la salsa y añade las setas y el laurel. Pasados 5 minutos, añade el caldo. Cuando rompa a hervir, añade la carne y deja que cueza a fuego lento media hora.
  2. Mientras prepara la majada machacando o triturando las almendras tostadas, el ajo y el perejil. Cuando la carne está tierna lo añades y dejas que cueza unos 10 minutos más hasta que la salsa espese.

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