Galletas encartadas (II): espirales rellenas de batata


Mi segunda declaración de amor engalletada es toda para ti... o casi porque son muchas las conexiones de esta carta y en este momento no estoy muy segura de conseguir atarlas con sentido pero a veces así son las cosas. Si las planeamos pierden espontaneidad y frescura aunque si las llenamos de lentejuelas y música de violines dejamos muchos matices sin saborear y, después de todo, la salsa de la vida la ligamos siempre en los asados más inesperados, en las cenas de diario, esas que llegan sin etiqueta ni tiros largos... ¿Etiqueta? ¿He dicho etiqueta?
De pura casualidad estaba yo ese día en Internet y de puro sin querer leí esa conversación donde tan en bandeja quedó servida la forma de poder sorprenderte, de tener un detalle contigo que expresara el cariño que te tengo. Porque aunque nunca nos contamos, aunque nunca hemos hablado cara a cara, aunque nunca antes  habíamos hablado de nuestros sabores de infancia, de la pasión por los planos de mi padre y el espíritu viajero del tuyo... porque aunque antes solo habíamos compartido cosa de fogones, ese día en un momentico encontré la manera de declararte mi aprecio.. y qué rápido y qué fácil!
A cambio, recibí un trocito de tus cosas, unos bocados de mi infancia en Daimiel -siiii, vuelven a tener agua las tablas! :-) y un regusto a palabras manuscritas a la vieja usanza, sin tecla de por medio, con alma y con ese maravilloso olor que desprenden las cartas que vienen de lejos, pero que se sienten tan dentro... ahora no hay día que no piense en ti porque tus cosicas se han quedado a vivir en mi cocina, junto con otros maravillosos trastos que me mandó un una manzana mordida desde Galicia (madre mía, que calentitos que tengo que los riñones ahora mismo con esa mantita tan linda acolchada por una gallina cloca con sus polluelos) o la manopla del horno y el libro gastronómico que llegó desde Barcelona y que siguen en mi cocina.. o una lechera de latón o un bote de cristal que un día estuvo lleno de carquinyolis y hoy guardan fideos o un antiguo bote de miel que me resisto a tirar o mis libricos de mojos, de comida tradicional canaria o almeriense o un delantal y otro y otro y otro... y más y más y más regalos que hacen que cada día se me llene el alma de afectos:-)
Hoy además, es mi cumpleaños. Cachis, me hago mayor. Nunca imaginé que llegaría tan pronto. Albergaba la esperanza que la juventud se hiciera lenta y perezosa a la hora de encarar el paso del tiempo pero no es así. Todo ha avanzado a pasos de gigante y hoy los 47 han llegado sabiéndome fatal... así que para compensar este sin sabor, quiero participar en tu primer cumple blog con unas galletitas deliciosas que me llevé del blog de Lola, a la que quiero con locura y como viene siendo un clásico en mí, no la cuido como es debido - pero Lola, te quiero mucho y no solo yo, ya sabes que en esta casa tienes varios fans:-)
Si bien es cierto que en la navidad española las galletas de adviento como que no son muy populares, aquí donde vivo es una locura la cantidad de pastitas y bocaditos que se consumen en estas fechas. Y yo, que me apunto hasta a un bombardeo pues imagina la de docenas y docenas de kilos surtidos que ya llevo encargados, y dicho sea de paso, tienen un éxito bestial. Quizá porque aquí mis galletas saben a exóticas, a nuevas, a cosa especial y aunque ellos no saben exactamente por qué, yo sí. Porque mis dulces son un poquito de aquí y de allí, de buen hacer compartido, una recopilación de recetas que he ido guardando y amasando con mucho cariño y eso, a la fuerza se sabe... de sabor, me refiero...
Pero es qué hay más guapa mía! qué no termino! hoy, además, es segundo domingo de adviento y tengo una cita con Erika, Núria y Lola (la de Almería) que también encienden las candelas de adviento. Ya se está yendo la luz así que ahora mismo las enciendo y las añado a este post para que compartamos juntos algo bonito... y  hablando de cosas bonitas! última hora, me acabo de enterar que una nueva vidita está en camino... felicidades Reyes!  te quiero mucho! te deseo la mejor de las suertes y que disfrutes de este niño tanto como yo lo he hecho con los míos:-D pero que bonita que es la vida por dios!

Estas espirales las he hecho rellenas de boniato en lugar de mermelada. Un toque especial para que sepan más a invierno, a navidad:-) feliz domingo a todos


Ingredientes para las espirales:
  • 200 gr. de mantequilla blanda
  • 100gr. de queso crema tipo philadelphia
  • 1 huevo grande
  • 300 gr. de harina

Para el relleno de batata:
  • 1 boniato grande o 2 pequeños
  • 4 cucharadas de azúcar moreno
  • el zumo de medio limón
  • una pizca de allspices
  • una pizca de canela
  • mermelada de albaricoque aclarada con un poco de agua para pincelar

Preparación:
Para el relleno, pelar y cortar en trozos los boniatos. Ponerlos en una cacerola a fuego medio junto con el resto de ingredientes. Cocerlos hasta que estén tiernos y el caldo este "almibarizado", es decir, algo espeso sin llegar al punto de caramelo. Batir con una batidora eléctrica hasta tener una pasta suave y lisa. Dejar enfriar por completo en el frigorífico.

Batir la mantequilla, el queso crema y el huevo hasta tener una crema unificada. Añadir la harina y amasar hasta que la masa esté lisa y suave. Separar la masa en dos parte iguales. Extender una de ella de forma rectangular, de un grosor como de 1, 5 cm. Extender una capa con la mitad de la crema de boniato y enrollar por la parte más larga. Envolver el rulo en plástico de cocina y dejar reposar en el frigorífico hasta que la masa este dura (incluso en el congelador). Repetir la operación con la otra mitad de la masa.

Una vez enfriados los rulos, enharinas la encimera y con ayuda de un hilo de nylon -de pescar- vas cortando rodajitas como de 1, 5 cm. de grosor que irás colocando encima de una placa de horno con papel de hornear encima. Deja un poco de separación entre ellas para que no se peguen unas con otras. Para que queden brillantes y lustrosas, pincela cada espiral con una mezcla de mermelada de albaricoques y un poquito de agua - así no quedará la capa de mermelada demasiado espesa-. Hornea a 190ºC grados hasta que estén bien doradas.

Deja enfriar y listas para comer:-)



Mira si me enrollo que se me hizo de noche:-)
Besos.

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