Ensalada de rabanitos y un mensaje en una botella

Me tienes que perdonar porque creo que te me quedaste grabada con un cucharón en la memoria de los afectos, se me quedó a cariño esta empatía que siento, esta admiración por tu alegría y por esa MAGIA que desprendes... tanta, tanta, que quizá no reparé tanto en el despliegue de hermosas recetas, tan especiales como tú misma, que nos regalas.
Vale, creo que ya se nota, ya se sabe, yo no soy tan apasionadísima cocinera... que me arrebata tanto la vida que a veces, incluso, se me olvida cocinar, y otras trago y trago cualquier cosa, en loca carrera, por no perder el tiempo pero sin querer renunciar a ese placer inmenso...
Mensaje  de Adormidera para  mí.. sí, esa soy yo :-) 
Mi querida Adormidera,
Llegó tu mensaje a mí de la misma manera que un náufrago recibiría un mensaje en una botella. Palabras que uno devora y que le devuelven la alegría y que conjuran nuevas esperanzas y que devuelven la ilusión por seguir creyendo. Palabras que rescatan aunque no te saquen de donde andas varado... y es que últimamente camino triste, lloro mucho. No por mí, por alguien a quien adoro que está sufriendo infinitamente y no me deja entrar. Cerró puertas y ventanas. No quiere hablar, ni ver, ni leer. Y me siento perdida. Siempre he creído que la felicidad no es la ausencia de penas, de tragedias o de miedos. Es tener con quién compartirlas. Ésta vez, ando perdida.

Me has recordado que tengo que hacer una sopa, como las que hacía antes, de las que reconfortan el alma y curan tripitas magulladas. Para la próxima, lo prometo. Andaba necesitada de hacer algo y tú llegaste recordándome que hace tiempo que no saco el cucharón... me has recordado que mi blog -o yo- o mi mundo encierra más afectos que recetas, más corazones que preparaciones. Esa empatía por trajinar como tú dices, pero no entre fogones sino entre los pellejos que hacen de frontera del mundo de piel pa'dentro.
Sabes, creo que yo tampoco soy tan buena cocinera. Cocino cosas ricas, ¡vaya misterio! la comida ES rica. Si no la asesinas, llegará a la mesa algo sabroso. Yo me siento guisandera, como las de antes, siempre pensado en alimentar, en dar sosiego, un poco de paz en la mesa, una buena charla a los postres. Siempre pendiente de que no falte pan en la cesta o que la jarra del agua ande llena; siempre echando al puchero un puñaico de más para que sobre, que nunca se sabe. Pero al igual que tú, cuando ando sola, se me olvida cocinar y me zampo cualquier cosa enlatada, empaquetada o refrigerada... cualquier "ada" que se deje masticar con el mínimo esfuerzo para no perder tiempo.

Qué ilusión leerte! pasé a leer el ansiado verano que aquí está lejos de aterrizar. Llueve y llueve, se murieron mis plantones de pepino, un par de tomateras y los colirábanos han estallado de tanta agua. A las fresas las he puesto un colchoncito de paja para que resistan ahora que empiezan a echar color, milagrosamente desde luego, porque a Don Lorenzo por aquí ni le vemos. Como te decía, me pasé a leerte pero andaba triste y no era la actitud correcta para leer aventuras de juventud entre la 318 y 319 etapa de una adolescente en el pisito de la calle Iriarte. No, para estas lecturas hay que estar bien nutrido que es como más se disfrutan.

Así que corrí al jardín, recogí los último rabanitos de esta remesa y los hice en una ensalada sencilla, la favorita de Lucas porque tiene manzana y zanahoria que le vuelven loco y según sus propias palabras "así los rabanitos están ricos y no pican". Las fotos llegaron de pura tontuna, mecida aún por tus palabras...

Total, que en mi locura particular, se me había pasado tu mano, querida, para trajinar en los fogones. Abducida, enamorada, entusiasmada con tu esencia, no me di cuenta que parte de ella es el olor que te adelanta, delata y queda.
Yo venía, lo reconozco, buscándote a tí, no a la cocinera, y sin embargo hoy me voy más tocada que nunca, porque te he visto más y mejor.
Más completa.



Ingredientes para la ensalada:
  • 1 manzana grande o 2 pequeñas
  • 2 zanahorias medianas o 3 pequeñas
  • 1 manojo de rabanitos, a gusto del consumidor
  • un poquito de verde fresco para espolvorear
  • 1 cucharadita de mostaza
  • 1 cucharadita de miel
  • 1 cucharada de queso crema
  • aceite, vinagre, sal y pimienta a gusto de la casa

Preparación:

  1. Lava y ralla los ingredientes de la ensalada. En un cuenco aparte, bates todos los ingredientes del aliño menos el aceite, el cual añadirás en último lugar, en chorrito lento y sin dejar de batir para que coja cuerpo el aliño. 
  2. Prueba, rectifica si hace falta, mezcla con la ensalada y sirve cuanto antes.

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