Rosquillas de batata para pasarme de rosca mejor

Pasada de rosca, así esto. Por muchas cosas, sí, tantas que ni siquiera creo ser capaz de detallar en el poco tiempo que tengo para hacer esta entrada porque tal y como ves - lees- igual me da andar escasa de recursos temporales para soltarte mis churros lingüisticos, semánticos y lo que haga falta. Porque sí, desengáñate de una vez. Yo nunca vendré con fotos y receta a secas sin endulzar, salar o agriar la salsa verbal con la que la vida me ha bendecido para sufrimiento y escarnio de mi querida audiencia.

Pero sí, a alguien tengo que comerme ya que de rosca ando suelta. Hoy le toca al cuerpo de policía de este país en el que me ha tocado brincar y trotar entre otras muchas actividades. Mi vecino, que es policía veterano, tanto que ya se ha ganado su puestecico en un despacho sin tener que patrullar a diario con el radar en mano poniendo multas en el cruce del Interspar a todo aquel insensato que pretenda hacer la compra a la carrera... decía, que mira si ya es veterano que ni pone multas, pues él nos contaba que de entre los compañeros, hay de todo.

Los que sienten que han sido tocados por una mano divina y que su misión en la tierra es proteger, perseguir, bla-bla-blá para que la civilización moderna no se desmadre... los que pasan ocho pueblos, y a la que patrullan hacen primero los recados propios y de la esposa y en la última media hora del servicio, coincidiendo con la hora punta del lugar, van parando coches de tres en tres haciéndolos pasar por caja...y luego están los engreídos, los soberbios que el tiempo los ha ido agriando y amargando porque sus altos vuelos a lo Inspector Gadget se secaron en la tapicería del asiento del acompañante de su coche patrulla. Así que sus malos humos y escasez de modales nos los comemos principalmente los viarodantes, esos que transitamos en bici y pasamos otros ocho pueblos de quemar gasolina a troche y moche.. sí, aquí mismamente esta glotona que te escribe, fue amonestada bajo amenaza de multa -creo que de 50€- por rodar con mi hijo de 6 tiernos otoños por una acera evitando un tramo de carretera peligroso... en otra ocasión, fui perseguida -o escoltada, que lo mismo lo interpreté mal-  por otro coche patrulla por unas callecitas perdidas de la mano divina y me hicieron sufrir la gota gorda buscando señales de tráfico inexistentes que me indicaran si la callejuela en cuestión era bidireccional o no y si ese ceda el paso torcido era para mí o para los que salían de un callejoncito... todo a 10 por hora que en bici no tiene mérito pero en coche.. olé sus pelotas, con perdón!
También hemos sido multados por cruzar un semáforo en naranja y otra amonestación por rodar por una carretera que lleva al hospital pero que desgraciadamente cruza una zona residencial con algún vecino influyente que logró que el ayuntamiento les colgara una señal de prohibido el paso a todo aquel que no fuera residente. Pero ya no hay problema con los semáforos en naranja porque ya somos poseedores de una matrícula lugareña que nos convirtió de la noche a la mañana en ciudadanos respetuosos. Ya se puede pasar por la carretera del hospital porque se denunció dicha práctica y tuvieron que comerse la señal de prohibido. Eso sí, mi compi y yo tenemos que bajar esa puñetera cuesta sorteando coches que nos adelantan como posesos para que no se les cierre el semáforo y a nosotros nos toca torcer a la izquierda en un cambio de rasante donde los coches no nos ven.

Pues estos, que nos llaman por teléfono para comunicarnos que hemos sido denunciados, que qué nos parece, digo, estos mismos efectivos de los cuerpos de seguridad del estado son los que casi nunca respetan los límites de velocidad, los mismos que dejan el coche en segunda fila o en zona "saca ticket" sin ticket a la que hacen los recados. Los mismos que cada jueves se juntan en el piso de Hubert -mi vecino- y se ponen de vino y cerveza morados y luego cada cual, en su coche particular, marchan a casa con su mona encima... la ley del bienestar, verdad? dónde nos miran con lupa para hacer caja, miran para otro lado cuando necesitas ayuda y se pasan las normas por el forro porque como en todos sitios, desde luego, porque a un compañero no se le hace putadas... cabrones, sí, pero con su escala de valores inamovible.
Y no, no quiero que me tomes por ñoña llorona porque tal y como anda el mundo de corrupto, esto es lo menos que se puede esperar de un cuerpo policial. No, no interpretes mi crítica como un gesto de victimísmo llorón. Es un repaso a los que justifican ciertas acciones policiales con cosas como situaciones de estrés, rechazo social, desestructuración del sistema, etc... no, no, van del palo que van y tan contentos... vivo en un marco casi idílico, sin delincuencia, sin grandes follones, sin manifestantes, ni protestas, ni nada que perturbe "su mundo". Estuve en comisaria hace poco porque me dejé 50€ sin recoger en el cajero y  te juro que eramos los únicos civiles allí presentes. Es un encefalograma plano a nivel laboral... y aún así, van a lo que van, por puro gusto y pura devoción: ¡a pasarnos de rosca! pues de las mías, ni las migas!



(La receta está inspirada en esta otra de roscas de calabaza)
Ingredientes:
  • 1 batata o bonita grande cocido sin piel en un poco de agua, zumo de 1/2 limón, 2 cucharada de azúcar, un chorro de ron, y una cucharadita de pimienta de jamaica (all spices)
  • 4 tazas de harina repostera
  • 2 cucharaditas de polvos de hornear
  • 1 pizca de sal
  • 3/4 de taza de azúcar
  • 2 cucharadas de mantequilla o aceite
  • 2 huevos 
  • 1 cucharadita de vainilla molida o un poco de extracto
  • 1/2 taza de buttermilch
  • abundante aceite para freír y un trozo de piel de naranja o limón

  • 1 cucharadita de concentrado de zumo de limón
  • 1 cucharada de ron
  • 1 cucharada de queso crema
  • azúcar glas (4 cucharadas o un poco más, lo que te pida para cogerle el punto de espesor)

Preparación:

  1. Cuece la batata troceada junto con sus ingredientes. La aplastas con el tenedor y formas un puré. Deja que temple un poco. 
  2. En un bol mezcla los huevos con el azúcar, la vainilla y la mantequilla. Añade el buttermilch y el puré hasta que tengas una crema homogénea. Añade el harina, la sal y los polvos de hornear (a mí me gusta añadirlo mezclado previamente). 
  3. La masa no es muy dura, así que para poder trabajarla tendrás que enharinar bien la encimera. Eso sí, ya que es  muy pegajosa no la marees mucho para que no coja demasiada harina. La extiendes con ayuda de un rodillo (unos 2 ó 2,5 cm) y cortas con ayuda de un molde o el borde de un vaso. Para el circulito interior, usa un vaso de chupito o el borde una copa de cava. 
  4. Pon a calentar el aceite. Echa una corteza de limón o naranja que retirarás cuando veas que el aceite cogió fuerza. Las vas friendo por ambas partes a fuego fuerte. Dependiendo de la cantidad de aceite con la que te guste freír baja ligeramente el fuego. Yo no le pongo mucho, apenas que floten las rosquillas así que le tengo que bajar un poco el fuego para evitar que se tuesten por fuera quedando crudas por dentro... Las dejas escurrir sobre papel de cocina (un poco por ambos lados).
  5. Para el glaseado, mezcla todos los ingredientes juntos, y añade más azúcar glas si ves que queda demasiado líquido. Yo no suelo cubrir con el glaseado sino que lo pincelo para evitar que quede demasiado espeso porque el glaseado no debe entorpecer el sabor de la rosquilla. A disfrutar!

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