Crema de espárragos verdes y leche de coco

Dije que vendría con una sopa y con sopa vengo. Y que sepas que ensopada vivo por culpa de una gripe veraniega que me ha tenido varios días en cama ... o lo más parecido a lo que una madre profesional del hogar puede aspirar en estos casos. Es decir, a estar arrastrada en el sofá cual moco seco debajo de una mesa en un parvulario. Suena poco prosaico para relatar en un blog culinario pero por todos es sabido que yo más que culinaria soy de cosas de la vida y sobra decir que los mocos y escupitajos son desde luego más reales en mi vida que un foie de pato o una lubina al horno ... ¿lubina? ¿qué es eso? se me olvidó a qué sabe un pescado con cabeza y espinas...

Y en éstas estábamos, yo rota de gripe cuando mi ordenador dijo Kaputt y me quede sin internet en menos de lo que tú te marcas un suspiro. Mis gafas, que son unas envidiosas de ocho, decidieron suicidarse en un intento desesperado por cobrar protagonismo en un entierro que no era el suyo y las muy canallas, por dos veces se lanzaron al vacío y de cada golpe una patilla se fue al cuerno. El segundo juego de gafas hace meses que lo olvidé en la otra punta de Austria -Kein Kommentar- así que imagina el cuadro: yo, sin poder leer ni un cartel de "ojo, socabón", sin internet -aunque sin gafas portátil pa'qué te quiero- y la guinda, que nunca nos falte, llegó de manos de la llave de paso del agua de la lavadora. Larga historia esta última que me escuece a rabiar así que no entro en detalles...
Juro por mis cebollas que son estas las rachas en las que una se olvida de su devoción por ser feliz, porque si ya es difícil vivir concentrada en poner música de violines a las estupideces diarias, pues imagínate encima ser presa de una mala uva incalculable, asqueada con una vida que del mismo modo que te da pues de buenas a primeras te lo quita, a lo tonto, sin un "esque" ni gaitas. Por no tomarse la molestia ni me ha preguntado cómo estoy, si necesito algo, no sé, que menos que darle un agüita a sábanas y toallas, sin muchas pretensiones, digo yo. La tía asquerosa se pasea por mi puerta así, haciendo como que no ve...

La muy ingrata! con la de malaje que anda suelto, robando, extorsionando, mintiendo, manipulando... y sí, cosas peores, porque anda que no hay gente mala a rabiar en este mundo a la que la vida podría fastidiar un poquito en plan rollo kármico... pues no, se ensaña con los más bobalicones y a lo tonto y en lugar de hacer cosas útiles por el bien de la humanidad pues no, ella erre que erre militando la cruzada de la estupidez. Y total, pa'qué? pues pa'na porque la gripe pasa, el ordenador tenía arreglo, me compré nuevas gafas y el fontanero que no viene, que no nos quiere coger el teléfono el tío...

Y ahora tú estarás pensando en dejar un comentario a lo "anda calla boba, qué todos los problemas en la vida sean estos" .. pues no, craso error. Te equivocas. Enfádate con ella por perder el tiempo tan a lo bobo porque hay gente que las está pasando canutas y mientras ella nos engüarrina con minucias los que de verdad la necesitan están solicos... no, no, por ahí no debemos pasar porque desde luego, para arreglar el mundo todos tenemos que arrimar el hombro pero o ella se mentaliza que nos tiene que abrir el camino o mala amiga nos hemos echa'o y claro! así va el mundo! en mis tiempos... ups, empiezo a hablar como mi abuelo.



Ingredientes:
(La receta la encontré aquí)
  • 1 manojo de espárragos verdes
  • 1 lata de leche de coco de 400ml.
  • 2-3 cebolletas con tallos
  • 1 litro de caldo de verduras
  • sal y pimienta

Preparación:

  1. Pon todos los ingredientes en una olla -las verduras troceadas- y deja que cueza a fuego lento 20 minutos.
  2. Tritura la crema y a comer. Si quieres que la crema conserve un toque fresco, guarda un poco de leche de coco y se lo añades en el momento de servir. 

NOTA: 
El pan, antes de que me preguntes te lo cuento. Es una masa de pan sencilla hecha con harina de fuerza y semolina a partes iguales. Cuando la masa haya levado, la extiendes en la encimera enharinada y la dejas con un grosor como de 1 cm. Pincela un poco de aceite encima -yo uso el aceite de los tomates secos- y espolvorea un poco de semillas de hinojo machacadas en el mrortero -no molidas-. Cortas tiras de masa y las enrollas sobre un palito para brochetas. Horneas a 200-220º hasta que estén doradas.

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