Pane e panelle y mi conexión Sicilia-Mallorca pasando por Graná
O algo peor. No sé. A ver por dónde empiezo; para entender esta receta tengo que hablar de rizos, labios rojos, sonrisa flamboyante y dientes requete blancos. De Graná a Mallorca es como esta mujer se ha ido soltando la melena. Puede que ya naciera desmelenada porque algo me dice que esa sonrisa que ella calza tiene solera y muchas vivencias detrás. Cada vez que entro en su cocina de babel el color, los aromas y el buen rollo me inundan el alma. Pero para hablar de ella, no lo voy a hacer directamente, eso sería demasiado fácil. Me voy por las ramas de sus antepasados granainos y en un abrir y cerrar de ojos me cuelo en el cuarto de Aixa, las dependencias de la sultana consorte de Muley Hacen, en el palacio de los Leones de la Alhambra.
Procedente de la familia real granadina, Aixa fue la sultana consorte durante más de 20 años. Trajo al mundo 3 hijos y Boabdil fue llamado a suceder a su padre. Ambos pusilánimes y torpes gobernantes, incapaces de hacer frente común para defender la última frontera nazarí. Su desdén político les hizo concentrarse más en pelear entre ambos por el trono en lugar de defender el reino. Parece que la cosa se puso fea, cuando el sultán se enamoró de una esclava cristiana, Doña Isabel de Solís que tomó el nombre de Soraya al convertirse al islam. No solo Aixa quedó apartada del poder sino que su heredero estaba en entredicho. La rivalidad con Soraya por ser la madre del futuro sultán y la poca cabeza de Boabdil aceleraron lo que se mascaba desde hacía tiempo, un complot para derrocar al sultán porque muchas familias nobles estaban más que hartas de la dejadez y boberío que calzaba Muley Hacen sumado al hecho de que un medio cristiano estaba a un paso de subir al trono. Entenderás que la situación no era plato de gusto en la corte.
El romanticismo nos ha vendido que los amoríos de Aixa con un noble a la luz de la luna en los jardines del Generalife fue el detonante que provocó la masacre en el Salón de los Abencerrajes. Romántico y bello -que se lo digan a los 37 nobles que perdieron la cabeza- pero lo más probable es que el sultán fuera informado de la conspiración. Muy mal aconsejado y en medio de una fiesta para mayor vergüenza de los ajusticiados, los rebanó el cuello a lo "muerto el perro se acabó la rabia". Pues no. Esta matanza dolió a rabiar e hizo que todos los nobles nazaríes apoyaran a Aixa y a su heredero Boabdil. Y aquí, como siempre que uno relata hechos históricos, llegan los manporros. Guerra civil sangrienta y penosa. Con la caída de Muley Hacen, pensarás que esta mujer pudo dormir tranquila. Pues no, su hijo, que una vez en el trono mira que podía haber sentado la cabeza, fue hecho cautivo en la batalla de Lucena y se dice que con su firmeza y tenacidad consiguió negociar con los cristianos su liberación. Poco después, ante Isabel y Fernando, nada pudo hacer, así que esas palabras tan crueles a primera vista que Aixa reprochó al último rey de Granada "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre" fueron merecidas y certeras porque a esta mujer defender Granada le costó su felicidad, su mundo visto desde el mirador de su cuarto, el que decían que tenía las mejores vistas de toda Granada. Tan bonicas, que cuando llegó el Carlos V -muerto de envidia el muy zote- hizo construir sus dependencias justo delante del Mirador de Daraxa.
Y a mí esto es lo que se me antoja que es Juana. Una reina mora en tiempos modernos -gracias al cielo que hoy nos libramos de la parte de los manporros y tajos al cuello- pero me la imagino peleona, con una personalidad arrolladora, capaz de liberar al cautivo más valioso de toda la cristiandad con su firmeza y tesón. Pero una mujer que cuando las cosas de palacio se lo permiten, corre a su rincón, a su mirador, el más lindo de Granada, a saborear el aire y oler el agua de las fuentes. Una reina mora capaz de comerse el mundo de una sentada, callejeando desde su jardín, soñando con aventuras exóticas y lejanas... yo, inspirada en ella, me comí estos pane e panelle que sabían a tiempos pasados, paladares sencillos y comidas para estar por la calle.
Porque mira lo que son las cosas. Yo le eché el ojo a estos bocadillos antes de saber que Juana nos invitaba a callejear y comer. Había comprado harina de garbanzos, quería hacer algo especial y me encontré con estos Kalinti, una torta a base de harina y huevos típica sefardí muy popular en Marruecos. Pregunté a Hanae y me contó que todos los adultos sueñan con los bocadillos rellenos de esta torta, que es el mayor manjar que de crío uno se puede imaginar. Fue a mi lista de hay-que-probar como no podía ser menos. Por esas mismas fechas, buscando alguna receta italiana de pan con semolina, me encuentro de bruces con los panelle. Casi me da un ataque! la versión siciliana de los kalinti pero sin huevo -la caló, que hace que las gallinas no pongan muchos, imagino- y en vez de horneados, fritos; mira que a lo tonto uno aprende historia solo mirando recetas.
Y a la que me decido a hacerlos me entero que en babel nos están animando a descubrir comidas callejeras del mundo, para viajar este verano sin salir de tu cocina y como mucho dar un voltio por el barrio cuando la calor nos dé un respiro... y hasta aquí puedo contar: mi conexión Sicilia-Mallorca-Graná está servida.
Ingredientes:
- 250gr. de harina de garbanzos
- 700ml. de agua
- media cucharadita rasa de sal
- unas ramitas de perejil picado
- limón
- aceite para freír
Preparación:
En una olla, disuelve el harina de garbanzos en el agua. Añade la sal y llévalo a fuego mediano-flojo hasta que hierva sin dejar de remover. Lo retiras y le añades el perejil picado. La forma ortodoxa de prepararlo es sobre la encimera, previamente engrasada y con ayuda de una espátula extiendes la masa hasta que quede bien finita (unos 3mm.). Deja que enfríe una media hora. Con un corta masas, haces cuadraditos o rectángulos que irás friendo en una sartén con abundante aceite caliente.
Yo no quería hacer toda la masa. guardé la mitad para otra ocasión, así que es mucho más práctico hacer un rulo con la masa que envolverás primero con film de plástico y luego envuelto en un paño limpio. Lo dejas enfriar en la nevera mínimo media hora. Con un hilo de nylon vas cortando rodajitas de masa que aplastarás con las manos engrasadas para que queden bien finas. Las vas friendo en una sartén con abundante aceite caliente.
Hay que comer los buñuelos recién hechos y bien calientes. Puedes mantenerlos calientes en el horno unos minutos si fuera necesario. Cómelos en bocadillo con un buen chorro de limón sobre los panelle.
NOTA A 29 de mayo del 2014
Hice mis panelle dedicados a Juana y ella los hizo dedicados a mí. Soy musa de mi reina mora, un gusto inmeso...Esa mujer potente en sus ideas y generosa, me inspiró! Iluminaba mis tardes, cuando me sentaba a leerla en silencio, sin que ella supiese que alguien, en una isla del Mediterráneo la admiraba por todo lo que transmitía :) Han pasado muchos años y para mi, fue un placer inmenso que ella, una de mis "musas" blogueras, participase en mi juego... no solo eso, si no que, además lo hizo con un post redondo, lleno de desbordante imaginación y repleto de palabras que me hicieron sentir la persona más afortunada del mundo por conocerla, aunque solo sea virtualmente!
Gracias tronquita!
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