Pastel rústico de manzanas y nueces caramelizadas y una explicación

Hay momentos en la vida de una bloguera charlatana que se hacen requetecuesta arriba. Ir de Doña japi-guai-que-linda-es-la-vida no te creas pero tiene sus inconvenientes. Confieso que es una tarea muy pesada de llevar encima el día entero, la semana entera, el mes, el año y por los siglos de los siglos... aunque desde que puse el blog y las redes sociales en mi vida  ir de japi es mucho más facilón ya que no es necesario hacer mucho teatro al natural. Puedes estar gritando en casa como una posesa y al tiempo enchufar la maquina y escribir en tu muro "qué bonita es la vida y qué feliz soy de compartirla contigo"  y mientras, más pancha que larga, puedes ir soltando berridos e improperios a troche y moche sin poner en peligro tu fama de fantástica... el problema es cuando no te puedes mantener callada ni debajo del agua y te dedicas a contar los trapos sucios entre receta y receta.
Porque así son las cosas. Para qué mentir. Harta estoy de pregonar por  facebooks que gran parte de mi feliz y empalagosa existencia se la debo a mi enano, con sus 7 recién estrenados añitos... sí sí, pincha y mira que lindura... pues ese enano, esa ratuca que calza un 32 y viste normalmente a rayas -manías mías, hay a quien le da por los cuadros-  decía, el muy traidor lleva unos días insoportable  a rabiar hasta alcanzar berrinches insospechados. Llora por cualquier idiotez, no soporta que levante la vista de su cocorota, en cuanto me doy la vuelta suena en el aire, cual disco rallado "mira mamá, mira mamá". Nada me puede contar si no me persono ante su sombra en menos de lo que canta un gallo. Y pobre de mí como me vea delante del ordenador. Es algo que simplemente no soporta. Es su enemigo número uno. Oye el teclado y Lucas Nobis Martín de los Santos se pone amarillo cual poseso... Si estos berrinches me los pillara yo, absolutamente todo dios me diría que estoy menstruando. Incluso ahora, que vivo sin útero y que yo misma he perdido el norte de cuando estoy con las hormonas asalvajadas, aún así, la conclusión sería esta: desarreglo hormonal. Desconozco si los críos al cumplir los 7 tienen efluvios hormonales dignos de mentar, pero por la cuenta que me trae me es totalmente indiferente. Es un pesa'o así te lo digo. Muy lindo, ok. Un primor, ok. Pero un pesa'o! aprovecho que está pegado al televisor viendo la fórmula 1 para ponerle a bajar de un burro a sus espaldas pero con la conciencia muy tranquila ya que técnicamente esto que escribo quedará aquí para que él cualquier día futuro pueda leer esta sarta de verdades soltadas así, a bocajarro y sin mucho meditar. Porque hijo, eres majo como tú solo pero cuando te lo propones eres el mayor plasta que este mundo ha engendra'o... 
Y como considero mi deber no faltar a la verdad, debo añadir este conciso. Haciendo acopio de paciencia materna, de esa que solo una sabe domar con sus pimpollos pero solo con ellos -a ver maridos! no sois uno más de los críos, esta paciencia no funciona con vosotros- decía, haciendo acopio de temple y dulzura le he explicado que mamá tiene un hobby, y que lleva casi un mes sin sacar tiempo para publicar en su hobby... el sermón ha sido rápidamente neutralizado: "qué es un hobby, mamá?" Me cachis! me pilló de nuevo... ok, pues es como tus juegos, una manera de pasar el tiempo libre siendo feliz... le valió. Pero su mente retorcida -enseguida lo noté- siguió dando vueltas al concepto así que rápida y veloz me aventuré a contarle que el hobby de mamá es tener un blog de recetas. Cargo rápidamente hierbas y especias y le digo, ¿ves? esté es mi blog. ¿te acuerdas de esta sopa que tanto te gusta? siiiiiii. Y de este bizcocho? no. De este no. Pero mira -le enseño la vista preliminar de esta receta- de este si te acuerdas, verdad? este pastel es el mismo que está ahí encima de la mesa -miramos al unísono y encontramos un pedacito enano, el cuchillo y un montón de migas alrededor-. Ok, es el que hice ayer y que tanto le ha gustado a papá que por poco no nos deja ni un pedazcín... y la cara se le ilumina... veo que estoy de suerte, que está receptivo, así que continúo mi explicación: pues guardo aquí las fotos y las recetas para que algún día cuando pienses en tu sopa preferida o en tu Kuchen favorito puedas venir al blog y hacerlo tu mismo... y así te acordarás mucho de mamá y de tu niñez...
Bingo! hice diana. Se dio media vuelta y me ha dejado teclear a gusto. Cierto es el hecho, que en esos momentos la carrera ha venido a conspirar por el buen término de esta entrada pero no debería quitarle mérito a este enano ex-pesado y ex-llorica que me está regalando un ratico de paz.. ahora me pregunto si no debería borrar el primer párrafo de esta entrada y poner en mi muro de facebook "qué bonita es la vida y qué feliz soy de compartirla contigo"...


Ingredientes para las manzanas: 
  • 4 manzanas medianas
  • 1 cda. rasa de mantequilla
  • 2 cdas. de azúcar  
  • 1 pizca de canela
  • unas gotas de limón

Ingredientes para las nueces:
  •  75 gr. de nueces
  • 3 cdas. de azúcar
  • unas gotas de limón




Preparación:
Pela y corta las manzanas en trozos grandes o en cuartos si son más bien pequeñas. Pon a calentar un sartén, añade la mantequilla y saltea las manzanas. A fuego fuerte, para que no pierdan jugos y se doren visiblemente. Añade el azúcar y carameliza. A última hora, añade la canela, mueve un poco con cuidado de no romperlas y las pones sobre un plato. Ya retiradas le añades por encima unas gotas de limón y dejas que enfríen. Así la capa exterior se quedará sellada y cuando hornees el pastel no perderán líquidos.

Ingredientes para las nueces:


Preparación:
En la misma sartén de las manzanas, añades los 3 ingredientes. Moderas el fuego y sin parar de remover esperas hasta que se forme el caramelo. Las retiras sobre un trozo de papel del horno y dejas que enfríen y endurezcan. Pon a calentar el horno a 180ºC.

Ingredientes para la masa:


Preparación:
En un bol, mezcla el harina junto con la sal, el azúcar y los polvos de hornear. Añade la mantequilla fría en trocitos y amasa hasta que tengas unas migas sueltas. No hace falta amasar mucho. Añades la buttermilch o el yogur hasta que tengas una masa blandita pero que no se pegue. Si necesitas añade más harina. Esta masa no necesita reposar. No le he encontrado diferencia a hacer o no. Así que directamente la estiras sobre la encimara enharinada y con ayuda del rodillo formas un círculo como de 1cm.de espesor máximo. Lo transfieres a una bandeja de horno previamente forrada con papel de hornear y colocas encima las manzanas y las nueces. A mí me gusta trocearlas un poquito para que no queden tan grandes pero esto va a gustos. Cierra los bordes doblando la masa para dentro, sin mucha ciencia y lo más rústico posible. Hornea hasta que la masa se dore ligeramente.

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