Sexo orgánico acompañado de garbanzos y acelgas con leche de coco

sexo
Del lat. sexus.
1. m. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
2. m. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino.
3. m. Órganos sexuales.
4. m. Actividad sexual. Está obsesionado con el sexo.
Aviso importante antes de entrar en más harinas. Hoy la cosa va de s-e-x-o. Para ser más exactos de sexo y garbanzos y aunque este último detalle a primera vista resulte irrelevante, a todas luces es el ingrediente clave en esta historia porque sin él no hay receta y sin la receta no hay charla y sin la charla no hay sexo. Bueno, sería más exacto decir que no hablaría de sexo, pero para el caso que nos ocupa, hacer o hablar viene a ser lo mismo. Antes de enfangarme yo misma en mis propias palabras quiero dar una oportunidad a los desinteresados en el tema a abandonar esta página sin más dilación. S-e-x-o. Hoy sexo a las claras -tan claro como en horario infantil se puede hablar. No te quepa duda que tengo recursos para ser más clarificante y deslenguada pero casi que no. No es plan-. Decía, s-e-x-o a  las claras. Porque hay muchos conceptos que me temo que aún no tenemos del todo claro. Así que aquí, esta clarificante te lo dejará claro a las claras. En efecto, hoy toca hacer lío.

El primer caso y más flagrante es el de la RAE. Pero que injusticia más grande comete la Academia con el sexo. Injusta y difusa porque sus definiciones dejan mucho que desear y mucho sin explicar. Alude a la condición orgánica, a los órganos sexuales, y al conjunto de seres con los mismos órganos y la misma condición o la misma orgánica. No lo explica muy bien. Define sexo como conjunto de seres pertenecientes a un mismo "sexo" -menudo descubrimiento- y se queda más pancha que larga. Para dejar más cristalino el concepto detalla como 4ª acepción que es un placer venéreo y para entender mejor la idea pone como ejemplo: estar obsesionado con el sexo.

Aquí me han da'o en lo más jondo de mis junturas mentales. A ver si me entero. Hacer sexo -cosa que no explica así que demos por hecho que hacer sexo está aceptado- es motivar a nuestro sistema venéreo o venal o venoso a que nos de algún tipo de placer o reacción arterial que como efecto secundario nos convierte en unos obsesos sexuales... ¡me cachis!... ok, que no cunda el pánico. He reflexionado sobre ésto y he llegado a la conclusión que tal vez erré en la búsqueda. Mi mente perversa y retorcida está asociando el sexo con hacer el amor y lo mismo no es lo mismo mismamente dicho. Bien, regreso al diccionario y busco coito. Definición: cópula sexual. Sin más explicaciones, ni retórica ni ejemplos. Ok, vuelta a empezar. Pienso con más o menos intensidad y llego a la conclusión que tal vez sea más correcto buscar la acción de coito, o sea, coitar. Después de todo ¿el movimiento se entiende andando, no? pues ea. Sea y no se hable más. Busco coitar y con ésto me encuentro: coitar. 1. intr. Realizar el coito. Y punto. Si por lo menos hubieran dejado tres punticos habría tenido abierta  la ventana a la imaginación. Pero no. Punto y final.

Pero ¡Cómo es posible! ¡Cómo se entiende que unas mentes tan sabías, que el pilar de nuestra lengua, lenguaje, sistema de comunicación, lo que sea, cómo es posible que sea tan parco en dialéctica en una de las actividades humanas, lunáticas y marcianas más esenciales, fundamentales y vitales de nuestra existencia! ¡Así nos luce el pelo! Somos víctimas directas de la Real Academia que nos lanza a la pubertad sin saber ni una mijina de lo que hay que saber sobre el sexo. Muchos papás nos pensamos que con decirle a nuestros hijos eso de que papá pone una semillita en mamá está todo dicho. Hay hasta quien piensa que hacer sexo a diario es joder hasta el aburrimiento al compañero de enfrente, al vecino o al carnicero, empolvando de inmundicias a todo títere que se cruce en su camino.
Sexo, lo que se dice sexo, es otra cosa. Es la acción gracias a la cual llegamos a este mundo y el motivo principal por el cual nos merece la pena quedarnos en él aguantando al amargado especialista en jodiendas. Es salud vital, energía, positivismo y deporte.  Es mirarte al espejo y verte guapa. Es ver guapo a tu contrario y es, en definitiva, la mejor excusa para poner tu mundo reguapo a rabiar. Vida guapa. Eso es lo que es. El sexo es el mejor pacto para sellar una paz en caso de conflicto doméstico y más importante aún aunque poco practicado, es el mejor incentivo al entendimiento. Cuando una pareja desentierra el hacha, se atrinchera cada cual es su verdad, esas verdades a medias que son producto de la falta de perspectiva. Las parejas vemos las batallas como los soldaditos de plomo, que cuando apenas asomamos la nariz para mirar al frente contrario suenan tiros. Todo se ve con otros ojos cuando estás delante del mapa de campo dentro de un búnker y a salvo de balas perdidas. Así, tal cual te lo cuento, es el efecto que tiene el sexo ante un conflicto. Te saca de la trinchera y te coloca bien a gustico dentro del búnker. Desde ahí conseguir analizar y negociar la paz está requetechupado. Normalmente el sexo lo entendemos como un premio. Si no hay paz, no hay polvete pero claro sin darle rienda suelta a la pelvis difícilmente estaremos a salvo de la artillería pesada.

Lo mismo pasa con los alimentos. Desde tiempos inmemoriales -por lo menos para mi memoria de hámster- el ser humano ha buscado alimentos y especias afrodisíacas que levantaran algo más que el ánimo a sus beneficiarios. Siempre como pre-sexo, a modo de lanzadera antes del salto del tigre. Pero yo que soy muy retorcida le doy la vuelta al concepto. A ver. Ponte sexy a rabiar. Sorprende a tu pareja con un sexamiento fuera de lo normal. Cuando tu pareja este relajadísima y hambrienta -esas cosas suelen pasar- le pones delante un plato de estos garbanzos. Sabor exótico, fresco y lleno de nutrientes. Le va a dar tal subidón que yo te digo que lograrás doblete. Prueba y ya me dirás.

NOTA: ok, como no soy la única retorcida del lugar, sé que algunos de mis comentaristas  me dejarán mensajes a lo a mi chico no le van los garbanzos, a mi chica no le ponen las acelgas, etc. Pues ea, contestaré de antemano. Si has leído bien te habrás quedado con la copla de que el mundo afrodisíaco lo creas tú así que si no quieres que sean garbanzos pues que no lo sean. Ahora, el garbanzo es fantástico para estos menesteres. Es rico en fibra, proteínas, vitaminas y bajo en grasas e hidratos de carbono. Tiene hierro y potasio -fuerza y sistema sanguíneo potente y ya sabes lo que dice la RAE-. Pero oye, haz lo que te plazca porque el truco realmente está en que cada vez que volváis a comer el plato en cuestión, volveréis a recordar el revolcón y la lívido hará el resto...


Ingredientes:
  • 1 bote de garbanzo cocidos (unos 400gr.)
  • 1 puerro mediano
  • 1 manojo de acelgas
  • 2 dientes de ajo
  • 3 cucharadas de salsa de tomate concentrada
  • 1 cucharadita de garam masala
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 1/2 litro de caldo de verduras (puede que un poquito más)
  • 1 bote de leche de coco (unos 400ml.)
  • un par de cucharadas de aceite
  • un poco de sal o salsa de soja
  • opcional: una cucharadita de aceite de coco o de mantequilla de cacahuetes

Preparación:
  1. En una cacerola, rehoga las verduras y los garbanzos. Añade el ajo machacado y rehoga brevemente. Añade las especias, el limón y el tomate concentrado. Cubre con el caldo y espera a que rompa a hervir. Baja el fuego y deja que cueza tapado 5 minutos. 
  2. Añade la leche de coco y si tienes oportunidad añade un poco de de aceite de coco. Con un toque de mantequilla de cacahuetes también está delicioso. Vuelve a tapar y deja cocer el guiso unos 10 minutos. A mí me gusta que las verduras aún queden algo crujientes. Para ello, no superes los 15 minutos de cocción. 

Si te ha gustado, comparte o imprime:

Publicar un comentario

 
Copyright © En pruebas: HyE. Diseñado con por Las Cosas de Maite