Galletas mortales para comerte mejor con frutas rojas y merengue

Evidentemente las personas somos personas y hasta aquí creo que todos estamos de acuerdo y el que replique es porque tiene ganas de jaleo. Este efecto tan humano es lo que nos convierte en personas normales. Y es aquí, en este "normales" donde se admiten reclamaciones, se hacen composturas y devoluciones. Lejos de lo que tu mente retorcida está imaginando, no voy a dar ningún repaso antropológico a nuestra raza aunque sí me pararé a hacer un par de pequeños concisos que demuestren con un ejercicio muy sencillito lo diferentes que son nuestras normalidades a nivel de grupo. Es decir, lo anormales que somos... y me explico ahora mismo no la vayamos a liar.

Para exponer esta afirmación tan brusca que hago carente de ánimo de ofender, voy a basar mis argumentos en el mundo cocina incluyendo a aquellos que la preparan y a los que se la zampan porque sin unos, los otros no existen; imprescindible tener este concepto muy claro... pero al grano. Cada persona incluida en un núcleo social mayor de uno, tiende a ver el mundo con los ojos del resto. No se trata de tener poca personalidad porque realmente cada individuo socializado coopera con su manada a construir su propia anormalidad frente al resto de normales, que a su vez construyen su propio anormalimiento cuidándose muy mucho de ser lo suficientemente diferentes como para que no se les confundan con "los otros".

Pues esto no es ni más ni menos lo que los expertos en persona llaman memoria social o colectiva. Muchos son los campos en los que se demuestra este fenómeno pero si alguno nos arrima al tema de este blog es la comida.  Y si en algo la memoria colectiva funciona es en el comer. Ejemplos. Si buscas recetas por blogs USA verás que todo es la galleta perfecta, el brownie perfecto o el pie perfecto. Absolutamente todo el mundo se siente poseedor de la elaboración perfecta. Si no cocinas perfecto, no eres respetable. Si eres anormal al clan norteamericano por más que comparas una receta de la cookie perfecta frente a otra cookie perfecta no consigues ver la clave de tan perfecto fenómeno ya que ambas galletas contienen la misma cantidad de harina, mantequilla, azúcar y la vainilla que las parió.
En Italia, ¿en qué se sustenta su colectividad mental? en lo auténtico. El auténtico pesto genovés que solo sabe a auténtico si le añades la albahaca de un pueblín concreto a 10 km. hacia el oeste de la ciudad, con el queso parmesano que venden en el barrio tal y cual de Parma y con un aceite de oliva procedente de una aceituna a granel que solo se cultiva en la Toscana; y si no es auténtico, no está bueno. De nuevo, una mente anormal al clan italiano en seguida cae en lo contradictorio de estos argumentos teniendo en cuenta que los italianos han sido el pueblo más nómada habido y por haber que han establecido sucursales de la Bella Italia por todo el globo terráqueo. Y todo ello bajo el mismo eslogan: el autentico espagueti italiano.

Y ¿los españoles? pues nosotros nos colectivizamos con el mundo originario. La paella que solo es paella si cueces el arroz en Valencia -en Sevilla el butano debe de estar manipula'o- o la fabada que si no se remojan las fabes en Asturias ya no se dejan comer. Suma y sigue con el gazpacho, el cocido madrileño, pulpo á feira y un sin fin de exquisiteces ibéricas. Aquí no hay que ser de otro clan para quedarte descoloca'o. Con ser de otro pueblo es suficiente. En más de una, me he visto sirviendo un plato rico a rabiar a algún comensal que se sentía en posesión de la patente culinaria por herencia materna y me he visto sorprendida con una coletilla a lo " pues en casa -que mi madre era de Villarriba- se hacía esto riquísimo sin ponerle tal o añadiendo cual" y yo, alucinada con el desplante, haciendo un esfuerzo supremo por mantener el tipo contesto a lo "oye, pero está rico ¿no?" y con un gesto de bondad infinita -porque otra cosa no, pero los españoles buen fondo tenemos y mucho- me replican "sí, muy rico mujer pero no es igual. Ya verás, un día te voy a llevar, o te voy a traer y bla-bla-bla" .. en fin, imagina: petardeos varios que jamás ocurrieron ni ocurrirán. Y es que por muy buen fondo que usemos jamás lo tocamos cuando se trata del puedo prometer y prometo.

Y bueno, ¡los argentinos! no debo dejarlos fuera de este análisis porque son protagonistas directos en la receta de hoy. Para un argentino solo es bueno si es patrio. Todo con dulce de leche, chimichurri o en su defecto que se deje acompañar con un mate. Si no, definitivamente no es un comestible digno de masticarse. Todo lo que un argentino considera que es delicioso -divino, para no faltar a la verdad- es porque lo descubrió o inventó un compatriota. De nuevo, alguna contradicción se detecta teniendo en cuenta que salvo un par de puñaicos de indígenas tucumanos, la Argentina se repobló con una mezcla de lo más salada de italianos y españoles sin contar el crisol de razas que se han ido añadiendo con el paso de los siglos. Y aquí, pienso: pues va a ser verdad que si metes en una coctelera a un italiano con sus autenticidades y a un español con sus originalidades y los meneas a rabiar, saldrá un argentino perfecto pero que los americanos lo patentarán en lo que tarda un porteño en decir "ché, qué bueno"  y lo comercializaran con barras y estrellas junto con el ketchup sabor a chimichurri.

Y sigo pensando. Ah, esto es lo que tiene el pensamiento y el zampar, que una vez que empiezas solo un entripado conseguirá detenerte. Decía, ¿sabes lo que ocurre cuando los individuos salen de su clan, se integran en otros que a su vez están a reventar de más individuos expatriados? la lógica nos llevaría a pensar que haríamos un refrito brutal e incomestible pero va a ser que no. Va a ser que la distancia casi siempre nos devuelve a la normalidad, levantamos con más frecuencia la vista del ombligo colectivo y entonces conocemos, descubrimos, probamos e inventamos -tan ricamente- nuevos platos y nuevas técnicas, y mira, quien posea el origen de la paella, pues mejor pa'él  porque al resto nos la trae al pairo -con saber que está riquísima nos sobran argumentos- y por todos es sabido que los espagueti boloñesa están deliciosos aunque se autentifiquen unicamente en mi despensa. Y  muy importante, descubrir que hay vida más allá del dulce de leche y esta receta así lo prueba.

Estas galletas me las presentó Vicky, mi amiga Vicky que nos juntó la casualidad porque ella andaba buscando quien le diera una mano de pintura al blog. Se nos fue la mano y el corazón y ahora estamos enganchadas a una preciosa amistad. Esta argentina, matera como ella sola, se expatrió también por amor. El amor que todo lo revoluciona y lo desbarajusta. Ella vive en Suiza, ambas hemos tenido que ponernos las pilas con el alemán y ambas hemos sido adoptadas por un país completamente diferente al de nuestras raíces. Ambas criamos a nuestros enanos a caballo entre ambos mundos y ambas lenguas para que el mundo de ellos sea más grande y más sabido.
Las galletas mortales de Vicky a su vez son de Miranda. Su chico le regaló el libro de recetas de Miranda y ¡en qué hora más dulce! no ha parado desde entonces de hornear :-) Esta vez, no serán mis explicaciones ni mis consejos los que te daré. Copiaré al pié de la letra las palabras de Vicky, que me chiflaron y yo cumplí a pies puntillas... o casi. A las galletas les pues un poco de vainilla molida y mi versión contiene los frutos que yo tenía a mano: frambuesas y arándanos. Y claro, mi harina, ya sabes, la mágica, de ahí esas pintitas tan rústicas en las galletas: molida con su cáscara y con su germen, adictiva como pocas.


Cito textualmente:
Para 16 galletas

Ingredientes:

Para la masa:
  • 100 gr de Manteca blanda
  • 50 gr de Azúcar impalpable
  • 50 gr de Azúcar común
  • Ralladura de medio Limón
  • 1 Yema
  • 150 gr de Harina leudante
  • 50 gr de Maizena
  • 2 cditas de jugo de Limón

Para el merengue:
  • 2 Claras de huevo
  • 125 gr de Azúcar común
  • 2 cditas de Maizena
  • 200 gr de Grosellas y/o arándanos (zarzaparrilla)
Preparación:

Batir la manteca con las azúcares, la ralladura, la yema, el juguito y una vez que se obtiene una crema uniforme, agregar las harinas y formar la masa, es una masa suave. Estirar la masa entre dos hojas de film o papel de horno, se la estira de esa forma porque la masa es pegajosa y no hay que agregar mas harina. Se la pone en la heladera por media hora.
Una vez fría estirarla bien hasta que quede de 3 a 5 mm de espesor.
Cortar las galletas con un corta pasta de unos 5 a 6 cm.
Hornear en el horno pre calentado a 180° 10 minutos, no tienen que dorarse del todo, pero yo las horneé por 13 minutos y quedaron doraditas (tenía miedo que se me humedecieran mucho con el merengue, y creo que hice bien, porque quedaron divinas.)
Sacarlas del horno, dejar dos o tres minutos y pasarlas a la rejilla a que se terminen de enfriar.
NO apagar el horno!!!
Mientras vamos horneando, preparamos el merengue hasta que quede bien firme.
Batimos las claras con el azúcar y la maizena, batimos, batimos, bat.... hasta que está bien duro y agregamos las grosellas con movimiento envolvente. (yo hice tres veces estas cantidades y la mitad de galletas las hice con grosellas y mirtillos).
Una vez horneadas todas nuestras galletas y con merengue en mano procedemos a cargarlas. Yo puse por cada galleta una cucharada sopera de merengue y me alcanzó justo para todas las galles.
Cuando ya tenemos una bandeja completa volvemos a hornear a la misma temperatura por unos 12 minutos, no tienen que quedar doradas, solo se tienen que secar un poco.Se supone que hay que comerlas el mismo día que uno las hace, no se pueden conservar mucho tiempo, pero pienso que por lo menos tres días pueden durar, bueno, siempre y cuando no nos crucemos nosotros mientras las están haciendo. (mi chico se comió unas 5 mientras se estaban tratando de enfriar y no se cuantas cuando no lo veía). Cuando las estaba haciendo pensé que lo mejor sería hacerlas mas chicas, pero por suerte no cometí ese error, no son tan grandes como parecen y se desaparecen en cuestión de segundos.
Me creen si les digo que si las prueban, no van a poder para y van a pecar como yo?
Y si las hacen y tiene alguna queja (por ej. Por tu culpa tengo un kilo de mas, etc, etc) yo no me hago cargo, aquí les dejo el blog de mi querida Reina de las Galletas
http://www.mirandagorebrowne.typepad.com
Besitos!!!
P.D. Hagan como yo, tripliquen las cantidades, que las galles están mortales!

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