Aderezo de aguacate para ensaladas
Humor. Ironía. Reírse uno hasta de su sombra no es nada fácil. Es muy sencillo incurrir en la vulgaridad o en el insulto ajeno. Cuántas veces habré visto a humoristas en la tele ridiculizar a personajes haciendo chanzas burlescas con las que no solo la peña se partió de risa sino hasta hubo a quien se le escapó el pis de puro descorche. ¿Es humor o chanza? ¿qué nos hace más gracia: la burla o la ironía? Díme de qué te ríes y te diré como eres, esto ¿funciona así?... puede ser, no descartemos nada aún.
Günter no hace mucho que me contó un chiste sobre el número Pi. Me quedé de piedra, así te lo digo. De hecho no lo pillé. Me dijo que eso es porque soy de letras, que en el laboratorio se habían partido risa. Y ahí me ves haciendo un esfuerzo sobrehumano por sonreír una chispa -por hacerme pasar por una chica lista e ilustrada, nada más lejos- y nada, que no me salió. El único chiste matemático que me parece buenísimo es ese sobre los números de primos, que son infinitos. De raíces cuadradas y demás cochinadas no me arrancas la carcajada ni con tortura china. Se que no viene al caso, pero ¿será verdad eso que me contaban de pequeña de que los chinos en la antigüedad torturaban a sus víctimas haciéndoles cosquillas en los pies? ¿sentido del humor o mala leche? ahí queda.
Y es que esto del humor es muy relativo. Ejemplo. Me he encontrado esto en facebook. Imagino que sabes que en Rusia todo los coches llevan una cámara encima para que todo lo que pase o pueda pasar quede bien acreditado... sin comentarios. El caso es que ruedan muchos de estos vídeos con escenas de todo tipo. En esta ocasión, de lo más surrealista. Un coche se detiene, algo le pasa y su conductor se acerca a charlar con el conductor de una furgo que tiene justo detrás. En ese momento, se bajan de la furgoneta el Bob Esponja, el Mickey Mouse y otros tantos personajes de dibujos animados y le inflan a mamporros sin cruzar palabra. El coche que graba esto, también graba las voces de sus ocupantes que se desternillan de risa a costa del pobre hombre al que no se le ve la cara pero me juego mi mejor sartén a que maldita la gracia que le hizo el tema. Imagino que el aporreado de haber sido testigo en vez de implicado también se habría reído a placer pero nada como que te pateen las costillas para perder el sentido del humor.
Lo mismo ocurre cuando uno mismo es el blanco de la chanza. Que los demás se rían de ti no tiene la misma gracia que cuando tú te ríes de los demás. Normalmente el graciosillo -que en toda casa suele caer alguno- siempre tan raudo y veloz en triturarse al personal adyacente, no suele desplegar tanta chispa cuando es él el objeto caricaturesco de la historia. Esta clase de tipos normalmente irrumpen con un cabreo brutal alegando aquello de "pero tiooo, es que te has pasa'oooo" límite que ellos, por supuesto, juran y perjuran que jamás han pisado ni pisaran.
La casualidad o las cosas de internet -de facebook para ser más concreta- me llevaron a leer un artículo fantástico de Alfonso Vila que por cierto, si no le conoces te aseguro que te estás perdiendo algo grande porque es un maestro a la hora de usar ironía y crítica social... decía, que un titular a lo El escritor gilipollas asociado a una foto de Oscar Wilde había logrado levantar la indignación de unos cuantos ilustrados que consideraban aberrante que nadie se atreviera a llamar gilipollas al gremio de las letras y como prueba de que no miento, cito textualmente uno de estos comentarios "Mal empieza un articulo llamando gilipollas a escritores. Sorry, no puedo leerlo. Y me da que él que lo escribe no es que sea un escritor gilipollas, es un lector gilipollas." ¡Acabáramos! con el despotismo ilustrado nos hemos topa'o. Un tipo que ni lee el artículo -muy bueno y bien argumentado para qué mentir- se atreve a llamar al autor lector gilipollas ¡él! ¡que ni lo leyó! ¿estamos tontos o gilipollas? Dime la verdad, por favor.
La estupidez humana no tiene límites, eso está claro, pero nada como la ausencia de humor para destaparla. Un imbécil quedará siempre en cueros ante su incapacidad de sentir humor o de compartir una ironía. Hasta con un chiste malo no será capaz de salir de rositas porque el imbecilismo al igual que los números primos es infinito. Alfonso Vila, en lo comentarios de ese artículo, me ha llevado a otro artículo buenísimo sobre Kundera a santo de su recién estrenada La fiesta de la insignificancia que se debió de publicar en España ayer mismo. El artículo me ha dejado con ganas de festejar esas insignificancias y esos chistes vitales que ayudan a seguir tirando cuando el absolutismo estruja el pellejo porque frente a las dictaduras el humor es el gran aliado frente a la represión puesto que si de algo carece un dictador es indudablemente de sentido del humor y maldita la gracia que le hace la ironía social. “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente” “¿Cómo se llama una orquesta sinfónica soviética a la vuelta de una gira por Occidente? Un cuarteto” “¿Se puede envolver un elefante con un diario? Sólo si recoge íntegro un discurso de Kruschev” “¿Cómo visitan los rusos a sus amigos? En tanque”. O te lo tomas a guasa o la vida te come.
“Tenía veinte años. Para identificar a alguien que no fuera estalinista, al que no hubiera que tener miedo, bastaba con fijarse en su sonrisa. El sentido del humor era una señal de identificación muy fiable. Desde aquella época, me aterroriza la idea de que el mundo está perdiendo el sentido del humor”.
Humor. A veces evocado para no volverse loco en la desesperación. El clavo ardiendo para superar el miedo y la angustia. James Foley consiguió que su familia recibiera un mensaje suyo. Les cuenta que en la celda que compartió con otros rehenes se inventaron juegos y torneos, se contaban unos a otros historias con las que al reírse lograban romper la tensión. El salvajismo de los radicales islamistas le ejecutaron y decapitaron delante de una cámara para aterrorizar al mundo entero. Los grupos islamistas nos han vuelto a declarar la guerra. Pérez Reverte en su última Patente de corso nos llama idiotas. Lo mismo tiene razón. Y una vez más repito, maldita la gracia.
Ingredientes:
Preparación:
Nota:
- 1 vaso de buttermilch (o yogur y agua a medias)
- 1 aguacate maduro
- 1 cucharada de alioli o medio diente de ajo machacado
- unas gotas de salsa worcester
- una cucharadita de especias tex-mex (un sazonador para tacos por ejemplo)
- una cucharadita de vinagre de vino
- una cucharadita de mostaza
- sal y pimienta
- un par de cucharadas de aceite de oliva
- un ramillete de cebollino, perejil o cilantro. Lo que sea, a tu gusto, pero fresco
Preparación:
- Tan fácil como poner todos los ingredientes en el vaso de la trituradora y batir hasta que el aliño esté suave y cremoso. Si queda muy espeso, se le añade un poco más de buttermilch. Te aconsejo que le dejes reposar por lo menos una noche en la nevera. Coge una textura y un sabor fantástico al reposar.
Nota:
- Ya le he usado en mucho tipo de ensaladas y en todas está fantástico. Simplemente servido con una mezcla de lechugas está brutal. En esta ocasión, lo preparé con una ensalada de palitos de mozarela empanada y una mezcla de lechugas acompañada de pimiento, tomate y pepinillos en vinagre caseros.
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