Strudel de patata y calabacín
Aquí hay tongo. ¿Dónde? en la vida alma cándida, en la vida. Me explicaré. Hace un par de días, leí un artículo en prensa donde se cuenta en líneas generales el por qué se forman cadenas en las redes sociales y qué finalidad tienen. Entre otras razones, la más incomprensible es quizás la de propagar mentiras. Absurdo sí, pero con más canas que Tutankamón. La retorcida mente humana es inexplicable, no en vano la ciencia solo ha conseguido desgranar un pedacito bien chico de nuestro cerebro. El por qué las personas de este planeta tienen un afán de protagonismo tan gigantesco escapa a mi sapiencia.
El caso es, que en ciertos círculos de expertos en informática y redes sociales con personalidades que rondan los cinco años, se vanaglorian con nombres y apellidos -o alias que luego valientes hay pocos- de quién hizo correr éste hoax o aquel bulo. La mayoría de las veces no tienen mayor pretensión que presumir de malotes, sentirse más listucos que nadie por aquello de quedarse con la peña...
Que a lo tonto ¿verdad? pues un mentiroso es más a lo tonto si cabe. Ese no saca ni pecho ni provecho. No gana nada ni es admirado por nadie. Más zote no se puede ser. Y para colmo, estudios recientes -mi blog, que es muy resabiado- afirman que existen más mentirosos que mentiroteados porque no hay mentira más grande que sentenciar que uno jamás mintió y no hay ejercicio psíquico más usado que el engaño a uno mismo. Llamamos mentira a todo aquello que no nos gusta oír, o a lo que nos parece increíble o las soltamos de forma piadosa por no causar disgusto en alguien. ¿Pero por qué la mentira la llevamos tan metida en las venas?
Pues porque nos han engañado desde el primer minuto de vida. Recién salidos del útero materno, morados, todo guarros y pringosos, con el cráneo deformado y los mofletes a la altura de los hombros... recién paridos y sin tiempo aún para recomponernos, el primer contacto con el mundo exterior es un coro de voces que dicen "Ohhhh, qué hermoso" "Qué guapo" "mira qué mono"... ahí queda eso. Se supone que es por no ofender a la madre, a saber. Lo mismo, hasta la excusa, también es mentira. Después de esta gran trola inicial, preludio de lo que ha de venir, llegarán muchas otras. "Mira Pac@, ¿has visto con qué ojitos me mira? Qué listo, bien sabe él que soy su abuel@..." Pues casi que tampoco. Para empezar porque un bebote mira sin ver. Es un truco de la madre naturaleza. Instintivamente un cachorro mira a los ojos de su manada por aquello de despertar ternura. Intenta enamorar al adulto de turno para que no le abandone a su suerte y terminar devorado por un león. Instinto de supervivencia sin mayor prosa que la de continuar vivito y coleando.
Y así, miente que habla, uno va creciendo y descubriendo el mundo trola a trola: los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez, Peter Pan... y para que las mentiras no sean tan fáciles de descubrir, los adultos nos lanzan bombas de humo para confundir a nuestro sentido común y así, cuando preguntamos por ejemplo, cómo entra un niño en la tripa de mamá nos hablan de cigüeñas y de París. Y de esta guisa, a la que uno aprende como puede y se va quedando con la copla, escucha cosas como ese de donde hay capitán no manda marinero y cuando seas padre comerás huevo. Resumen: cuando seas mayor de edad harás lo que quieras. Y cuando ya eres mayor de edad se sube de nivel y el eslogan cambia una chispa: harás lo que quieras cuando trabajes y seas independiente... ¿y? ¿lo lograste?
Hoy he leído la frase. No "una" sino "la". La madre del cordero del gran tongazo. Dice : ¿Os acordáis cuando de pequeños queríamos ser mayores para hacer lo que os diera la gana? ¿ Y qué tal vais con eso? Pues bocas. Me he quedado bocas total. Trampa infame la de nuestra infancia que nos hizo creer en quimeras. Es cierto que me dejaron bien clarito que los príncipes azules no existen pero no quedó muy claro el concepto de que pasa con los Ferraris, las mansiones de enormes piscinas y los bolsos de Loewe. Que si eres bueno, si estudias mucho, si haces caso a los papás de mayor tendrás de todo en la vida... Me dijeron que los mirlos blancos no existen, pero sí señores como Paul Newman, Robert Redfort y Sandokan y que cuidándome un poquito y comiendo con moderación luciría cuerpecillo sirena y que no habría ni Paul ni Robert ni domador de leones que se resistiera a mis escamas...
Hoy he leído la frase. No "una" sino "la". La madre del cordero del gran tongazo. Dice : ¿Os acordáis cuando de pequeños queríamos ser mayores para hacer lo que os diera la gana? ¿ Y qué tal vais con eso? Pues bocas. Me he quedado bocas total. Trampa infame la de nuestra infancia que nos hizo creer en quimeras. Es cierto que me dejaron bien clarito que los príncipes azules no existen pero no quedó muy claro el concepto de que pasa con los Ferraris, las mansiones de enormes piscinas y los bolsos de Loewe. Que si eres bueno, si estudias mucho, si haces caso a los papás de mayor tendrás de todo en la vida... Me dijeron que los mirlos blancos no existen, pero sí señores como Paul Newman, Robert Redfort y Sandokan y que cuidándome un poquito y comiendo con moderación luciría cuerpecillo sirena y que no habría ni Paul ni Robert ni domador de leones que se resistiera a mis escamas...
Y que conste que no me quejo, que he sobrevivido a casi todas las mentiras de la vida y aquí estoy, con diez kilos de más pero con un marido que tiene diez años menos, con un par de críos que no me los merezco y a pesar de que el Ferrari se quedó en Opel, la mansión en un pequeño adosadito y los bolsos son de China... digo, a pesar del engaño, estoy la mar de satisfecha con lo que la vida me ha dado... o con lo que nosotros nos hemos currado que de todo hay. En cualquier caso, nos la han colado bien colada. Ahora, solo nos consuela creer, que lo mismo para cuando estemos jubilados y los chicos anden descubriendo su propio tongazo, para entonces digo, lo mismo sí que podemos hacer lo que nos de la gana...
Ingredientes:
- una plancha de masa ya preparada (leer en las notas)
- patatas
- calabacín
- unas cuantas lochas de jamón
- 2 cdas. de sauerrham o yogur
- 2 huevos medianos o 1 XL
- queso tipo enmental
- un manojo de cebollino
- sal y pimienta
Notas:
- La masa si la quieres hacer casera, puedes ver la receta aquí. Ahora en verano, ni me molesto en hacerlas ya que como viene siendo un clásico, ejerzo la ley del mínimo esfuerzo. Es una masa como la de empanada (¿porque no las venden en España?) pero se puede hacer también con masa de hojaldre o masa philo. Un strudel puede hacerse con todo tipo de masas.
- El pliegue clásico es dejando el borde abierto para arriba con la intención que respiren los rellenos. No importa si se abre un poco, de hecho le da un punto casero precioso.
- Dependiendo de la masa que uses el strudel se pincela con aceite o en el caso de usar hojaldre con leche.
Preparación:
- Cuece la patatas y el calabacín con un poquito de agua a fuego lento. En 15 o 20 minutos estarán las patatas blandas. Mientras precalienta el horno a 200ºC.
- Pones las patatas, el calabacín, los huevos y el yogur bol y lo trituras a groso modo. Salpimienta a gusto. Añade el queso rallado y mezcla brevemente.
- Extiende la masa sobre la encimera o directamente sobre la plancha de horno. Mentalmente, divide la plancha de masa en tres. Cubre la parte central con lochas de jamón y pon encima una línea del relleno. Doblas el strudel sobre este parte central dejando el pliegue boca arriba. Sella con ayuda de un tenedor los extremos y los escondes por debajo (mira en las fotos). Pincela la superficie con aceite o leche dependiendo de la masa que uses.
- Hornea 10 minutos a 200ºC y baja la temperatura a 180ºC. Cuece hasta que tenga un bonito color dorado. Se puede comer templado acompañado de mayonesa, alioli o salsa de yogur (yogur, mostaza, sal y pimienta, limón, un poco de miel y alguna hierba fresca)
Publicar un comentario