Garbanzos salteados con calabacín y queso
Querido lector con tendencia a cocinilla,
He vuelto. Nada raro irse para luego volver siendo agosto. He estado tentada a no soltar ni prenda y hacer como que nada había pasado pero ya sabes que la que guisa en este blog es de todo menos parca en palabras. Nuestras vacaciones han sido de última hora. Este año, por varios motivos, todo estaba siendo un misterio. A finales de julio, Gü me dio la señal de "busca" y como buen sabueso en una mañana despaché una escapa al lugar que Lucas eligiera -Bavaria- atractivo para ir con las bicis a cuestas -el deseo de Gü- y con lagos -mi capricho que también los tengo-. Y así, cumpliendo los deseos de los beneficiarios, di con un hotelito rústico la mar de mono y a la par de económico, cosa rara teniendo en cuenta que ya estaba casi todo ocupado. El Gasthof no defraudó en absoluto. Una antigua granja con molino readaptada por el último descendiente de los Huber en casa de vacaciones. La rueda de molino ya no existe pero sigue pasando el riachuelo por la casa y en el antiguo granero ahora está la piscina cubierta.
Todo super mono, para qué mentir. El tiempo, mejor imposible. Los paisajes idílicos, los lagos de cuento, las montañas... me cachis! los Alpes que jodidos que son. Todo son cuestas tarde o temprano. Para arriba, para abajo y de nuevo para arriba. Terminé rota de darle al pedal, así te lo digo. En una emboscada que un lugareño nos hizo, pasamos como 3/4 de hora metidos en un bosque, cargando al final con las bicis porque ya no podíamos ir montados, saltando riachuelos, troncos caídos, nos quedamos sin agua... yo lloraba, así de claro lo reconozco sin rubor alguno. Se me saltaban las lagrimas de desesperación. Conseguimos salir a un claro, había una granja. Gü que se monta y dice "esperar que voy a buscar agua". Y lo cumplió, vaya que sí. Qué rica y fresca, por dios. Ahí se me quitaron las ganas de llorar. Montamos tan contentos y pedaleamos de la granja a la carretera con la lengua fuera pero con una ilusión brutal viendo cielo abierto y una carretera como está manda'o. Y la alegría se nos agrió en mala uva cuando comprobamos que estábamos en el mismo punto en el que nos habíamos encontrado al lugareño traidor que nos recomendó atajar por el bosque y así evitar la carretera. Le pillamos en ese momento y las vacaciones terminan en desgracia, te lo digo yo.
En fin, pruebas de supervivencia aparte, he regresado de esta escapada de 5 días, con unos 100km. en bici en mi haber, dos cimas -con truco que cogimos el teleférico y nos ahorramos buena parte- unos cuantos chapoteos en los lagos y otros tantos extras de los cuales me abstuve y me dediqué a la contemplación pura y dura sin mover el esqueleto que bastante ha tenido el pobre mío. De regreso, calabacín, como no podía ser de otra forma:-)
Ingredientes para dos raciones:
Preparación:
- 1 bote de garbanzos cocidos
- 1/2 calabacín mediano (solo la carne y con cáscara)
- 1 cdta. de especias texmex
- 1/2 cdta. de ajo en polvo
- 1 cdta. de pimiento seco molido (choricero, ñora, ají...)
- 1 cdta. de orégano seco
- queso tipo feta
- algo de aceite de oliva
Preparación:
- Corta el calabacín en dados menudos y los sofríes en una sartén con algo de aceite de oliva hasta que estén sellados y no se deshidraten.
- Añade los garbanzos y las especias y rehoga a fuego fuerte hasta que doren ligeramente. Rectifica con sal si hiciera falta. Sirve con queso feta por encima.
Publicar un comentario