Carne para rellenar pupusas o gorditas
Cuando me puse manos a la obra en la creación de este blog, no necesité darle muchas vueltas al nombre. Mi influencia, en ese momento, estaba más que clara. Dudé entre "Aromáticas y especias" pero acababa de hacerme mi jardincito de hierbas y me pareció más mío echarle yerbajos a las especias del nombre. Meses después, me planteé que lo mismo un nombre tan genérico podría resultar poco apropiado para un blog que pretendía ser tan personal e íntimo. Decir que por aquel entonces los rebranding eran cosa normal y eran muchos los blogueros que mutaban o los que nos planteábamos hacerlo.
Pero esos arrebatos se me calmaban cada vez que regresaba a leer esa primera entrada del blog (¿quieres saber cual?) donde enseñaba mi cajón de tarros que, por cierto, siguen en el mismo lugar conteniendo nuevas remesas de especias y semillas. Algunas de mi propio cosecha y la mayoría sabores del mundo que he ido encontrando por aquí y por allí. Algunos llegaron y no cuajaron. Estas intentonas han terminado siempre en la basura. Pero otras, la mayoría, se han quedado para siempre en mi cocina porque más allá de arrastrar fama entre los míos de tener buena mano en la cocina, es indiscutible que mis éxitos han crecido a medida que he ido aprendiendo a usar las especias.
Un plato sin condimentar es como un maniquí a medio vestir y demasiado condimentado sería como hacer salir con burka a las modelos de Victoria'secret. Del mismo modo, se caza a un buen groument por la calidad de sus especias en la cocina y no por la cantidad. Las especias no se coleccionan, se eligen y se usan. Cuando caducan, cuando pierden aroma y frescura, lo mejor es deshacerse de ellas. Quién guarda cadáveres de curry, nuez moscada o pimienta en su armario no puede apreciar los sabores del mundo. A mí otra moto no me vendes.
Y para tener especias de calidad, hay que peregrinar por comercios expertos. Pequeñas tiendas orientales, africanas o de ultramar para los sabores exóticos y los puestos de mercado para las genéricas y las más nuestras. Aunque las cosas como son, en un mercado de abastos o plaza encuentras de todo... o encontrabas. Cada vez con más pena veo como los mercados cierran y se reducen, con puestos con el cierre echado o mermadas las mercaderías por falta de clientela.
No tenemos excusa. Es verdad que no hay tiempo para ir a la plaza pero nos hemos acomodado a la gran superficie que nos está vendiendo miseria en bote y veneno en frasco con productos de dudosa procedencia y manipulación. Hay que salvar lo nuestro. La compra de productos frescos debería ser siempre procedente del pequeño comerciante. Comprar cercano es comprar calidad y ayudamos además a su supervivencia. Que es la nuestra.
Así que, cuando Antonio Catalán me escribió y me ofreció probar alguna de sus especias no lo dudé. Supe que era la ocasión perfecta para hacer campaña a favor de lo nuestro. Que no te engañen. El enemigo no es la mercancía extranjera, es el gigante. Cuando nos dicen: "consumir para levantar la economía", se olvidan añadir que consumir en multinacionales o franquicias es ayudar al enemigo. Levantar nuestra economía es mover el dinero entre el pueblo, entre la clase media. Mercados, puestos de abastos y pequeñas tiendas. Da igual la nacionalidad de quien lo regenta pero lo cierto es que un comercio oriental solo vende lo suyo. Comercios como los de Antonio te venden lo de aquí y lo de allá para que sus clientes tengan de todo en un solo viaje. Y si no vives en Valencia, tiene tienda online y recoge pedidos por teléfono. Más fácil y cercano imposible!
Esta carne la he sazonado con especias cajún, un preparado típico de la cocina criolla de Luisiana, crisol de culturas y razas que es una de mis favoritas. En casa las usamos para rellenar pupusas y tortillas de harina Pan. Las acompañamos de guacamole y de curtido salvadoreño. Pronto publicaré como hacer las pupusas y el encurtido, lo prometo.
Ingredientes:
Preparación:
- Un par de tajadas de carne marga cocida (aprovechando un puchero o cocido)
- Media cebolla picada en fino
- 2-3 cdas. de concentrado o salsa de tomate
- 1 cdta. de especias cajún (mira aquí dónde las puedes comprar)
- Un poco de agua o de caldo
- En una sartén, como un poquito de aceite de oliva, dora la cebolla cortada muy en fino.
- Añade la carne desmenuzada o cortada, las especias y la salsa de tomate. Rehoga brevemente, añade el agua y cuece a fuego medio hasta que consuma todo el líquido.
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