Pelotas de pan y speck o Tirolerknödel con salsa de champiñones

Porque maltratar la lengua inglesa o francesa, por ejemplo, es relativamente fácil pero imagina el destrozo en una lengua con ocho vocales -cada una con su fonética- y otro puñado de vocales dobles que también suenan distinto; o vocales seguidas de consonantes que las alargan, las acortan o las refríen a su antojo. A este caos de vocales, añade que los austriacos tienden con profundo ahínco a convertir las aes en oes así que ayer mi vecina me decía que "vaya caos con el césped (Rasen)" y yo le contesté "Qué le pasa a las rosas (Rosen) que yo las veo muy bien". De estas, tenemos mil quinientas al día: Wise (sabio, prudente) y Wiese (pradera) o Sohn (hijo) schon (ya) y schön (bonito). Pues con este tipo de cosas, mi chicos se parten de risa a costa de mis resbalones al pronunciar y claro, a mí, maldita la gracia. Santa que es una.
El siguiente handicap de un guiri de lengua latina, es pronunciar ese chorreo de consonantes sin pronunciar ni una vocal. Ésta es una batalla perdida. Por ejemplo, ¿cómo pronunciarías Herbstschwimmfest? El truco está en saber separar las palabras que forman esta palabrota: Herbst-schwimm-fest. Y esto, créeme, no se aprende de la noche a la mañana. Así que, mientras acumulas algo de vocabulario y mientras a la gente más canalla no le de por hablar a un pobre extranjero con palabras anidadas, comiéndose consonantes, cambiando las aes y añadiendo vocablos propios del dialecto local, pasarán meses -incluso años- hasta que tengas la agilidad mental de interpretar lo que se te cuenta. Y esto es solo la punta del iceberg.
En fin, que hay mil motivos para visitar Austria pero el de aprender alemán no está precisamente entre ellos. Pero !mecachis! las montañas, los lagos, el estilo de vida -el rural y el urbano-, la comida, el ambiente... cuántas cosas tan diferentes y cuantísimo he aprendido desde que vivo aquí.
A nivel culinario ha sido un bombazo; descubrir la hierba Maggi, el ruibarbo, el colirrábano, el sauco... cuántas cosas ricas y tan diferentes a las nuestras. Las pelotas de pan (Semmelknödel) son de esos platos requete populares por estos pastos equiparable a un taco para un mejicano, un mate para un argentino o la tortilla de patata para un español. Se hace en todas las casas y de mil maneras.

Ingredientes para 10-12 albondigas:
- 350 gr. de pan duro cortado en daditos pequeños
- 350-400 ml. de leche templada
- 40 gr. de mantequilla (una cucharada no muy colmada)
- 3 huevos
- media cebolla picada muy en fino
- 100gr. de tocino ahumado (speck)
- perejil, sal, pimienta y nuez moscada
Para la salsa de champiñones:
- 400-500gr. de champiñones
- 2-3 chalotas o media cebolla muy picada
- 250 ml. de caldo de carne
- 250ml. de lata líquida
- 150gr. de queso crema tipo Philadelphia
- 1 cda. de mostaza amarilla
- pimienta (y salgo de sal dependiendo del caldo)
Preparación:
- Pocha la cebolla y el tocino (ambos cortados muy en fino) en un poquito de mantequilla. Reserva
- En un bol grande, pon el pan seco o de víspera cortado en trocitos muy pequeños. Templa la leche, derrite en ella la mantequilla y bate los huevos. Salpimienta y echa nuez moscada a tu gusto.
- Mezcla en el bol con el pan, la mezcla de leche, la cebolla y el tocino pochados y por último el perejil. Lo mezclas bien y lo dejas reposar unos minutos. Forma unos 10-12 bolas mojándote las manos para poder darlas bien forma. Deja que reposen en la fuente del horno.
- Para la salsa: saltea a fuego fuerte con un poco de aceite de oliva el champiñón cortado junto con las chalotas hasta que coja un poco de color y no suelten agua (no laves el champiñón, mejor cepíllalo). Añade el caldo, la mostaza, la crema de queso y la nata y deja que cueza 2-3 minutos. Prueba la salsa y salpimienta.
- Precalienta el horno a 180ºC.
- Echa la salsa por encima de las pelotas y hornea hasta que las pelotas tengan un bonito color dorado. si ves que se seca mucho la salsa, añade un chorro de leche. Puedes adornar las pelotas, añadiendo (5 minutos antes de apagar el horno) un poquito de queso por encima y un puñadito extra de panceta. Decora con perejil o cebollino si te apetece.
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