Influencias, Heimat, manzanas y apple dumpling
Resulta completamente imposible vivir en nuestro planeta sin influir o ser influenciado por o sobre algo. Tengo sospechas, que en el espacio exterior ocurre lo mismo pero como no he tenido el gusto de ser presentada a ningún alienígena que pudiera arrojar algo de luz sobre este particular, casi que me ciño exclusivamente a mis conocimientos como españolita terrícola que a la que vive en Estiria cada día despide con más intensidad ese tufillo austrohúngaro tan particular. Y es que, no en vano, estamos en el extremo más sur-este de la geografía austriaca y algo tan posicional tiene que influir por narices en el carácter del barrio.
No en todos, eso es verdad, porque contra más tiempo llevamos viviendo en Leoben, Günter más nostálgico se siente de su tierra (aquí se dice Heimat) y cualquier malpensado que sepa que procede de Braunau am Inn dirá: Ahhh, de Alta Austria, claro! pues no. El Heimat de Gü es la ribera del Inn (Innviertel) una porción de Alta Austria que en distintos momentos de su historia ha pasado a pertenecer de Baviera a Austria, de nuevo a Baviera y de nuevo a Austria. En cualquier caso, la Innviertel perteneció inicialmente al ducado de Baviera y el porqué ha sido letra de cambio en infinidad de tratados desde el sXVI hasta los de Versalles es algo que poco importa a estas alturas de la vida.
No en todos, eso es verdad, porque contra más tiempo llevamos viviendo en Leoben, Günter más nostálgico se siente de su tierra (aquí se dice Heimat) y cualquier malpensado que sepa que procede de Braunau am Inn dirá: Ahhh, de Alta Austria, claro! pues no. El Heimat de Gü es la ribera del Inn (Innviertel) una porción de Alta Austria que en distintos momentos de su historia ha pasado a pertenecer de Baviera a Austria, de nuevo a Baviera y de nuevo a Austria. En cualquier caso, la Innviertel perteneció inicialmente al ducado de Baviera y el porqué ha sido letra de cambio en infinidad de tratados desde el sXVI hasta los de Versalles es algo que poco importa a estas alturas de la vida.
Lo que sí cuesta entender a un estirio es este sentimiento tan particular de Heimat. Para muchos aquí, Günter es pro alemán. Aunque no se diga, un traidor. A él le fastidia a rabiar porque puestos a ser es más austriaco que un red bull. Ahora, si quieres ganarte a mi chico, llámale "bávaro, más que bávaro!" y una sonrisilla se dibujará en sus ojillos y por muy cerrada que mantenga la boca ese orgullo ancestral se encenderá en sus mejillas. Ser bávaro-austriaco es algo que por un simple motivo fronterizo cuesta entender. Y que nadie se traiga a engaños. Por encima de todo, un bávaro se siente muy orgulloso de ser alemán. Un bávaro de la ribera del Inn es austriaco hasta la médula. Y no cabe duda, que este es un Heimat incomprensible porque el mundo recurre a las fronteras para separar y se olvida de la tierra, de las raíces, de la historia.
Así que sobra decir que me siento muy orgullosa del Heimat de la familia. Somos un ejemplo de pluralidad tanto en lenguas madres como en dialectos. Hay quién se siente feliz reduciendo su Heimat a la mínima expresión. Imagino que creen que eso les hace ser más heimados que nadie. En esta casa, muy al contrario, contra más vivimos más se enriquece nuestro sentir patriótico que es grande y variopinto. Sé que es de mal gusto echarse flores a sí mismo pero qué le vamos a hacer, no se me ocurre otra cosa que decir así que ¡Bravo por la familia Nobis! osea, nosotros.
El caso, es que nos tocan tiempos de cambio. Por una retorcida situación laboral en la empresa de Günter, se les ha comunicado que éste que están a punto de terminar será el último proyecto de investigación que realicen. En cuanto lo terminen venderán el producto a terceros y para demostrar que todo está en calma y no hay nada que temer, han despedido a 5 integrantes del equipo; evidentemente, la respuesta no ha tardado en llegar. Todos están buscando nuevo trabajo hecho que ha ofendido mucho a la responsable de RRHH que se siente traicionada por la falta de confianza -ya ves, el Heimat empresarial está requete globalizado-. Y en estas tareas estamos. Reunión de ministros urgente -el Günter y yo- donde asumir que la ley del despido está muy elaborada y que este es un buen momento para ampliar horizontes y no solo buscar empleo en Estiria sino ampliar territorios tales como la ribera del Inn y Baviera casi en su total extensión.
Esta declaración de intenciones no la hemos llevado en secreto y prueba de ello es que se la hemos contado a cualquier parroquiano con el que nos hemos topado. Sí, charlines somos todos, no solo yo. La cosa es que el pasado domingo, mientras Günter le echaba una mano en el jardín a nuestro vecino Berno le contó los pormenores de la operación "Investigación al carajo" y le expresó nuestras intenciones de ampliar fronteras... algo en ese "estamos abiertos a mudarnos" le llegó al alma. Se ha propuesto encontrar trabajo al Sr. Nobis. En Estiria, por supuesto. Lo primero que le ha dicho, es que cambie la foto del currículum donde parece un profesor de laboratorio -porqué será- y que se haga una con el traje para las bodas, el pelo recogido en una coleta y se olvide de las americanas de pana. Sea, no viene mal tener un par de versiones. Y aún estamos sin tener la foto de boda cuando ya está concertando citas. Pues sí, podríamos haber tenido a cualquier Berno de vecino pero el destino nos tenía preparado al nuestro, un tipo genial, de corte aristocrático, muy acostumbrado a mandar sin que nadie le lleve la contraria y sobre todo -suertaza la nuestra- muy bien relacionado... nuestro futuro puede que ya este escrito pero nosotros no tenemos ni pajolera idea de lo que nos depara. En nuestra inocencia, Günter le comentó que puesto que no nos corre mucha prisa por el momento, que el sueldo mínimo que buscamos era de tal. Respuesta: "Günter, por dios! olvídate! eso es calderilla".
Calderilla o no, veremos por donde nos respira el futuro y espero que el santón nos ayude haciendo cumplir el reto de Berno. De momento, lo único que puedo confirmar es la procedencia de estas manzanas, que como no podía ser de otra manera, son originarias del jardín de Berno porque las influencias terrícolas son así de sabrosas y nutritivas. Esta es otra receta made in influencias varias. Si fuera la original austriaca, no iría mojada en salsa sino rellena de una masa de mazapán y nueces. Como es la versión americana, la llamaremos por su nombre y diremos que son Apple Dumpling. Entre tú y yo manzanas arropadas con salsa de manzana:-) a disfrutar!
Ingredientes:
Elegir el recipiente donde hornearlas me parece fundamental. Es aconsejable o en fuentes de pyrex o de cristal evitando moldes metálicos o de hierro fundido para que al consumirse la salsa no se quemen los restos ni el fondo de cada manzana. El hecho de que sean fuentes individuales o una grande es indiferente.
Preparas la salsa con el zumo de manzana, unas gotas de limón y el azúcar. Aquí la cantidad de azúcar va un poco a gustos, la verdad. Yo he tenido suficiente con una cucharada por recipiente pero reconozco que habrá gente que le parecerá soso... es muy relativo este asunto así que añade la cantidad que te apetezca...
Justo cuando vayas a meter las fuentes en el horno, lo cubres con la salsa -apenas 1/2 dedo de profundidad y lo horneas alrededor de una hora. Si tu horno las dora muy rápido pero aún no han consumido la salsa, baja el calor hasta 150ºC y deja que cuezan hasta que ya no quede prácticamente salsa. Puedes servirlas frías o templadas y acompañan muy bien con helado, yogur o leche agria (a mí me gusta con leche agria, un poco endulzada con azúcar y vainilla)
- una manzana por comensal
- 1/2 taza por manzana de zumo de manzana con 1-2 cdas. de azúcar y unas gotas de limón
- un poco de azúcar, canela y nuez moscada para espolvorear las manzanas
- masa para hacer apple pie (hice la 2ª variación de masa de esta receta y además reemplacé 1/4 de taza de harina por almendra molida. Mi harina es rústica con su propia cáscara)
Elegir el recipiente donde hornearlas me parece fundamental. Es aconsejable o en fuentes de pyrex o de cristal evitando moldes metálicos o de hierro fundido para que al consumirse la salsa no se quemen los restos ni el fondo de cada manzana. El hecho de que sean fuentes individuales o una grande es indiferente.
Preparas la salsa con el zumo de manzana, unas gotas de limón y el azúcar. Aquí la cantidad de azúcar va un poco a gustos, la verdad. Yo he tenido suficiente con una cucharada por recipiente pero reconozco que habrá gente que le parecerá soso... es muy relativo este asunto así que añade la cantidad que te apetezca...
Justo cuando vayas a meter las fuentes en el horno, lo cubres con la salsa -apenas 1/2 dedo de profundidad y lo horneas alrededor de una hora. Si tu horno las dora muy rápido pero aún no han consumido la salsa, baja el calor hasta 150ºC y deja que cuezan hasta que ya no quede prácticamente salsa. Puedes servirlas frías o templadas y acompañan muy bien con helado, yogur o leche agria (a mí me gusta con leche agria, un poco endulzada con azúcar y vainilla)
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