Pudding de sémola con leche de coco y queso quark

No podría regresar al blog después de tantas semanas de inactividad sin contarte lo que aquí está pasando. Es tema en todos los medios de comunicación pero no sé muy bien con qué perspectiva se está viendo en España y fuera de Europa. El flujo constante de desplazados que desde hace unos dos años están llegando por oleadas -digo oleadas? dios mío, tsunamis humanos- se ha convertido en una tragedia de tal calibre que recuerda los tiempos oscuros de aquella Europa pre y post guerra mundial. Familias completas peregrinando de un país a otro, de frontera en frontera dejando un reguero de desesperación y tristeza que nos es imposible de asimilar. Gente que ha sufrido la guerra, la pérdida de sus seres queridos, torturas de todo tipo y han aguantado malviviendo como han podido pero que al llegar la hambruna han tenido que marchar...

Todos hemos estado dormidos. Hemos hecho un mismo saco válido para todos los extranjeros: el inmigrante. A fuerza de repetir las cosas se convierten en verdad y eso es lo que la política ha sembrado. En España e Italia, etiquetando ilegales y deportándolos a Marruecos previo pago con euros de la Unión. En el resto de Europa al amparo de la Convención de Dublín, devolviendo a todos los extranjeros sin visado a los países de entrada en la EU. No se han tenido en cuenta las leyes internacionales de protección a los desplazados, del derecho a asilo a aquellos que huyen de conflictos armados y dictaduras. En el parlamento europeo se han estado peleando pasándose la patata caliente de unos a otros. La ONU parece anestesiada y entre tuya mía que no pa'ti nos hemos olvidado de la parte más importante en esta historia: las personas...

No. No somos insolidarios. No miramos para otro lado. La mayoría de nosotros no. Vemos lo que nos dejan ver y eso no es mucho decir. Nos intoxican con mierdecillas, con verdades a medias y conclusiones fuera de contexto. "El inmigrante es un buscavidas, un vago e inútil que viene a quedarse con las ayudas sociales". Este discurso lo he oído incluso en España donde la ayuda social a familias es inexistente. En este clima estábamos, unos despachando menudeo insolidario y otros pasándose las papas calientes cuando a los desplazados que ya andaban dando vueltas de frontera en frontera se han sumado los millares de personas huyendo de Siria. Muchos son gente culta que sabe más o menos a donde ir. Otra cosa es que lo logren. Los países que más solicitudes de asilo aceptan son Alemania y Suecia, así que estos son inicialmente los destinos a seguir. En este éxodo, todos los que vienen huyendo de la guerra en Siria tienen que cruzar Austria. Cuando llegan aquí, han pasado abusos policiales, alambradas, brutalidad y abusos. Leer y escuchar testimonios es terminar con el alma en los pies...

La imagen de Europa este verano, ha sido la de familias enteras caminando en plena solanera. Gente que marchaba de vacaciones abrían sus maletas y repartían lo que llevaban. Le quitaban al chiquillo las Adidas, le plantaban unas chanclas y repartían absolutamente todo... desolación. Lo normal, a lo que estábamos acostumbrados, es a que primero llega un inmigrante, busca trabajo, casa y luego se trae a la familia. Austria está lleno de desplazados que caminan con los peques de la mano, ayudando a la abuela a seguir andando, embarazadas, tullidos e inválidos víctimas de la guerra... guerra por cierto, que está en alza en la economía mundial. El gasto militar en el mundo se ha duplicado desde el 2001. Los 10 países que más exportan armas son por este orden: Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia, Reino Unido, España, Italia, Ucrania e Israel. Dicho queda.

Y mientras los gobiernos europeos tiraban balones fuera, mientras se decían unos a otros "ok, yo acojo pero si lo haces tú primero. Y yo cuando lo haga aquel y aquel ..." mientras dudan en cómo, en qué y en cuando, la ultraderecha salía a la calle a quemar albergues de acogida, compraba -y sigue haciéndolo- páginas de publicidad en periódicos locales soltando discursos a lo "son delincuentes que vienen a robarnos y a destruir nuestra forma de vida. Son peligrosos y no se deben habilitar centros cerca de colegios, iglesias y Kindergarten".
Y como era de esperar, la gente se ha puesto en marcha. Mientras unos gritan afuera exiliados, otros chillan bienvenidos. Donde políticos ponen pegas para abrir albergues, gente como estos chicos montan una red de ayuda a refugiados coordinando alojamientos entre particulares. Mientras otros se concentran con megáfonos y palabras de rechazo, un párroco se sube al campanario y hace sonar las campanas durante horas acallando a los miserables.  Y mientras pasaba todo esto, a medida que la esperanza crecía, un pequeño camión frigorífico fue abandonado en la autovía de Viena dirección Alemania. Más de medio centenar de personas, familias con críos, mueren asfixiadas dentro del vehículo. Se les mantuvo encerrados sin agua, apenas sin aire y con un calor brutal… gente encerrada y abandonada en manos de canallas que hacen negocio a costa de la desesperación humana. Desde entonces, la policía hace inspección de todo tipo de camiones y furgonetas… horrible. Las noticias no cesan de relatar lo mismo: ha sido detenido un conductor que transportaba a una familia, a dos, a tres.

Y desde entonces, se fletan autobuses y trenes, se pide que se les ayude más y mejor. Se trabaja en restaurar naves y edificios oficiales inhabitados. La gente particular se organiza y se hacen viajes a los centros de refugiados cargados de enseres. Petra, compañera del laboratorio de Günter se ha ofrecido a recoger y entregar. Nosotros ya hicimos redada en casa en julio pero de nuevo buscaré cosas que siempre se encuentran: enseres de cocina, toallas, juguetes de Lucas que ya no usa, abrigos... en fin, todo vale.

Porque no estamos ante un conflicto diplomático. No es un problema más en Bruselas. Humanidad. Tan solo eso. Dignidad humana para ofrecer socorro. Claro que vendrán problemas. Por supuesto que no será fácil. Claro que llegará un día que habrá que hacer cambios para adaptarnos a las nuevas comunidades de extranjeros. Claro que sí. Es cierto que el precio va a ser alto pero hablamos de salvar vidas, destinos. Sembrar futuro, esperanza y ojalá que algún día rocemos la paz real.  Pero todo eso vendrá después. Ahora solo hay una urgencia: asistir al exiliado. Urgir a nuestros gobiernos a que se pongan las pilas y esto no se hace con manifestaciones insulsas que terminan con contenedores de basura ardiendo. Se hace con el ejemplo. Se hace, entre otras cosas, saliendo a la calle al paso de los autobuses con gritos y pancartas de Herzlich willkommen.

Hace más de 20 años, Austria ya recibió una oleada masiva de exiliados. En su mayoría bosnios de origen musulmán. Familias enteras que han servido de puente entre ambos países. Los críos que llegaron entonces, ahora son padres de familia que no descubres su origen hasta que no conoces su apellido. La mayoría, son musulmanes creyentes laicos. Unos amigos nuestros, dicen que enseñaran ellos mismos el corán a sus hijos cuando crezcan un poco más. Dicen que no se fían de lo que les puedan contar a los críos. Una madurez de vida brutal. Un tener muy claro a donde no se debe llegar. Todos los discursos que usan los intransigentes quedan completamente aplastados por el comportamiento de este trocito de sociedad austriaca que tiene muy claro que su Heimat, su alma, pertenece a los dos mundos.
Ojalá que unas natillas de sémola dieran para tanto. No, no cambiarán el mundo pero seguro que alegrarían más de una pancita hambrienta. Mi pudding es una adaptación exótica de la receta clásica del Quarkgriesspudding. Puedes usar cualquier tipo de sémola. Esta vez la he hecho con sémola de espelta que guarda su toquecillo integral, por eso tiene ese color ligeramente tostado. Se deja acompañar con cualquier tipo de salsa o compota aunque mi consejo es, que si hay leche de coco de por medio, uses frutas anaranjadas (albaricoques, naranjas, melocotones, nectarinas, caquis, etc.) y si optas por los frutos rojos, uses leche normal y elimines la ralladura de limón. Por cierto, yo no he usado ralladura natural. Fuera de temporada no me fío y prefiero usar ralladura bio deshidratada.


 Ingredientes para 3 raciones contundentes:
  • 200 ml. de leche
  • 200ml. de leche de coco
  • 60gr. de sémola (de trigo, de espelta, etc.)
  • 80gr. de azúcar moreno
  • 1 huevo
  • Ralladura de limón
  • vainilla (una vaina o en extracto) 
  • 125gr. de queso quark

Para la salsa:
  • 3 nectarinas
  • 2 cucharadas de azúcar
  • algo de vainilla y un chupito de ron (a ser posible caribeño especiado)
  • algo de zumo de naranja

Notas:
  • El azúcar a usar para la salsa depende mucho de la fruta. Yo lo que hago es, que una terminado y templado (en caliente estará más soso) lo rectifico con unas gotas de jarabe de ágave o de arce

Preparación del pudding:
  1. En un cazo amplio, pon a calentar a fuego medio ambas leches con el azúcar, la ralladura y la vainilla y remueves hasta disolver el azúcar. Cuando rompa a hervir lo separas brevemente del fuego, añades la sémola sin dejar de remover. Lo vuelves a poner al fuego y esperas a que rompa de nuevo a hervir sin apartar del fuego. Espesarán rápidamente. Lo separas del fuego y lo transfieres a un bol.
  2. Separa la clara de la yema, monta la clara a punto de nieve y añades el huevo a las natillas aún calientes pero ya fuera del fuego. Bate bien y rápido para que no se cuaje haciendo grumos. 
  3. Finalmente, añades la clara, el queso quark y lo ligas con suavidad hasta que no queden grumos. Lo pasas a unos cuencos o moldes y lo dejas enfriar en el frigorífico al menos 1/2 hora. Cuanto más esperes, más espesarán y más se intensifica el sabor.
  4. Hacer la salsa es bien sencillo. Pelas y troceas en grueso la fruta. 
  5. Lo salteas en una sartén a fuego fuerte, añadiendo sin mucha demora el azúcar y el ron. Lo retiras del fuego en 2-3 minutos sin haber dejado de remover. 
  6. Lo pones en una licuadora con un poco de zumo de naranja (depende de la fruta pero más o menos yo uso 1/4 de vaso ). No dudes en rectificar con un poco más si ves que queda muy espesa. Dejar enfriar antes de servir y hacerlo justo en el momento que se van a degustar las natillas.

Si te ha gustado, comparte o imprime:

Publicar un comentario

 
Copyright © En pruebas: HyE. Diseñado con por Las Cosas de Maite