Trufas de Baileys para entender OCEAN
Acabo de leer un reportaje interesantísimo aquí. Está en alemán, no temas si no entiendes ni papa, es lo normal. El caso es que aborda una cuestión que de un tiempo a esta parte me atrae una barbaridad. Es el efecto internet en el estudio del comportamiento social. Te resumo el tema que sino la liamos parda. Los texts psicológicos de los últimos decenios, se basan en el modelo de los Big five, cinco factores humanos que nos vienen a contar cómo somos cada individuo. Por orden son el factor O (Openness o apertura a nuevas experiencias), factor C (Conscientiousness o responsabilidad), factor E (Extraversion o extroversión), factor A (Agreeableness o amabilidad) y factor N (Neuroticism o inestabilidad emocional). Y este orden tiene truco porque forma el acrónimo mnemotécnico OCEAN. Y aquí nos hemos topado con la mar salada porque parece que con estos five nos pueden calar al dedillo sin apenas margen de error.
Antes que internet fuera un fenómeno de masas, los expertos tenían que ir uno por uno para saber de qué pie se cojeaba y luego a ver quién era el bueno que reunía todos los datos y los compartía con sus colegas internacionales. Ahogada entre las corrientes submarinas estaba la ciencia hasta que llegó internet con el boom de las redes sociales. El filón quedó claro desde el minuto cero. A pescar queridos colegas. Sigamos sus clic y su comportamiento, guardémoslo todo y veamos qué hacer. Y así nació el Big data, un monstruo de información que crece y se transforma a cada segundo. Este megapulpo tiene tentáculos por todas partes. Cada vez que navegas, bajas un archivo, haces un click, vas y vienes por la red, el animalote se queda con la copla, la guarda y la procesa. Ahora ya no solo en la red porque los móviles son como el chip de perseguir coches que veíamos en las películas policíacas de no hace mucho. Ahora eso es historia. Ya no hay que pegar seguidores en el tubo de escape ni microchips en solapas, bolsos y hasta suela de zapatos. Con enchufar el satélite y seguir al fulano en cuestión, la cosa queda hecha sin necesidad de agentes especiales, espías y demás personal del seguimiento.
Y todo esto ¿para qué? Pues no está claro. El rollo de la publicidad lo tenemos mascadísimo, ese no es el tema. La manipulación, también es relativa. Mientras se puedan seguir extendiendo mentiras que nadie desmiente ya nos tienen requete manipulados. Ahora, y aquí es donde hurga el artículillo en germano. ¿Qué pasa si esa información se usa para separar a los indecisos en unas elecciones y analizar los factores OCEAN dominantes? una vez calado al personal, le damos su ración de pescado y así focas y delfines nos montan el espectáculo. Esto explicaría porque las encuestas últimamente fallan y no dan ni una. Es posible que le estemos dando al enemigo demasiada información sobre nuestras defensas y abastos. Es posible que así es como se estén alimentando los populismos - de derechas e izquierdas que de todo hay- porque una mentira, entera o a medias es muy fácil convertirla en verdad pero probar que es mentira se hace tarea imposible.
Una vez más, y ahora definitivamente, es tiempo de compensar nuestros hábitos. Las redes sociales son geniales pero cuidado con lo que nos creemos. Casi todo lo que se difunde es mentira. Hay medios digitales creados únicamente para divulgar bulos y los periodistas profesionales poco pueden hacer. Comprueban la fuente, confirman que es un fake y no se hacen eco del tema. Los zotes, lo interpretan como que la prensa profesional está comprada, que son unos inútiles, etc. Los escépticos, cuando preguntan "pero necesito que demuestres lo que me cuentas" salen con el argumento de la teoría de la conspiración... y poco a poco, todos terminamos siendo víctimas del caos desinformativo. ¿Este es el futuro para nuestros hijos? No, una vez más, enseñémosles a usar internet como un servicio a nuestra disposición que debe usarse (e interpretarse) de forma responsable. Enséñales a no creerse nada que no se pueda demostrar.
Y aquí dejo constancia creíble y demostrable de la sencillez de estás trufas que están para morirse. Yo las he rebozado en fresa molida, algo que no está al alcance de todos (los austriacos la podéis comprar en el Spar por menos de 2€) pero con un baño de chocolate, de azúcar glas o de cacao están insuperables.
Ingredientes para unas 20 trufas:
Para la cobertura:
Reparación:
- 250gr. de bizcocho de chocolate
- 1 chupito de Baileys
- 1 cda. generosa de mermelada de fresa o grosellas
- 1 cda. de cacao
Para la cobertura:
- fresas deshidratadas molidas con un poco de azúcar glas
- cacao en polvo, azúcar glas o coco rallado
Reparación:
- Hacer una masa con todos los ingredientes juntos. Si no tienes procesadora de alimentos con la minipimer queda también bien. Deja reposar la masa un par de horas en el frigorífico.
- Dar formas a las trufas y rebozarlas en la cobertura que desees. Enfriar las trufas en el frigo.
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