panna cotta con salsa de higos y balsámico... y tres razones para disfrutarla

Mi segundo por qué, es una cuestión de fechas. Hoy cumple años uno de mis hermanos. Dicho así, no sería problemático ir de enigmática y dejar caer la cosa a lo tonto... si no fuera porque en mi casa somos un desastre para las fechas de cumpleaños y tenemos tendencia a felicitarnos un mes antes o después, un año sí y otro no, o simplemente felicitar al que no es. Contado de esta guisa suena horrible, a familia desestructurada. Pero no, es un problema de mal aprendizaje. De chicos, celebrábamos los cumpleaños de dos en dos: Luisfer y Juanpe entre el 18-20 de septiembre: David y yo la primera semana de diciembre y Jesus... el festejador más anónimo y solitario, que nació en plena cuesta de enero y casi a final de mes lo que significaba que era la celebración más pobretona e insustancial de todas... Por supuesto, un cumpleaños nunca se celebraba el mismo día, sino el fin de semana más cercano. Detalles todos ellos, que nos impulsaron a crecer sin tener ni pajolera idea de cuando cumplíamos años cada uno... y así hasta hoy, porque hay cosas que o se aprenden de pequeños o ya no hay manera... Por lo tanto, opto por mandar un mensaje alto y claro a los familiares y amigos que me puedan estar leyendo: el Luisfer cumple hoy un montón de años, lo que significa que se merece un viva! muy viva!, de esos que salen a lo grande. Hace más de 20 años tuvo un cáncer raro, de esos que le estaba devorando a la velocidad del rayo y no le daban mucha esperanza de vida... pocos meses y poca cosa que hacer. Un buen día, de buenas a primeras, sin más, lo venció. Lástima que no estuvo atento a la jugada y no ha sido capaz recordar como lo hizo. De haber estado un poquito más concentrado, habría podido patentar el milagro, hoy sería rico y seguro que tendría un premio Nobel en algún lugar del salón -porque ahora con las teles de plasma ya no es tan sencillo encontrar un lugar adecuado para esos detallicos importantes de cada hogar-. Pero en fin, que no se puede tener todo y se ha quedado sin Nobel aunque a cambio, disfruta de una salud maravillosa y mucho talento artístico... como premio de vida no está nada mal :-)
Felicidades Bruder y que sean muchos muchos más!
Y mi tercer por qué, es una cuestión de vainas. Alicia, una amiga de éstas que se hacen por estos lares y que nunca he visto en persona -y como suelo decir: de las que nunca hemos tocado "chicha"- me ha mandado por correo unas vainas de vainilla maravillosas. Es la cosa más dulce y tierna que hayas visto antes... la vainilla,no. Alicia. Bueno, la vainilla también... ainsss qué lío! para que luego digan que hablar claro es sencillo... bueno, a las bravas: Alicia! guapetona. Que eres un encanto! te abandono cada dos por tres, me tiro semanas y semanas sin dar señales de vida y tú siempre ahí tan cariñosa y atenta. Algún día, el mundo conspirará para devolverte en felicidad todo lo que haces por los demás. Todo! que yo se que es mucho. Me alegro que estés de vuelta al blog y ojalá veas muy pronto tus sueños cumplidos.
Hala, pues ya está dicho y sin grandes misterios. Esta panna cotta es el resultado de mucho pensar buscando una receta que sacara todo el partido a esta vainilla tan especial. Y te aseguro que lo conseguí. Es uno de esos postres que hasta que no se prueban es imposible imaginar la revolución que monta en el paladar... y para que Eva no me fogonee por ser tan impresentable, presento esta receta al HEMC#47 cuya anfitriona es Eva y ese mes va de gelatinas...
Ingredientes:
- 500gr. de nata líquida
- 60gr. de azúcar morena avainillada (en mi caso, casera sin mucha maceración. Si es industrial, usa un sobre de azúcar avainillada y 50gr de azúcar morena)
- 1 vaina de vainilla
- 3 láminas de gelatina
- una cucharadita rasa de mantequilla
- 2-3 higos maduros
- 1 higos más por comensal para acompañar
- 1/2 vaso de zumo de naranja
- 1/2 vaso de vino dulce (Oporto, Moscatel, Jerez...)
- la ralladura de una naranja
- un poquito más de piel de naranja
- 3 cucharadas de goldensirup o jarabe de arce
- 1-2 cucharadas de azúcar
- 3-6 cucharadas de balsámico de Módena (dependiendo de gustos y la acidez del vinagre)
Pon en un cazo la nata liquida con el azúcar y la vaina de vainilla (antes la habrás abierto a lo largo y con el cuchillo marcas bien todo el largo de la vaina para que salga la pulpa). Remueve bien para ligar el azúcar y la vainilla y deja que macere a fuego super lento unos 15 minutos. Sube el fuego y cuando rompa a hervir la retiras. Mientras pon a remojo (en agua fría) la gelatina y una vez que esté blandita la disuelves en la nata caliente (cuando haya dejado de hervir. Una vez no me cuajó bien y creo que es porque la gelatina se estropeó) . Remueve la gelatina hasta que no quede ningún grumo o trozo sin disolver. Divide la panna en los moldes y deja que se enfríe en el frigorífico al menos 3 horas (mínimo). La vaina de vainilla, lávala con agua fría hasta quitar los restos de nata y resérvala...
Preparando la salsa:
En una sartén pon la nuez de mantequilla a derretir. Añade los higos (2 a 3 dependiendo del tamaño) cortados en 4 mitades y cuando estén ligeramente dorados añade el vino y deja que se consuma el alcohol. Añade el resto de los ingredientes: el zumo, la ralladura, una cortecita de piel de naranja, el goldensirup, el azúcar y el balsámico. Deja que cueza a fuego lento unos 5-10 minutos hasta que los higos estén blanditos. Retira la cortecita de naranja (no la tires) y mezcla con la batidora hasta que obtengas una salsa bien suave. Si queda muy espesa (a mi me pasó) aclara con más zumo. Rectifica el sabor a gusto (más azúcar, más balsámico, etc.) hasta que esté a tu gusto. Añade la corteza de naranja y la vaina de vainilla que teníamos guardadas de antes. Pon a enfriar la salsa en en frigorífico.
A la hora de emplatar:
Saca la salsa y comprueba la textura. Estará más espesa después de haberse enfriado así que añade más zumo si te hiciera falta. Corta en láminas un higo por comensal y desenmolda la panna cotta. Riega con la salsa y adorna con unos hilos de cascara de naranja (esa que hemos dejado macerando con la salsa) ...y a zampar!
Publicar un comentario