gratinado de krapfen con ciruelas y un poco de deseo por lo ajeno

Porque esto es una tortura. Te das un paseo por el vecindario y ves cada cosa que es para caer enfermo de pura envidia. Porque hablemos claro: la envidia es el deseo no cumplido que germina cuando otro parroquiano te pasea por tus narices un delicioso plato con gesto de " uy, mira lo que tengo y tú no"... No hace tanto, escribí un post donde contaba la verdadera historia del bloguero culinario. De como justificábamos nuestra actitud, estudiada y calculada al milímetro para mostrar al mundo entero nuestras hazañas gastronómicas y, para evitar ser tachados de malos y retorcidos, escurrimos el bulto dejando la receta y añadiendo aquello de "quiero compartir con vosotros".... y un comino! Nos ponemos los dientes largos porque si. Y cuantos más comentarios de "jo que envidia" más satisfechos estamos... esa es la pura verdad. Porque esto es como un pasa la bola. Uno pone una cosa rica y otro dos... uno publica un postre delirante y allá vamos todos a ver quién hace delirar más... Marilú hace un puding y yo otro... así, por pura sinergia culo-veo-culo-quiero....
Y en medio de esta batalla por el plato más delirante, estás tú, mi querido lector. Que sufres en silencio las devastadoras consecuencias de nuestra insensatez... navegas 10 minutos por nuestros blogs y estás que desfalleces de ganas, de puro deseo... tus jugos gástricos empiezan a corroerte las tripas; el gusanillo de la hambruna devora a mordiscos tu duodeno yeyunal. Impotente, llenas la pantalla de lametazos, chupas el ratón y sueñas con ser un megabyte de esos que viven dentro del ordenador a ver si así pillas algo... y optas por cerrar la ventana del navegador diciéndote aquello de "cachis, no puedo ver esto" pero mañana, volverás. A sufrir nada más, que no te llenaremos las tripillas, ni saciaremos tu ansiedad... y un buen día, harto de tanto padecer, montarás tu propio blog donde devolvernos la bola y hacernos pagar con creces todo cuanto te hemos hecho sufrir...
Pero hasta que ese día llegue, yo continuaré alimentando esta bola de codicia culinaria con platos ricos y sabrosos. Este postre se llama, en original, Krapfeauflauf mit Zwetschgen y traducido sería gratinado de krapfen con ciruelas. Al ver el puding de Marilú, recordé haber leído esta receta del Johann Lafer, un televisivo cocinero austriaco -de un pueblín cerca de donde vivo para más señas- con un rollo similar, salvo que en lugar de donuts, se hace con los bollos típicos austriacos -los Krapfen, donuts sin agujero que suelen estar rellenos de mermelada- y en lugar de chocolate, unas ciruelas caramelizadas... en fin, que a la que escribo tengo la sensación que no tiene nada que ver una cosa con la otra pero a mi se me antojó como un postre en la misma cuerda... y dicho y hecho. Pero para salir de rositas a la que alimento la gran bola ansiosa-zampadora, te dejo la receta (original y adaptada) por aquello de compartir ;-p
Ingredientes:
- 4 Krapfen o donuts
- 12 ciruelas
- 3 cucharadas de azúcar (para caramelizar)
- 3 cucharadas de miel (yo usé 2 de goldensirup)
- 100ml. de vino tinto (yo moscatel)
- una pizca de canela molida
- 2 cucharadas de licor de ciruelas (yo ron, cubano para más señas)
- 250 ml. de nata
- 250 ml. de leche (podría ser más)
- 4 cucharadas de azúcar (para la crema)
- 4 huevos
- 1 vaina de vainilla
- 2 cucharadas de azúcar moreno (para gratinar)
- un puñado de almendras fileteadas
Preparación:
Pon a calentar el horno a 150-160º. Corta las ciruelas en dos y las deshuesas. En una sartén, pones el azúcar y dejas que se forme un poco de caramelo; añades las ciruelas, el goldensirup o la miel y mezclas bien la fruta. Añade el vino, el ron y la canela y deja que reduzca la salsa hasta convertirse en caramelo líquido (pon una gota en un platito y si ves que se pone sólida rápidamente esta listo. Saca y extiende las ciruelas con el caramelo en una fuente para que se enfríen rápido y así no se deshidrate la fruta (nos podía dejar el caramelo hecho una sopa).
Coge la vaina de vainilla, márcala con el cuchillo todo lo largo y saca la pulpa (la vaina que te sobre úsala para aromatizar el bote de azúcar). Pon la pulpa en un bol con la leche, la nata, el azúcar y los huevos y bátelo. En una fuente de gratinar previamente engrasada con mantequilla, pon el líquido. Coloca los bollos cortados en rodajas e intercala las ciruelas a tu gusto. Espolvorea las almendras y el azúcar moreno por encima. Hornea hasta que veas que está cuajada la crema (yo necesité unos 25 min. con el aire puesto y sin necesidad de hacer el baño maría pero cada cual conoce su horno:-). Sirve templado, casi frío regando cada porción con un poquito del caramelo que ha sobrado de caramelizar las ciruelas. Buen provecho!
Un año después (más o meno, que una ya se pierde):
Esta es la versión abreviada y mega-rápida del gratinado. He batido los huevos en 600 ml. de leche, 4 huevos, 4 cucharadas de azúcar moreno y un sobre de azúcar avainillada. El colocado los kapfen encima y he cubierto con un resto de frutas del bosque que tenía en el congelador. Un poco de almendras laminadas y al horno. A la hora de servir, le pondré un poco de azúcar glas ya que las frutitas son bastante ácidas...
Publicar un comentario