Bizcocho de zanahoria y manzana sin grasa y un culebrón

Hoy es 21 de junio del 22. Equinoccio con ola de calos, así estamos. Aún así, la casa está fresca y mi nuevo horno no deja escapar mucho el calor. Momento estupendo para hacer un remake de este bizcocho.  Son muchas las recetas antiguas que estoy adecentando. Algunas, solo han necesitado un lavado de cara. En otras en cambio, he tenido que rehacerlas por completo, fotos incluidas. Lo bueno de rehacer recetas, es comprobar en primer lugar que hay recetas que con los años no pierden en absoluto. Al contrario, parece que se crecen y aunque recuerdo que estaba grandioso y madre mía qué bien me vino en momentos tan difíciles como aquellos. Si no nos conocíamos entonces, decirte que pasé tres años de horror. Desde que me detectaron el bicho durmiente en mi médula hasta que me quitaron el útero, pase por un trienio de pesadilla sumando rotos a mi haber... este bizcocho, en concreto, me vino de perlas. 12 años más tarde, vuelvo a hacerlo en una racha donde la salud parece que vuelve a dar la lata. Nada para asustarse pero si engorroso así que volver a hincarle el diente a esta preciosidad de abuela austriaca, me sabe antídoto supera flojeras. 

Quiero, además de esta nota, dejarte link a  este post: Los beneficios menos conocidos de la zanahoria. Me ha gustado mucho leerlo y me hace sentir muy bien ya que en casa tenemos un zampón de zanahorias -siiii, nuestro Lucas- que, aunque ya es un hombretón que me hace parecer enana, el tío sigue disfrutando de sus chuches naranjas como cuando era un chinorris :-) 

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Poco te cuento hoy. No es que no quiera, porque tú ya sabes que a mí no hay que darme mucho carrete pero es que tengo una tostada mental del ocho. En serio. Estoy a lo prota de un culebrón. Al 100%. Te cuento y si crees que todo esto lo he montado para darte pena, pues sí, para que mentir -no pensarás que es por la receta, no?-. Querido lector, se bueno, tírate el rollo y me abres un comentario a lo "ainssssss, mi guapa, estupenda, requete lista Maiiiiiiiii" ... y sufridaaa! eh! no te olvides! No me importa si es verdad o no. Yo soy de las que piensa que la verdad siempre en su justa medida y en su entorno. Fuera de él se puede abusar con pequeñas mentirijillas o llamémosles pequeños abusos emocionales que, sinceramente me chiflan, para qué decir lo que no es. Al grano. Que eso, que estoy fatal. Mis chutes de hierro ahora son 10. Uno a la semana. Cachis en todo. Convencer al de cabecera para que me lo enchufe en su consulta ha sido un cortometraje a lo "No sin mi jeringa" y como no podía negarse -en su mano solo estaba el poner pegas- pues ha puesto todas las habidas y por haber pero el Günter que es muy competente le ha chapado la retaguardia a lo "No hay Salida". Así que le tenemos que llevar hasta las las jeringuillas (mira tú que el tío tiene consulta de análisis clínicos, que no es que el pobre trabaje en un zulito, que no es el caso). Decía, no canto victoria aún porque capaz es el tío de mandarme a casa a por una silla y el algodón.

Y esta lucha, estando fatal (no te olvides de mi tostada que me entran unos tembleques y unas nebulosas increíbles) que me siento un poco Abigail luchando contra viento y marea porque le han robado el churumbel -en mi caso las muelas- porque eso también, me han dejado desdentada. Y todo derivado de lo mismo. Y anteayer, ¡toma puntos! los últimos de momento, es verdad... pero ahí están.... ¡Ahhhhhh, hasta cuando Abigail! (Anita, mi niña, si estás por ahí: esta frase es para que veas lo mucho que añoro:-)

Perdón por la interrupción, ¿por donde iba? no, no, no te seques el lagrimal que yo sigo. ¿O no? Mira que puedo, ¿eh? pero lo voy a dejar porque me mareo mucho. Así llevo un par de días. No se si por las extracciones o el chute doble ración de hierro en vena... son tantos los malvados y despiadados acosadores a mi salud física que se me quiebra el poco raciocinio que he conseguido ahorrar con tanto esfuerzo; Ains,  ya no se a quién debo acusar de mis vahídos y mis tiritonas... Towandaaaaa!!!!... siiii... Towanda!.. ¿?... ¿Nooo? ¿No caes? vaya memoria de mosquito la tuya.
En fin, que vengo con un kuchen muy especial para tan pobre y delicado momento; es del mi libro cocina de las granjeras de mi región, ideal para cuando uno no tiene dientes, con mucha proteína, vitaminas, fibra y bien rico... ideal para enfermitos o pobres víctimas del sistema sanitario como yo... y sin grasa!


Ingredientes:
  • 6 huevos
  • 180gr. de azúcar (le pongo 120gr- de azúcar moreno + 30gr. de jarabe de arce)
  • 250 gr. de zanahorias
  • 2 manzanas medianas
  • zumo de medio limón
  • un poco de canela
  • un poco de extracto de vainilla 
  • 200gr. de harina integral de espelta
  • 1 cucharada de polvos de hornear
  • 200gr. de almendras molidas
  • un chorrito de ron (que si no, no cura)

Preparación:
  1. Calienta el horno a 170º C (160º si es con aire)
  2. . Ralla las zanahorias y las manzanas, añade el zumo de limón, la vainilla, la canela, el ron y resérvalas. 
  3. Bate las claras a punto de nieve con varillas eléctricas o en un procesador. Añade el azúcar y sigue batiendo. Ahora las yemas. Continúa. Bien, ahora tienes una masa super esponjosa y muy hinchada. Perfecto. Añades las almendras, el harina y los polvos de hornear hasta que no queden grumos. Se habrá deshinchado, fijo; no me preguntes a qué viene este rollo de hincha y deshincha. Tú y yo seguiremos las instrucciones de la receta de la abuela granjera que ella sabe mucho. Añade las manzanas y las zanahorias y remueve.
  4. Engrasa  un molde de bizcocho o cúbrelo con papel de hornear mojado para que adapte mejor al molde (la forma es igual) y echa la masa. Hornea unos 45 minutos . Deja que se enfríe y desmolda. Puedes cubrir con un poco de cobertura de chocolate blanco, o con nata, o una crema ligera de mascarpone.. ¡vale todo!

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