Torrijas en almibar y las cosas que tiene el dulce

Seguro que has oído en más de una y de dos aquello de vaya torrija que lleva ese... mejor señalar a terceros en estos temas, verdad?. Es posible que fuera porque hace siglos, nunca mejor dicho, era típico en Madrid comer torrijas con un vasico de vino y como están tan ricas pues ya se sabe: torrija va, vino viene y termina uno con una cogorza del ocho. Las mías son más cómodas ya que llevan el vinillo encima, no te tienes que molestar en empinar el codo. Pero como lo cortés no quita lo valiente, siempre puede uno hacer el esfuerzo y acompañarlas de un rico vino dulce bien fresquito... que gustazo, si señor! En fin, antes que se me suba el vinín y empiece a hacer confesiones embarazosas, vamos al tema de hoy...

Uno de los motivos por los que la gente prefiere cogerse torrijas y no comerlas, es por el tema del azúcar. Hay muchas maneras de endulzarlas con sustitutivos aunque ¡olvídate de tanto mito! el azúcar, azúcar es y no te dejes liar por nadie. Todo él engorda y el que dice que no engordar, no es saludable. Como siempre, mi consejo es que acudas a lo más equilibrado. Si en lugar de azúcar lo reemplazas por sirope de ágave, pues mejor para tus niveles de insulina pero peor para tus michelines porque tendrás que hacer más deporte para eliminar esas calorías. Con miel (una buena, la industrial no vale para nada y está llena de antibióticos) sería lo más tradicional y con sirope de remolacha, de malta, etc. pues  mira, un toque diferente y también muy buena opción. En cualquier caso, déjame que te recuerde que  el mejor producto light (llamemos light a producto con un 50% menos calorías) es comer la mitad y que si te das el gustazo de comerte un buen dulce, tendrás que ponerte el chándal y sudar un rato... no hay otra...

A la que escribía este rollo, he visto la entrada de Liliana de Albahaca y Canela y ella además te habla de otros edulzorantes más con una información mucho más profesional que la mía. Así que si andas con tiempo, pásate y verás que despliegue de información tan interesante... y ya puestos, te dejo el enlace al blog familiar, dónde te cuento todo lo que hay que saber sobre el ágave y sus bondades (la pita de toda la vida, que esto del ágave no es otra cosa que jarabe de pita...)

Dicho y hecho este discurso, te confirmo que yo me quedo con la miel y con el jarabe de azúcar de remolacha (para las torrijas, que a mi no se me caen los anillos por usar de otros tipos); la miel varia dependiendo de su calidad pero en general tiene unas propiedades antisépticas importantes. El Goldensirup tiene el 100% del aporte de hierro diario y el 30% de magnesio cosas que me seducen tremendamente aunque tampoco nos vamos a liar; para obtener esta cantidad de hierro y magnesio habría que tomarse 100gr. diarios... sin comentarios sobre la burrada...

En cualquier casi, son los dos únicos azúcares que he encontrado con estudios serios que les raspen algún valor nutricional, siempre partiendo de lo mismo: el azúcar es azúcar. No es buena. Hay que reducirla, etc., etc. Que parece que cuando se habla de sus propiedades se nos queda en la cocorota el concepto " Uy, hay que comer mucho de eso que es muy bueno para esto, o lo otro..." No, ningún azúcar entra en esta categoría de comentarios...
Y ahora, para celebrar que el azúcar es pecado, que solo l@s niñ@s malot@s como yo nos ponemos las botas y que los pecados golosos hay que purgarlos con ejercicio diario (no vale hacer lo que se hacía antiguamente en la iglesia católica, que se pagaba por saltarse la penitencia... ni de coña!) y que si no lo haces tendrás que asumir tus actos: no vale ponerte de jarabe de ágave hasta la bola y luego ir con el palo de " Ay, que bien... que super sano mi super pastel, super endulzado" ... no, no... no me mientas! que me han dicho lo que saben, y mucho, de estas cosas que el azúcar es azúcar, venga en el frasco que venga. Que es un capricho y punto. Así que, aquí te dejo este tierno capricho de cuaresma para aprovechar y pecar a gusto... rebelde que es una :-)


Ingredientes para la torrija:
  • 1 barra de pan
  • 1 vaso de leche
  • 2 cucharadas azúcar
  • una pizca de canela molida
  • 2 huevos XL
  • abundante aceite para freír

Ingredientes para el almíbar:
  • 1 vaso de agua
  • 1 vaso de vino dulce
  • 1 rama de canela
  • la cáscara de un limón y de una naranja
  • 50gr. de miel

Preparación:
  1. Primero, ve preparando el almíbar.  Pon todos los ingredientes en un cazo y deja hervir a fuego fuerte hasta que reduzca como 1/4 (no mucho más para que no quede el almíbar demasiado empalagoso). Baja el fuego al mínimo. 
  2. Mientras, pon a calentar la leche con el jarabe de azúcar de remolacha y la canela . Mezcla bien y deja que temple la leche.  Pon a calentar una sartén con el aceite. Corta el pan en rodajas de unos 2cm. que pasarás primero por la leche y luego por el huevo. 
  3. Fríe la primera tanda dejando que se doren por ambos lados y pásalas a una fuente con papel absorbente para quitar el exceso de aceite. 
  4. Sumerge cada torrija en el almíbar unos 30 segundos por cada lado y colócalas en una fuente plana. Cuando termines, te quedará algo de almíbar aún. Yo lo que hago es reducirlo un poco más a fuego fuerte y con una cuchara o pincel cubre cada torrija con este almíbar más denso. Así no quedarán demasiado mojadas pero no se secarán... deja enfriar si tienes fuerza de voluntad...

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